Permanece el recuerdo
en el veteado oscuro de las tablas de pino
como las isobaras que miden la intensidad de un vendaval,
la madera se ha ido oscureciendo con los años,
algún nudo ha dejado un hueco
y la resina fósil brilla cuando se cuela el sol,
el techo es alto lo mismo que el dolor en el costado
bajo el armazón de las costillas, el diagnóstico
puede adivinarse en el color de bilis de la piel,
yo permanezco ahí mirando la madera del suelo
sin atreverme a levantar los ojos,
tecleando con los dedos una cobarde fuga
sobre el cabecero de la cama
y escucho su respiración uncida al sufriminto,
se morderá los labios y luego intentará afirmar
con la sonrisa de los ojos: tranquilo, ya pasó,
hasta que una luna caprichosa
vuelva a empujar la próxima marea.
Zona B:
El mundo ha empezado a asumir la actitud pendular del gran payaso, la insidiosa forma de rapiña del autócrtata ruso y la impunidad del genocida del pueblo palestino. Y la UE renuncia a ejercer con dignidad sus derechos como potencia soberana. ALGÚN DÍA HABRÁ DE RENDIR CUENTAS DE ESTA PASIVIDAD ANTE LAS GENERACIONES DEL FUTURO.
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