Hablo así
resignado a la costumbre de correr la tapia
protegiéndome en la sombra de la realidad,
los latidos se aceleran al ritmo de los pasos
y las horas colaboran con sus arco iris
a dar color amable a la ceniza
que el tiempo precipita,
ahora intentaré ponerme al sol
luciendo la magnitud del abandono
en la orfandad de la solapa
como una escarapela que descubre
la soledad frente al engaño
que se refleja en los escaparates.
No hay comentarios:
Publicar un comentario