Que fuera abriendo las ventanas,
era el sol el que rozaba con su plumaje el borde del cristal,
a su manera estaba señalando la página central del día, blanca aún,
pregunta por la flor, por las cerezas,
hay riesgo de heladas todavía, la escarcha en el saludo
y el gesto desabrido de una fingida urbanidad,
buscamos la febrícula primaveral, bandada de gorriones,
grasa y maquinaria soportando temperaturas desiguales,
casi siempre soledad dividida entre el acá y allá, los meses
envueltos en abrigo, sofocándose al subir los escalones,
día veinticuatro ya y abril no sabe
si sumar y restar son dos hermanas que no aciertan
a mantener en el aire esa elegancia
que marzo nunca tuvo y mayo tiende
a sobrecargar sin darse cuenta.
Zona B:
Está muy bien exigir el reconocimiento de un estado palestino, pero si antes no obligamos a Israel a detener el genocidio sólo habrá necesidad de un inmenso cementerio.
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