Esa mañana de dolor
en que palideció la luna
fui a visitar a mi amigo al hospital,
en realidad yo era el enfermo
y me curaba consolando mis múltiples achaques
con la vaselina de los sueños, me gustaba mirarle
en una cama de hospital con barandilla,
asomarme al abismo con temor y murmurar:
debo sentirme afortunado, vengo a ver a un amigo
que ya está algo mejor y puedo presumir de fuerza frente a él,
pasarle un paño frío por la frente
y rebajar en unas décimas su irregular temperatura,
quién va a negar mi buena suerte?
Zona B:
Las Escrituras / son armas de rabino, / imán o cura.