Ahí reside la memoria,
mi cráneo se conserva aún en ese casco de hoplita,
la tierra en torno está fertilizada por los hilos de mi pensamiento,
él fue mi valor un día ya lejano, mi astucia
se asomaba por los huecos reservados a los ojos
y hacía florecer arriba un penacho de crin teñida
con la sangre negra de los enemigos,
sin embargo ahora pienso en ellos con dolor,
les doy la mano, las falanges peladas
de una eternidad que ya de poco sirve,
haremos juntos el camino que lleva a la quietud,
sin armas, sin razones,
los gusanos nos han comido el corazón y no nos quedan
latidos para el odio o el amor.
Zona B:
Cualquier respuesta a la destrucción planificada del gobierno genocida es castigada con la desproporción de quien se sabe impune, protegido por la ley del más fuerte. Netanyahu acabará incendiando el mundo; él nada tiene que perder.
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