La luz pastosa de un domingo de noviembre,
tres hombres de pana verde con escopeta y perros
entre las jaras ateridas,
los sabuesos respiran la parsimonia de la muerte
desde la angustia del dogal, unas torcaces
cruzan el cielo verde que visto desde cerca es casi azul,
se han borrado las nubes y a lo lejos
un volteo de campanas llama a misa de doce,
una niña con gafas mira al cielo y se santigua
al oír los disparos mientra murmura por lo bajo
una jaculatoria que en el latín rural suena a conjuro.
Zona B:
¿Qué prepara el genocida con esta pausa simulada que anestesia el prurito periodístico por contar algo morboso? Los intereses del negocio ponen el foco en otro lado. Una manera de cambiar para que todo siga igual. ¡¡¡JUICIO AL GENOCIDA Y SUS COMPINCHES!!! ¡¡¡BOICOT AL ESTADO SIONISTA!!!
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