Con ceguera,
rabiosamente y sin que nadie
pueda citarte como ejemplo,
siendo
lo único que puedes ser
sin parecerte a nada y dando
dolores varios en las varias
acepciones del verbo.
Así te quiso ella, la corsaria,
la arriesgada y bandolera vida
de este lado intrépido, poniendo
picas en flandes sin querer
y todo
sabiéndote secreto y desigual.
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