He esperado aquí, en la orilla
a que el sonido llegue,
cierro bien los ojos y memorizo frases,
busco reconocer unos cimientos
o cúpulas forradas de azulejo,
el tono azul de las primeras estructuras
y los acordes armoniosos
del miedo original, tan cuidadoso
con el decoro y con la eufonía
del material de construcción,
hoy sigo aquí, en la orilla,
y a pesar de que sólo alcanzo a ver la espuma
encolerizada con que la resaca
lo engulle todo,
a pesar de tanta frustración
no me atrevo a calificarlo de naufragio.
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