Escúchame,
presta atención, antes de que el invierno llegue,
a los signos cambiantes de la luz,
al cansino lenguaje de los hojas
que recorren la escala del color,
del verde al amarillo, luego al marrón,
para acabar cayendo en la quietud ausente de la meditación
sobre el césped desnutrido,
los mismos ojos, la misma luz, ese mismo lenguaje
has de usar para seguir camino
cuando desaparezca el suelo bajo un manto de nieve,
los sonidos se adelgacen y te dé pereza hasta salir
y romper con tus pasos la perfección gratuita de la nieve.
Zona B:
Que no falte ni un solo día ese simbólico sillar para elevar un muro semejante al de las lamentaciones por la aberrante actitud del pueblo hebreo ante el genocidio que sus autoridades cometen con los vecinos palestinos.
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