... veni foras
No es esa vida, la del milagro
reclamado ya por el olor dulzón
lo que se ha perdido,
es el hilillo débil o la difícil conexión
con lo que queda,
hay que retirar la piedra que sellara
la incredulidad, gritarle
al silencio vacío con las vendas
rodeando aún esa figura torpe
e incapaz de esperanza,
y hacerlo con firmeza
contra el cansancio o frente a la duda
de la hora tan tardía,
después de varios días perdidos
esperando volver a ver amanecer.
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