Sigo admirando el dolondón de ese sonido germinal,
de él nace la respuesta gregaria del rebaño
a los silbidos del pastor y la costumbre milenaria
de encomendar a las campanas el anuncio puntual de la desgracia
o de las cíclicas urgencias con que la vida se contrae,
lo admirable es el ritmo, un golpeteo algodonoso
que hace sonar el cobre de la vieja alquitara
como un tambor batido por la niebla,
un orujo de tiempo va goteando en la jofaina desconchada
y la embriaguez del aire se funde casi con la luz
y la palidez del penicillium,
admiro ese sonido primordial
que, estando así, medio borracho, me permite seguir
echando un pulso musical al tiempo.
Zona B:
Es intolerable la continua burla con que el genocida rompe los acuerdos. Ojalá algún día podamos verle ante un tribunal, tratado con el rigor que merece su actitud chulesca y sanguinaria. ¡¡¡ACABEMOS CON ESTA VERGÜENZA QUE A TODOS NOS CONTAGIA DE IGNOMINIA!!!
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