Te oí gritando al personal
que se tapaba los oídos bajo el estruendo del derrumbe,
mucho polvo, confusión y miedo,
sobre todo había miedo, y tú seguías
gritando como un predicador enfurecido,
le quedaba un ojo al puente y el gentío
se refugiaba allí como si huyera del ojo vigilante
del francotirador que declinaba en un plural constante
los diparos de su arma camaleónica,
qué tono tan opaco aquel pac pac
y los silbidos de las esquirlas rebotadas,
y aquel olor confuso de tu prédica
entre procaz y suplicante
que aún me hace temblar al recordarlo.
Zona B:
Nos queda por ver cómo el gobierno sionista entra en nestras casas con la cobarde lejanía del dron teledirigido, jugando en la pantalla al blanco o negro, al conmigo o contra mí, usando el subjuntivo del misil y lanzando miradas de matón a todo aquel que se atreva a criticarle. ¡¡¡JUICIO AL GENOCIDA Y SU GOBIERNO!!! ¡¡¡BOICOT AL ESTADO SIONISTA!!!
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