Ahora que los ojos, ya cansados,
se empeñan en leer la bastardilla
tan engañosa y tan menuda
de lo que el tiempo ha ido escribiendo,
ahora que tu voracidad lectora
se queda boquiabierta ante un párrafo largo,
ahora que tus ganas de dormir, más que tus sueños,
te dejan siempre a medias, reivindicas la luz,
la claridad, la letra grande
y los libros que muestran su respeto hacia el lector
no superando las doscientas páginas.
Zona B:
Si no se tiene verdadera voluntad de obligar al genocida a respetar las leyes internacionales y se le va a permitir seguir su abominable plan de exterminio, casi es mejor dejar de bombardear con las limosnas alimentarias, pues lo único que logran es prolongar el sufrimiento. Quizá fuera mejor ayudarles a morir con dignidad. VERGÜENZA DA DECIRLO, PERO ES LA CRUDA REALIDAD.
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