Incluso antes de conocerle ya soñaba con él,
era un Ulises primitivo, sin barba aún,
y aunque decía afeitarse con la espada
su piel nunca llegó a sangrar,
su cara parecía aún más primitiva que él
con un toque oscuro que ni siquiera le tiznaba
con ese maquillaje de minero recién salido de la mina,
a veces se ponía el yelmo y le bailaba en la cabeza
como la cacerola que su madre fregaba con arena
después de cocinar la caldereta de carnero,
se sentaba a la mesa y sus piernas le colgaban sin llegar al suelo,
era tan primitivo que nadie le conocía por Ulises
y cuando yo le imaginaba tenía que pensar en él
como en un número colocado al principio de una fila
que yo veía como el final porque lo miraba en el espejo
de su armadura del futuro,
cada vez más alejado, contando las jornadas
que habría de pasar buscando un puerto al que arribar
donde al menos su perro le conociera por su nombre.
Zona B:
Nos quieren hacer volver al siglo XVI para echarnos en cara la expulsión de los judíos en aquella sociedad enferma de religiones incurables. Con eso piensan que nos harán callar y tendrán nuestro silencio para seguir su abominable genocidio. Al final casi todos vamos a ser tildados de antisemitas, porque no seremos capaces de soportar tanta ignominia y nos manifestaremos en favor de la justicia y en contra del abuso del poder.
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