Al abandonar el frenesí del mercadillo persa
apenas me di cuenta de que un mono capuchino
se había encaramado hasta mi hombro
igual que el loro calvo de John Silver,
era un experto chillador de músicas
traídas de más allá del mar,
su nombre grabado en un dorado collarín
sonaba a banda de explosivo rock
bautizado en las aguas del silencio,
cuando intenté descabalgarlo
me gritó en un argot muy parecido
al utilizado en Wall Street, desafiante, sucio
y tan desafinado como el sonido a lluvia de monedas
en una tragaperras de casino.
Zona B:
¿Algún judío cómodamente instalado en territorio palestino se ha puesto en la piel del palestino expulsado con violencia de su propiedad por bandas amparadas por un ejército? La paz será imposible si antes no se repara la injusticia. ¡¡¡ JUICIO AL GENOCIDA Y SU GOBIERNO!!! ¡¡¡ BOICOT AL ESTADO SIONISTA!!!
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