Supuse entonces
al desdoblar el gran pañuelo
donde habías estampado los episodios turbios de tu vida
que el río habría arrastrado los escombros
que causan los derribos y hacen más pesada la corriente,
siempre cometo el mismo error, imaginar que todo
se acomodará a mi molde con la ductilidad del metal dulce,
no con la espinosa mansedumbre de los solitarios
que ni saben ni quieren someterse
a otras maneras de mirar las cosas,
supuse, (porque es gratuito suponer y hacer crecer el edificio
sobre una nube de benevolencia,
igual que el sol supone que la oscuridad es su otro lado),
pero ahora ya sé que no es posible una amigable convivencia
de luz y oscuridad, lleno y vacío
en un mismo lugar y al mismo tiempo.
Zona B:
Imágenes de niños esqueléticos a los que el estado de Israel condena a la muerte más bárbara y atroz que se conoce: por consunción, llevando hasta los límites el sufrimiento, de forma sádica y consciente, como sólo los déspotas sin humanidad pueden hacerlo. Los campos de exterminio nazi siguen funcionando y el genocida Netanyahu nos lo recuerda cada día.
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