Fuiste un alegre silbador,
el aire y tú ibais siempre de la mano,
llegabas a la cumbre y te asomabas,
pero inmediatamente comenzabas a bajar,
silbabas a los pájaros, a las ovejas blancas
que en la lejanía parecían flores de acuarela,
tal vez por eso te dedicaste al pastoreo,
así podías silbar a todas horas, a las cabras,
a las ovejas y los mastines del rebaño,
te convertiste en el aire silbador
que hacía palpitar las hojas de los árboles,
pero un día vino un leñador, oyó aquel silbo
y se apoyó en un roble mientras escuchaba,
cuando hubo descansado tomó el hacha
y acabó derribando el roble
mientras silbaba un aire popular.
Zona B:
No mires al otro, hazlo tú, comienza a protestar contra la estúpida barbarie de quien pretende vivir solo en medio del desierto, rodeado de odios que los siglos no serán capaces de borrar. PAZ PARA EL PUEBLO Y JUICIO A LOS GENOCIDAS DEL PUEBLO PALESTINO.
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