jueves, 13 de diciembre de 2018

Mientras alguien se empeña en bendecir la mesa





A este lado, madera, al de allá, ceniza,

qué estará urdiendo la ventana desde su fuego quieto,
antes de que el cristal encienda con su plebeya lupa
la llamarada de la guerra,

-el sol no puede ser neutral ni entre cortinas-,

depende todo de un amanecer y quedan 
muchas noches en vilo, organizando
el respectivo contraataque.

Ilión es más hermosa entre las llamas.

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