miércoles, 24 de abril de 2024

La argolla en la pared con brillo de herramienta cotidiana, a quién espera, ni burro ni caballo quedan ya, se llega antes con el pensamiento y se evita la mordedura del esparto; unas manos de piedra reposan sobre el mandil, esperan que la humedad ablande tanta aspereza y que al llegar a la picota el reo luzca ya una piel de seda similar a la del ángel

 



Que fuera abriendo las ventanas,

era el sol el que rozaba con su plumaje el borde del cristal,

a su manera estaba señalando la página central del día, blanca aún,

pregunta por la flor, por las cerezas,

hay riesgo de heladas todavía, la escarcha en el saludo

y el gesto desabrido de una fingida urbanidad,

buscamos la febrícula primaveral, bandada de gorriones,

grasa y maquinaria soportando temperaturas desiguales,

casi siempre soledad dividida entre el acá y allá, los meses

envueltos en abrigo, sofocándose al subir los escalones, 

día veinticuatro ya y abril no sabe 

si sumar y restar son dos hermanas que no aciertan

a mantener en el aire esa elegancia

que marzo nunca tuvo y mayo tiende

a sobrecargar sin darse cuenta.



Zona B:

Está muy bien exigir el reconocimiento de un estado palestino, pero si antes no obligamos a Israel a detener el genocidio sólo habrá necesidad de un inmenso cementerio.

martes, 23 de abril de 2024

Deberás seguir un largo tramo a ese nivel, someterte al dictado de las isobaras de bajura, a uno y otro lado la estrechez del desfiladero, su lenguaje de embudo y el cansancio de la vigilancia en carretera; quedan curvas aún, zigzag de invierno, cataratas de agua blanca y el verdín en la roca que hace pared con la montaña tratando de evitar malas noticias

 




Que hay serrín,

que hay herramienta,

o carcoma o sólo enfermedad,

que alguien trabaja el sueño del revés,

o acaso sea el tiempo que se desmenuza en trizas,

toma en tus manos ese amor nublado, la molida pulpa del madero

y examínala grano a grano como si fuera polen  y tú abeja o avispón 

o sólo ese verdugo al que el disfraz hace invisible, palpa con mimo

la hinchazón y pon misericordia o simple alivio en el dolor,

escucha sus historias resumidas en una sola historia,

todos fueron arrancados del sueño comunal

por el rugido feroz de una gran sierra

y ahora quieren regresar abajo

a alimentar a las raíces.



Zona B:

Atención, mundo libre: bloqueemos el envío de armas y municiones a Israel, enviémosle medicamentos, personal sanitario y material hospitalario, alimentos, sensatez, humanidad y de tapadillo unas armas bizcas que disparen al revés, sin causar muertes ni desastres, sólo aviso de lo que puede ser un desastre sin retorno.

lunes, 22 de abril de 2024

Un homenaje al barro las manos de alfarero, con las venas hinchadas y el color morado acusador de una irregular circulación, las formas cóncavas, las estrías en la pared de la vasija, la impronta del esparto dando vida vegetal a las hornadas de criaturas domésticas que han de convivir en los vasares como pájaros huérfanos que nos dan su vida a cambio de cobijo

 




Ese corazón

que aún sin latir ya hacía cuentas, 

calculaba el calor, la fuerza lenta

del torrente sanguíneo, la tabla 

de multiplicar por dos de anatomía y ciencias auxiliares,

el alma ardiendo aún en el telar del aire

dibujaba futuras constelaciones sensoriales, laberintos

de humanidad esclava o sometida a riesgo

de malformación en la tiniebla,

ahora

todo el misterio se mostró a la luz

y alcanzó el umbral definitivo de esta indecisa realidad,

-era mejor imaginarlo-.



Zona B:

Un país artificial, nacido de la mala conciencia tras muchos años de colonialismo. Algo pequeño que acabó adquiriendo el tamaño desmesurado de una amenaza universal. ¿Qué busca Israel si todos sus ciudadanos caben con holgura en su territorio? Le bastará con la desaparición de Palestina o irá después por Líbano, Siria o cualquiera que se oponga a su ambición expansionista?

domingo, 21 de abril de 2024

¿Qué suele permanecer en pie tras siglos de barbarie e intemperie? una iglesia en ruinas, la columna de piedra de las ejecuciones y un lienzo de muralla que prolongó el terror del tiempo de defensa para acabar dejándonos abandonados a nuestra mala suerte

 



Debí decirte,

debí forzar la posición, soltar el aire,

-invocando tu ausencia-

y repetir una y mil veces el mensaje,

ya sé que no es lo mismo hablar que llevar a cabo la encomienda, 

rasgar la seda de una anunciación entre columnas,

soltar la fuerza y que se expanda como un aire hacia dentro

con el poder oscuro del oxígeno y purifique la sangre densa,

no secreto, no culpa, las ventanas

de par en par, el aire libre, las campanas

con su voz encriptada y los gorriones

intentando una inútil traducción.



Zona B:

Lo malo de la historia es que se lee cuando ya ha sucedido y de un mal guion sólo perdura el escozor de la tragedia. Pero eso lo perciben sólo las generaciones posteriores. Hagamos lo posible por evitar un final así. Si Israel reclama su derecho a defenderse, el resto del mundo debe hacer lo mismo.



sábado, 20 de abril de 2024

El desierto se ahoga en sus arenas; la arqueología busca la raíz siguiendo la tonalidad oscura que la humedad dejó en cualquier lugar donde la vida fue acogida; y como el tiempo todo lo redime nunca sabremos si el vestigio es de algo bondadoso o criminal. Que nadie nos imponga su valores ni caigamos en la tentación de imponer los nuestros

 




Yo alumbro,

mantengo en alto la lámpara encendida,

tú observas,

avanzas de rodillas sobre un suelo numérico,

despojas pluma a pluma a ese gorrión menudo de la pérdida,

se escucha cada gota cayendo, cada loseta que se barre, 

y se recoge con minuciosa calma la basura

que oprime la garganta del misterio,

aún no vemos nada, -¿es serpiente o bufanda?-,

lo desnudo se acaba de vestir, se pierde en el celaje vegetal 

y vuelve a adoptar el disfraz de la leyenda,

no hay nada que recuerde a hueso, a cuenta de collar

o a trozo de cerámica, el corte vertical deja a la vista

una insinuante línea de ceniza,

a la vitrina llevaremos un sol ennegrecido de metacrilato

y el signo de interrogación de una fíbula torcida.



Zona B:

Vecinos de Israel, no entréis en la provocación, el gobierno genocida busca un motivo para haceros desaparecer, se siente impune y poderoso. Dejad actuar al tiempo, aunque resulte doloroso.

viernes, 19 de abril de 2024

Aquel verano el calor fundió los escalones de corindón rojizo que entraban en lo oscuro con la intrepidez de una escalera literaria, sus escalones no temblaban al bajar, soportaban con gracia las ampulosas vestes de una indecisa Beatriz, a la que seguía un secundario que ejercía de Dante; ambos venteaban el ambiente en espera del olor a laurel que precedía a la entrada en escena de Virgilio; él debía guiarles en su recorrido por las gradas del dolor

 



Es diferente el dolor de un ciego?

cerrar los ojos, comprobar, poner las yemas 

en off, como en invierno y convocar la llama del candil

no por la luz sino por el calor, no hay guía

que progrese en lo oscuro, duele por capilaridad, rezuma

y hace la pared horizontal,

fuera vuela un pájaro, su alta no presencia 

es un dolor por duplicado, lo sordo algodonoso del aljibe 

que pronuncia despacio Baelo Claudia, la inmensa media luna

familiar que nos acoge, duna lenta o imperio,

resto de transidos huesos y cimientos señalando el foro

donde se entrenaba el tacto, donde topaba el brillo y se licuaba

como la saliva el nombre cítrico del mar, 

no todos los dolores son iguales, 

aunque responden todos al estímulo 

de un solo dolor. 



Zona B:

Cerrad los ojos y pensad en Auschwitz, en Mauthausen, en Treblinka. Abrid los ojos y mirad el cielo azul. Volved a cerrarlos -por el humo- y pensad en Gaza y haced comparación. Ponedle a todo un nombre, de esos que recoge el diccionario, no hace falta inventarlo.


jueves, 18 de abril de 2024

Nada que añadir, salvo esa herida larga en la piel de la tierra exhibiendo restos de víctimas de guerras y de olvidos, avergonzadas de volver ante los ojos de la historia con su doble o triple derrota y sin haber podido pegar ojo durante tanto tiempo y con ganas enormes de alcanzar la paz

 



Siempre en ese orden,

el primer muerto es el que luce un color más oscuro,

el ocre canceló su hielo, su enmudecido horror,

le deslumbró el pincel que despejaba una tierra dormida

sobre los arcos de sus cuencas, tomó esa posición fetal

pensando en siglos donde arqueología y fe vinieran

con lámparas votivas a rescatar los restos de su historia,

tras él cayó el acólito, él sostenía en alto su carcaj

con las flechas a mano, era un experto silbador y daba

las órdenes por sublimación, tras mirar las entrañas de los sacrificados,

su miedo era, pues, subordinado, colocaba las caperuzas a las armas

para que no brillaran, así creaba noches en el corazón del día,

paraba el sol o hacía trampas al traducir las curvas de los mapas,

su lugar en el sur, con la mirada vuelta hacia su propio ombligo,

condenado a no ver o ver tan sólo el desastre final, las armas

destocadas, con el óxido chorreando como sangre, 

en puro deshonor para plantar batalla

a las horas de luz que ya despuntan.



Zona B:

Alguien ha descubierto que el sistema métrico decimal es antisemita. Por eso al medir la gravedad de los ataques hemos de usar otro sistema, dependiendo de si es Netanyahu el que masacra o es Irán exhibiendo sus cohetes de fogueo para contestar a la provocación.