lunes, 27 de octubre de 2025

Cambiar la hora / no altera los ocasos / ni las auroras

 




No queda nada por allí, 

cuando acabó la guerra la vida se detuvo unos momentos

a pensar y se perdió en el aire que aún olía a humo,

sonaba a hueco el territorio como las cárcavas hambrientas

que engulleron montones de cadáveres sin eructar, 

ni siquiera llega el eco de tu voz cuando la pena

o la impotente rabia te hacen gritar, 

no hay buitres en el cielo performando 

los protocolos habituales de la putrefacción y sin embargo 

persiste el mal olor como un resumen

de lo que pudo ser, es y será el apocalipsis.



Zona B:

No para de viajar el colosal payaso que se infla como un globo de pestilencia sobre el mundo. Abre grifos aquí, los cierra allá, alimenta conflictos o los crea para asegurarse un beneficio. No sabe que a su espalda sus enemigos se sonríen, pues conocen su variable humor. Mientras tanto se extiende la injusticia por ambos hemisferios. Condenémosle a bailar eternamente en el salón que ha construído, sin un solo minuto de descanso. Tal vez así nos deje en paz.

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