Lo mismo que una rana
producto de un desdén de fábula,
se toman los extremos de una cuerda y se convierten
en el semicírculo final de la rayuela, cielo,
casa o moraleja, cuenco de manos que reclaman
su ración regular de fantasía, ella alza unos ojos
de acostumbrado aburrimiento, mira
con insistencia el rictus de unos labios de princesa
y ruega a la bondad, a la estulticia, al tópico
que se produzca el beso y se consiga la transustanciación,
de sangre fría a calentura, de crucigrama
en códice miniado al digital cantar de gesta
que no ha de recurrir a la coyunda del papel y la tinta
para que el héroe vuelva a cabalgar,
el nuevo ser usará yelmo con ranuras
para proteger los ojos de la luz y nunca, nunca
sabremos quién está detrás de esa mentira.
Zona B:
Mirad hasta dónde puede llegar el poder del sionismo: es capaz de obnubilar a un candidato USA y hacerle perder las elecciones por no atreverse a poner freno a su salvajismo genocida.