Nos hemos ido acostumbrando a la quietud
igual que los barrotes de la balaustrada,
tú y yo nos detuvimos a mirar y aquí seguimos
inmóviles y atentos al mal olor de la creosota
que ya ni siquiera nos hace estornudar,
a veces coincidimos con un pájaro
que se posa un momento en la baranda
agitando su cola como queriendo decir algo,
tú ni siquiera miras y yo me quedo tan callado como tú,
echando de memos otros días en que hablábamos del tiempo.
Zona B:
¿Podría provocar la actitud prepotente del gobierno genocida y la tolerancia del pueblo de Israel una sensación de prevención (¿temor?) hacia todo lo que nos presentan bajo la etiqueta de judío? Si así fuera sería culpa suya. La humanidad nunca admite diferencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario