La costumbre bárbara
Hemos decidido ya
tantas muertes, como la de ese
huidizo animalillo que traspira
miedo más que sangre, ese
lebrato hipnótico que ahora
nos sigue desde lejos resumiendo
los pasos de su madre como
reclamo para su orfandad,
tantas muertes decididas
que ya sólo nos queda
la humedad del tiempo del otoño
para llorar tanta iniquidad.
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