Es diferente el dolor de un ciego?
cerrar los ojos, comprobar, poner las yemas
en off, como en invierno y convocar la llama del candil
no por la luz sino por el calor, no hay guía
que progrese en lo oscuro, duele por capilaridad, rezuma
y hace la pared horizontal,
fuera vuela un pájaro, su alta no presencia
es un dolor por duplicado, lo sordo algodonoso del aljibe
que pronuncia despacio Baelo Claudia, la inmensa media luna
familiar que nos acoge, duna lenta o imperio,
resto de transidos huesos y cimientos señalando el foro
donde se entrenaba el tacto, donde topaba el brillo y se licuaba
como la saliva el nombre cítrico del mar,
no todos los dolores son iguales,
aunque responden todos al estímulo
de un solo dolor.
Zona B:
Cerrad los ojos y pensad en Auschwitz, en Mauthausen, en Treblinka. Abrid los ojos y mirad el cielo azul. Volved a cerrarlos -por el humo- y pensad en Gaza y haced comparación. Ponedle a todo un nombre, de esos que recoge el diccionario, no hace falta inventarlo.
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