Flotando sobre el vaho
maduro de la estética
hoy me pregunto, mientras doro
un faisán bravío en la cocotte:
es mejor que el oro venga
asociado al placer o que se ajuste
el canon académico,
tal vez los siglos
no lleguen a captar el tibio aroma del asado
pero verán con ojos satisfechos
cómo se dora el horizonte
al margen de los cánones y el hambre.
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