lunes, 29 de abril de 2024

Recibía al sol sentada en el escalón de entrada de la casa, rodeada de gatos y gallinas, atenta a la bocina de la furgoneta del frutero que también traía el pan; los gorriones aguardaban a distancia a que los gatos se durmieran y entonces se atrevían a disputarle a las gallinas las migas de pan y los granos de sésamo que rociaban la corteza; todos los días salvo los martes

 



A una rueda avanza la moneda

que se somete a ley, a dos el calendario

de los años bisiestos y la carroza del auriga, 

a tres la trinidad que no conoce 

mujer ni hace ejercicios de calentamiento,

a cuatro el carromato de Tespis, la barraca

de Lorca y el desmayo de las vírgenes necias,

las que se quedaron sin aceite porque decidieron esperar

en vez de ir al encuentro del que reparte subvenciones,

tanta progresión y tanta rueda para aparecer unos segundos 

en la superproducción que Hollywood va a dedicarle al pensamiento 

(aunque no encuentra productor).



Zona B:

Y buscará algún indicio en el cuero seco de unos rollos conservados y hallará la inspiración en el relato de la destrucción de la Pentápolis. Aunque él siempre vio llover fuego sobre ese territorio.                                                                                                                                    (Profecías laicas)


domingo, 28 de abril de 2024

Quiso aquel dios menor, virrey, espantapájaros o sombra esclavizar al mar con los amarres de un puerto de juguete. Quiso borrar las rutas infinitas que en el agua aparecen cuando la voluntad se viste de aventura solidaria. Y dejó en la oscuridad el litoral, propagó la peste y el caballo escuálido del hambre recorrió el territorio como un fantasma del apocalipsis

 




Sería así como se accede al canto

entre el verdor rojizo de lo nuevo,

sucediendo lo mismo que el dolor en la escritura,

gota a gota, subiendo por milímetros, a punto

de convertirse en pájaro o ramaje o despilfarro de abril,

dejándose la piel entre las zarzas aún dormidas, forzando

unas tablas que saben a victoria en el portal de mayo,

sucediendo, subiendo, convirtiéndose en nota

lo mismo que el jilguero se convierte en milagro,

y servirá de algo saber cómo sucede

más allá de pararse, alzar la vista y escudriñar sin ver entre el ramaje

el lugar donde nace o se supone

el inquieto milagro de la música?



Zona B:

Moisés concitó su mala suerte al golpear la roca por segunda vez. El agua que manó era agua amarga. Acaso una ya fuera demasiado, pero dos era como desafiar al destino caprichoso.                                                                                                                                      (Profecías laicas)



sábado, 27 de abril de 2024

Que todo puente tenga río, que todo río tenga puente, que se junten las aguas, que haya delta, que el alfabeto se prolongue hasta llegar al mar, la plata vencerá al hierro y al plomo, y hará que se desangre la mala voluntad y vuelvan a crecer en las orillas juncos firmes, flexibles y dispuestos a durar

 



Fiera

y botón de rosa,

usa cuchillo para hablar,

la sangre escribe en vertical,

rama de buganvilla o clavel literario,

fiera, botón, cuchillo

y en la repisa un libro que habla de todas estas cosas,

no es domingo aún, llueve y hace sol.

la boda de la luz no se celebra, no hay flores

para hacer la corona y no hay cinta

para el ramo de la novia,

mirad debajo de las losas del piso,

la llave duerme ahí.



Zona B:

"Quedó colgando del cabello y una lanza de su propia hueste atravesó su corazón, o al menos lo intentó, porque llegó a salir por el revés sin encontrarlo. Acaso no tuviera corazón".                                                                                                                                                      (Profecías laicas)


viernes, 26 de abril de 2024

Formaba una unidad estable aunque imperfecta con el omnium; él seguía siendo él, asumiendo su función de cáscara y se sentía bien escuchando el sonido de sus propios élitros que ni siquiera le servían para volar cuando el viento embravecido hacía cabecear los árboles e inflaba de fervor adolescente a la hierba reseca de aquel lugar maldito

 




Él soñaba 

y un rostro venía a confirmar presencia, lejos aún, brumoso, 

está en camino el ansia familiar de lo posible,

qué vida elegir, qué ancho de banda para su palabra, 

ellos hablan así, la luz les basta, miran el muro

con su juego chinesco e interpretan

pues la dicción escribe con caligrafía hermética,

cómo vas a entender si casi nada de lo que dice ha sucedido,

no es profecía ni reflejo, es puro jazz pautado,

se anticipa a sí mismo como lluvia

sobre un tambor metálico.



Zona B:

Que USA deje ya ese juego hipócrita de lanzar migajas desde el el cielo mientras su aliado continúa el genocidio. La expedición para la paz debe tener acceso libre a Gaza y que no vuelva a repetirse el maltrato y la intimidación a los voluntarios internacionales. Que la justicia universal pida cuentas al gobierno asesino. 


jueves, 25 de abril de 2024

Algo queda entre lo invisible y lo cercano como un incómodo testigo de nuestra tendencia a alimentarnos con viandas poco fiables o que nada aportan a la dignidad de seguir vivos, sabiendo que nos hace dependientes de una caridad

 





A qué obedece el desaforado empeño de cosechar lo vertical, 

esa nieve que baja y deposita entre nosotros 

un escuálido maná como pitanza de paladar indefinible,

llega con misterio y se adhiere a las ramas de los árboles

para alumbrar nuestra ignorancia y convertirnos 

                                       en clientes habituales de comedor social,

qué gran decoración para paliar el hambre y hacernos llevadera 

                                                                        la mendicidad cautiva,

pero allí acudimos con nuestra pobreza engalanada de fervor 

y la ponemos a los pies de un idolillo de ojos grandes

para que nos haga ver lo no visible

como un reflejo de la realidad.



Zona B:

Israelíes: Dentro de poco tendréis en el territorio dos lugares sin vida: uno ya viene de lejos, (el Mar muerto), el otro (Palestina) estáis matándolo poco a poco con vuestra indiferencia, de hambre, de enfermedad o bajo el fuego de un ejército al que la impunidad ha embrutecido.

miércoles, 24 de abril de 2024

La argolla en la pared con brillo de herramienta cotidiana, a quién espera, ni burro ni caballo quedan ya, se llega antes con el pensamiento y se evita la mordedura del esparto; unas manos de piedra reposan sobre el mandil, esperan que la humedad ablande tanta aspereza y que al llegar a la picota el reo luzca ya una piel de seda similar a la del ángel

 



Que fuera abriendo las ventanas,

era el sol el que rozaba con su plumaje el borde del cristal,

a su manera estaba señalando la página central del día, blanca aún,

pregunta por la flor, por las cerezas,

hay riesgo de heladas todavía, la escarcha en el saludo

y el gesto desabrido de una fingida urbanidad,

buscamos la febrícula primaveral, bandada de gorriones,

grasa y maquinaria soportando temperaturas desiguales,

casi siempre soledad dividida entre el acá y allá, los meses

envueltos en abrigo, sofocándose al subir los escalones, 

día veinticuatro ya y abril no sabe 

si sumar y restar son dos hermanas que no aciertan

a mantener en el aire esa elegancia

que marzo nunca tuvo y mayo tiende

a sobrecargar sin darse cuenta.



Zona B:

Está muy bien exigir el reconocimiento de un estado palestino, pero si antes no obligamos a Israel a detener el genocidio sólo habrá necesidad de un inmenso cementerio.

martes, 23 de abril de 2024

Deberás seguir un largo tramo a ese nivel, someterte al dictado de las isobaras de bajura, a uno y otro lado la estrechez del desfiladero, su lenguaje de embudo y el cansancio de la vigilancia en carretera; quedan curvas aún, zigzag de invierno, cataratas de agua blanca y el verdín en la roca que hace pared con la montaña tratando de evitar malas noticias

 




Que hay serrín,

que hay herramienta,

o carcoma o sólo enfermedad,

que alguien trabaja el sueño del revés,

o acaso sea el tiempo que se desmenuza en trizas,

toma en tus manos ese amor nublado, la molida pulpa del madero

y examínala grano a grano como si fuera polen  y tú abeja o avispón 

o sólo ese verdugo al que el disfraz hace invisible, palpa con mimo

la hinchazón y pon misericordia o simple alivio en el dolor,

escucha sus historias resumidas en una sola historia,

todos fueron arrancados del sueño comunal

por el rugido feroz de una gran sierra

y ahora quieren regresar abajo

a alimentar a las raíces.



Zona B:

Atención, mundo libre: bloqueemos el envío de armas y municiones a Israel, enviémosle medicamentos, personal sanitario y material hospitalario, alimentos, sensatez, humanidad y de tapadillo unas armas bizcas que disparen al revés, sin causar muertes ni desastres, sólo aviso de lo que puede ser un desastre sin retorno.

lunes, 22 de abril de 2024

Un homenaje al barro las manos de alfarero, con las venas hinchadas y el color morado acusador de una irregular circulación, las formas cóncavas, las estrías en la pared de la vasija, la impronta del esparto dando vida vegetal a las hornadas de criaturas domésticas que han de convivir en los vasares como pájaros huérfanos que nos dan su vida a cambio de cobijo

 




Ese corazón

que aún sin latir ya hacía cuentas, 

calculaba el calor, la fuerza lenta

del torrente sanguíneo, la tabla 

de multiplicar por dos de anatomía y ciencias auxiliares,

el alma ardiendo aún en el telar del aire

dibujaba futuras constelaciones sensoriales, laberintos

de humanidad esclava o sometida a riesgo

de malformación en la tiniebla,

ahora

todo el misterio se mostró a la luz

y alcanzó el umbral definitivo de esta indecisa realidad,

-era mejor imaginarlo-.



Zona B:

Un país artificial, nacido de la mala conciencia tras muchos años de colonialismo. Algo pequeño que acabó adquiriendo el tamaño desmesurado de una amenaza universal. ¿Qué busca Israel si todos sus ciudadanos caben con holgura en su territorio? Le bastará con la desaparición de Palestina o irá después por Líbano, Siria o cualquiera que se oponga a su ambición expansionista?

domingo, 21 de abril de 2024

¿Qué suele permanecer en pie tras siglos de barbarie e intemperie? una iglesia en ruinas, la columna de piedra de las ejecuciones y un lienzo de muralla que prolongó el terror del tiempo de defensa para acabar dejándonos abandonados a nuestra mala suerte

 



Debí decirte,

debí forzar la posición, soltar el aire,

-invocando tu ausencia-

y repetir una y mil veces el mensaje,

ya sé que no es lo mismo hablar que llevar a cabo la encomienda, 

rasgar la seda de una anunciación entre columnas,

soltar la fuerza y que se expanda como un aire hacia dentro

con el poder oscuro del oxígeno y purifique la sangre densa,

no secreto, no culpa, las ventanas

de par en par, el aire libre, las campanas

con su voz encriptada y los gorriones

intentando una inútil traducción.



Zona B:

Lo malo de la historia es que se lee cuando ya ha sucedido y de un mal guion sólo perdura el escozor de la tragedia. Pero eso lo perciben sólo las generaciones posteriores. Hagamos lo posible por evitar un final así. Si Israel reclama su derecho a defenderse, el resto del mundo debe hacer lo mismo.



sábado, 20 de abril de 2024

El desierto se ahoga en sus arenas; la arqueología busca la raíz siguiendo la tonalidad oscura que la humedad dejó en cualquier lugar donde la vida fue acogida; y como el tiempo todo lo redime nunca sabremos si el vestigio es de algo bondadoso o criminal. Que nadie nos imponga su valores ni caigamos en la tentación de imponer los nuestros

 




Yo alumbro,

mantengo en alto la lámpara encendida,

tú observas,

avanzas de rodillas sobre un suelo numérico,

despojas pluma a pluma a ese gorrión menudo de la pérdida,

se escucha cada gota cayendo, cada loseta que se barre, 

y se recoge con minuciosa calma la basura

que oprime la garganta del misterio,

aún no vemos nada, -¿es serpiente o bufanda?-,

lo desnudo se acaba de vestir, se pierde en el celaje vegetal 

y vuelve a adoptar el disfraz de la leyenda,

no hay nada que recuerde a hueso, a cuenta de collar

o a trozo de cerámica, el corte vertical deja a la vista

una insinuante línea de ceniza,

a la vitrina llevaremos un sol ennegrecido de metacrilato

y el signo de interrogación de una fíbula torcida.



Zona B:

Vecinos de Israel, no entréis en la provocación, el gobierno genocida busca un motivo para haceros desaparecer, se siente impune y poderoso. Dejad actuar al tiempo, aunque resulte doloroso.

viernes, 19 de abril de 2024

Aquel verano el calor fundió los escalones de corindón rojizo que entraban en lo oscuro con la intrepidez de una escalera literaria, sus escalones no temblaban al bajar, soportaban con gracia las ampulosas vestes de una indecisa Beatriz, a la que seguía un secundario que ejercía de Dante; ambos venteaban el ambiente en espera del olor a laurel que precedía a la entrada en escena de Virgilio; él debía guiarles en su recorrido por las gradas del dolor

 



Es diferente el dolor de un ciego?

cerrar los ojos, comprobar, poner las yemas 

en off, como en invierno y convocar la llama del candil

no por la luz sino por el calor, no hay guía

que progrese en lo oscuro, duele por capilaridad, rezuma

y hace la pared horizontal,

fuera vuela un pájaro, su alta no presencia 

es un dolor por duplicado, lo sordo algodonoso del aljibe 

que pronuncia despacio Baelo Claudia, la inmensa media luna

familiar que nos acoge, duna lenta o imperio,

resto de transidos huesos y cimientos señalando el foro

donde se entrenaba el tacto, donde topaba el brillo y se licuaba

como la saliva el nombre cítrico del mar, 

no todos los dolores son iguales, 

aunque responden todos al estímulo 

de un solo dolor. 



Zona B:

Cerrad los ojos y pensad en Auschwitz, en Mauthausen, en Treblinka. Abrid los ojos y mirad el cielo azul. Volved a cerrarlos -por el humo- y pensad en Gaza y haced comparación. Ponedle a todo un nombre, de esos que recoge el diccionario, no hace falta inventarlo.


jueves, 18 de abril de 2024

Nada que añadir, salvo esa herida larga en la piel de la tierra exhibiendo restos de víctimas de guerras y de olvidos, avergonzadas de volver ante los ojos de la historia con su doble o triple derrota y sin haber podido pegar ojo durante tanto tiempo y con ganas enormes de alcanzar la paz

 



Siempre en ese orden,

el primer muerto es el que luce un color más oscuro,

el ocre canceló su hielo, su enmudecido horror,

le deslumbró el pincel que despejaba una tierra dormida

sobre los arcos de sus cuencas, tomó esa posición fetal

pensando en siglos donde arqueología y fe vinieran

con lámparas votivas a rescatar los restos de su historia,

tras él cayó el acólito, él sostenía en alto su carcaj

con las flechas a mano, era un experto silbador y daba

las órdenes por sublimación, tras mirar las entrañas de los sacrificados,

su miedo era, pues, subordinado, colocaba las caperuzas a las armas

para que no brillaran, así creaba noches en el corazón del día,

paraba el sol o hacía trampas al traducir las curvas de los mapas,

su lugar en el sur, con la mirada vuelta hacia su propio ombligo,

condenado a no ver o ver tan sólo el desastre final, las armas

destocadas, con el óxido chorreando como sangre, 

en puro deshonor para plantar batalla

a las horas de luz que ya despuntan.



Zona B:

Alguien ha descubierto que el sistema métrico decimal es antisemita. Por eso al medir la gravedad de los ataques hemos de usar otro sistema, dependiendo de si es Netanyahu el que masacra o es Irán exhibiendo sus cohetes de fogueo para contestar a la provocación. 

miércoles, 17 de abril de 2024

Se reservó esa música para dar al aire un color de combate, la cólera inocente del tambor, los ajustados golpes sobre el madero hueco de un ébano antiquísimo en nada inferior a una campana; se acudía en masa a la explanada a contemplar los tres montones de cabezas enemigas, cocos de color marrón y plumas de marabú rematando las estacas que sostenían la clemencia de las hojas de palma

 



Mujeres de barro,

llevan un cántaro en la cabeza, fluyen

por el arenal en busca de ese río, pozo, manantial,

en sus tobillos brillan las ajorcas de marfil,

rumor hondo de aljibe, consuelo de sí mismo,

tener sed y usar la vereda de los elefantes,

no es eso un animal, no es eso un árbol

pero flota en el aire, lo sostiene un remolino,

ojo al engaño gris de la distancia, a sus temblores místicos,

los pies deben estar sobre la tierra, 

los ojos asomándose a los flecos del pañuelo como oración, 

como canción profana, como rumor de arroyo 

o como profecía que va a cumplirse paso a paso.



Zona B:

Dejemos de suministrar armas a los contendientes y se acabarán las guerras. Si alguien quiere guerrear que se fabrique la honda, el arco o la cerbatana. Pero sobre todo deberá fabricarse un enemigo que le permita practicar con su demencia.

martes, 16 de abril de 2024

Así suena el diez y seis, con aire quieto, inusitado hervor en esa sombra dibujada en la acera, nada sabe abril de profecías, si él nació sin ojos, igual que los pollitos de gorrión, luego aprendió a copiar sonidos y ahora nos confunde con su arsenal de melodías grabadas en estudio

 




Subir en blanco

por esa cuesta, cualquier ruido distrae,

arriba brilla una lata abollada,

se une el sol con la miseria alegórica del aluminio,

canta -mejor, gotea- el picapinos, busca

el lado blando del amor contra el dolor agudo de cabeza,

no es bueno, o tal vez sí, ese fatigoso golpeteo

en busca de gusanos, se fabrica 

una manera de mirar el mundo desde el agujero de la entrada,

cristal menudo el aire y al otro lado 

el dulce moho de la oscuridad.



Zona B:

No es tolerable que todo el mundo esté pendiente de un neurótico asesino. Nos merecemos dirigentes con raíz humana, no esas alimañas sanguinarias que recorren el desierto.

lunes, 15 de abril de 2024

Déjame estar aquí, soportaré el calor, las moscas, y haré una cadena con las horas inmóviles, sin rechistar, igual que las estatuas de la entrada, con reverente gesto y la mirada barriendo el suelo; a nadie antes oferté una humildad tan sometida, aunque puede que esconda algún peligro

 




A un lado ya la perfección

inexacta del endecasílabo, demos paso ahora

al pie quebrado de Hefesto, la torcedura

puede caber aquí también, 

la gota que repite esclava de un caudal estrangulado

e impone su cadencia, del mismo modo

los pasos sin control del cojo suenan bien, 

el cajón sincopado que unas manos sin gracia toquetean,

un día bajaré a esperarte,

te iré observando desde lejos y estoy seguro

de que el espacio entre tus huellas

es una hermética ecuación impuesta a los lisiados

como una penitencia por pretender cumbres extremas.



Zona B:

Si nadie para el avance de las hormigas asesinas se extenderá el olor a ácido fórmico que hará el aire irrespirable. De momento ya han comenzado sus efectos paralizantes. ¿A qué esperan la UE, China, el mundo árabe, los países no alineados con el sionismo económico? Paremos esto o las consecuencias serán terribles para todos.


domingo, 14 de abril de 2024

Hay paz en las necrópolis, quedan inscripciones que convocan al amor etéreo, el odio queda fuera, o se resume en la tierra seca permitiendo que crezcan unas flores raquíticas que nada necesitan y nada de valor ofrecen, pues son recordatorio de una destrucción

 




Ahí reside la memoria,

mi cráneo se conserva aún en ese casco de hoplita,

la tierra en torno está fertilizada por los hilos de mi pensamiento,

él fue mi valor un día ya lejano, mi astucia 

se asomaba por los huecos reservados a los ojos

y hacía florecer arriba un penacho de crin teñida

con la sangre negra de los enemigos,

sin embargo ahora pienso en ellos con dolor,

les doy la mano, las falanges peladas 

de una eternidad que ya de poco sirve,

haremos juntos el camino que lleva a la quietud,

sin armas, sin razones,

los gusanos nos han comido el corazón y no nos quedan

latidos para el odio o el amor.



Zona B:

Cualquier respuesta a la destrucción planificada del gobierno genocida es castigada con la desproporción de quien se sabe impune, protegido por la ley del más fuerte. Netanyahu acabará incendiando el mundo; él nada tiene que perder.


sábado, 13 de abril de 2024

Era muy fácil mantener una creencia con aquel argumentario: dejarse ir tras una brisa con escozor de profecía, algo tan sencillo como entornar la puerta y contemplar las bolas vegetales que el viento arrastra y darles crédito por pura educación, para no desairar al aire y mantener las formas de una tranquila vecindad

 



Largos varales de castaño,

del lado norte llega el aire redentor,

hay un olor a pimentón y orégano,

la carne magra cuelga ahí para curarse,

su enfermedad era la vida

aunque no sea la muerte su remedio,

ahora toca esperar a que el milagro

viole la oscuridad del secadero

y ordene a Lázaro salir, momificada el ama

y el cuerpo sometido a transustanciación,

el pan y el vino sobre el sudario de la mesa

que Marta ya ha dispuesto,

María se alimenta contemplando este afligido bodegón,

con ella está la gracia.



Zona B:

"No permitáis que el tejón regrese a su guarida sin haber satisfecho el hambre; acabará soñando que es comida todo lo que se mueve alrededor". (Gr, 3, 2l)

viernes, 12 de abril de 2024

Se unge con linaza, ese aceite menor que eleva al pobre hasta escalones superiores; se viste con la fibra natural del lino, en la crudeza del color está la gracia, el envés arrugado, los botones de material orgánico y el hilado fino del ojal giñándole a la luna; poco cuesta vestirse de domingo si no hay víspera, si en el telar se han de cruzar trama y urdimbre para alumbrar la tela

 




Despertar con silencio,

algo no audible te susurra, tiembla en tu interior de cuarzo 

-geoda-, una voz impresa en el estuco, 

la pared presta su yeso marmolado al sueño

y el amanecer aprende a no gritar,

el sol sube despacio, el aire pende

con pereza de tela, las campanadas del reloj

quedan flotando como ladrillos temporales que no pesan,

no hay misterio, el tiempo ni pasa ni se acerca,

simplemente está, un odre para el agua,

un dibujo infantil como único camino, 

papel de plata con arrugas 

simulando ese río que es la vida

que acabará en el mar que es el morir

y que mañana repetirá su ciclo.



Zona B:

Un recurso del mal es destruir los hábitos humanos y sustituirlos por la ferocidad de los instintos: hambre, enfermedad. miedo y tortura son los instrumentos que usa el genocida Netanyahu para borrar la huella del pueblo palestino.

jueves, 11 de abril de 2024

Tras el paso por la fragua ha salido al campo a sacar del alma el ruido poderoso del hierro al rojo vivo cuando entra en el caldero de templar; le acompaña aún el campaneo del martillo sobre el yunque, la personal manera que el herrero tiene de armar una secuencia con golpes principales y repiques de floreo para que en todo el pueblo y en toda la comarca se conozca el idioma que reduce el hierro a una obediencia sin rencor







Debajo de la sombra

vive el aire claro de la iluminación,

aparece de pronto, clarísimo y delgado

con la quietud paciente de los destilados,

pero su alta graduación hace que el alma

trastabillée en busca de un estrábico equilibrio,

tacto de piedra pómez y ardores de volcán,

en ese punto estallan los flejes carcelarios

que mantuvieron el dolor bajo el abrazo azul de la ignorancia,

ahora todo se sabe o se almacena como potencial sabiduría, 

con esa suficiencia de quien todo lo tuvo por un soplo

de viento perezoso respirado desde una cálida profundidad.




Zona B:

La deriva salvaje de Netanyahu busca nuevas formas de desprecio hacia la legalidad, ataca a periodistas que informan de sus desmanes, asesina a miembros de organizaciones humanitarias y se atreve a bombardear las embajadas de quienes considera no alineados con su calculado genocidio.

miércoles, 10 de abril de 2024

Desde esta cumbre se divisa el mar; no llega el sonido de los barcos pero en la cuevas siempre hay ecos que imitan la pesada digestión de los cargueros que hacen cabotaje en el Cantábrico; lo mismo pasa con el tren hullero que nunca pasa de aprendiz porque nació con asma y le fatigan los repechos

 



Poneos a este lado, quiero

que salgáis todos en la foto, 

se verá una risa silenciosa,

y el ensayado gesto de la casualidad,

aire de campo y unas palabras de alguien

que prefiere no salir, hay mariposas

haciendo guardia en el sombrero del espantapájaros 

y los gorriones se disputan unas migas de pan 

que cada día dejo en el noray amarillento 

del buzón de correos, el barco de hoy llevaba

una carta con fotos para Horacio.



Zona B:

No va ser fácil disolver al pueblo palestino; se habrá borrado Gaza, después Rafah, luego se intentará con Cisjordania, pero la historia y el paisaje han ido endureciendo su coraza y siempre quedará algo vivo para empezar de nuevo.



martes, 9 de abril de 2024

Pensativo y suspicaz, rodeado de la espesa luz de los crepúsculos aún inmaduros o demasiado dulces; qué lata abanicar el tedio con una nube de mosquitos que ni siquiera tratan de picarle, él no tiene sangre, sólo eternidad que mana sin parar de su interior como un fluido al que hubieran pasado por mil filtros

 



Debajo de esa piel hay algo

a lo que ni yo mismo pude acceder para ponerle un nombre,

pensé en ardor y, aunque la llama no le favorezca,

algo de fuego vive en él, lo intenté con distancia

y él se alejó de mí como abismándose en su instintiva soledad,

luego ideé una fórmula equidistante o neutra o transversal,

el punto en que la recta ablanda su frialdad de lanza

y se deja invadir por calenturas hasta doblarse en curva

y convertirse en elipse ovalada, circunferencia o aura

de dudoso sentido iconográfico, pero todo 

permaneció en silencio, su piel nunca llegó a tocar mi piel

ni nuestros ojos coincidieron a pesar del esfuerzo postural

y del deseo de encontrar una mirada complaciente

que diera algún sentido a todo el Génesis.



Zona B:

¿Qué haréis después, cuando os hayáis quedado sin vecinos, cuando toda la tierra yerma sea vuestra, sin ley que os obligue o con leyes repetidamente transgredidas? ¿haréis un sacrificio a vuestro dios con algún animal-humano que haya quedado enredado entre las zarzas? 



lunes, 8 de abril de 2024

Salto a salto hasta el crujido de dolor, el hueso perforado por la termita de la edad, de entonces es este sonido a cielo agujereado, visillos tan gastados que el aire los traspasa sin alterar su ligereza; hasta la vista topa con el muro pintado y se equivoca nombrando pájaros por el sonido de su canto; qué desastre tener que consultar la enciclopedia

 



Y ahora nueva deuda con la temporalidad, 

las estaciones pisándose el terreno unas a otras, 

los pájaros sin voz y sin embargo 

me detengo a pensar en golondrinas,

cómo puede ser que también eso se deba a la costumbre, 

no verlas ya si todo el campo las florece

como una ausencia innecesaria,

seguir mirando el cerco de barro en el alero tan pegado a la cal, 

ensombrecer el gesto con la mano mirando para arriba, 

si no hay mosquitos, si todo se reduce a charla de gorrión 

y cacareo de incrédulas gallinas,

media cuesta de abril y aun no aparece

la tobalina de agua, tanto sabio refrán y el barro

sigue secándose en el alfar del río.



Zona B:

Israelíes: no os refugiéis en eso: no se os odia, en todo caso se os teme. Pero pensad en ello, es muy difícil que un sentimiento de fragilidad tan clara como el amor pueda arraigar en algo que se teme.

domingo, 7 de abril de 2024

Ahora cuenta manzanas en el desván, sube cada día, les da la vuelta para que el color encienda en ese lado; su acidez se va domesticando, tiembla ya un escozor de sidra en las papilas y cuando vuelve abajo sus manos traen pegado lo esencial de ese olor para lo que resta de jornada

 



Algo morado cruza el puerto,

en el lado de allá la luz se cuaja

como un gran queso azul, tizones apagados

para dejar en la pared esos dibujos de irrealidad rupestre 

los bosques son de ceniza verde y el aire huele

a plata emulsionada en la estela de un avión,

en el ocre se esconde la flor de loto de los muertos

acogidos a un nombre comunal sin apellidos,

brilla el gorbizo montaraz tras la renuncia del rocío,

la piedra de afilar con los tres garfios de la divinidad

grabados a buril y el reflejo del sol en el costado

del cántaro de leche que Dante usara

para imaginar a Beatriz.



Zona B: 

Buena táctica esa de meter el palo en el avispero para provocar reacciones sin control. Es lo que busca el genocida: o el miedo general paralizante o la coartada para acabar con todo pretextando legítima defensa.

sábado, 6 de abril de 2024

El rumor de páginas voladas nos trae estampas de guerras otoñales en las que se quemaban bosques para combatir los hielos de la infamia, olía a carne asada por encima del hambre y se escuchaba el negro como único lenguaje, todo cuervos, daba igual si era extranjero, llegaba a todos sin necesidad de traducción

 



Llega otra vez

ese dios diminuto nacido en grieta 

con su armonioso ruido de liturgias,

una vida en curva, feliz e inútil, y en progresión continua

hacia la apraxia, se queda ahí en fase decreciente,

con la interrogación colgando y el rubor 

tiñendo apenas su desnudez de larva, 

miedo a que se acerque y llegue su silencioso aliento,

huele a cielo raso acabado de pintar,

pero se aparta el carbonato y abre 

una ventana azul en la pared tan blanca.



Zona B:

Israelíes: ¿acaso nos queréis decir que hemos de temeros como raza ofendida o que el recuerdo de la ofensa va a durar más que la historia? Cualquier río llega al mar si antes no lo secan los rigores del camino. 

viernes, 5 de abril de 2024

... cualquier mano atrevida podía levantarse allí y proyectar su chinesca burla sobre la cal del muro, arriba estaba detenido el trampantojo de la araña, dibujo verosímil de lo que es mentira; un bedel con librea revisaba una a una las mochilas y requisaba temporalmente cualquier instrumento digital; el rey asirio se reía

 



Él se vistió de gris usando

la desnudez fingida de los pobres,

no era dios o no lo parecía

visto desde el filo de la mendicidad, refugio

de temores altos, con temblor de hocico que se acerca

alimenticiamente hasta el veneno, 

nos preguntábamos

si alguien que trabajase la madera 

se atrevería a convivir con algo así, 

firmar abajo con su nombre, no avergonzarse de él

y hacerle libre una vez insuflada la materia,

acaso el mundo estuviera regresando a los temblores de la maternidad

sin depender del aire humedecido de la primavera.



Zona B:

Se veía avanzar por el desierto la gran muralla de la arena. Nadie la empujaba. el viento mantenía su neutralidad, pero empezaba a oírse el rumor inequívoco, lejano, del simún.




jueves, 4 de abril de 2024

Cualquier cosa puede aparecer tras ese nombre, pero de la maldad no es responsable el nombre sino quien lo utiliza como escudo para no ser reconocido





En esta mano,

la forma de esconder el manantial 

para que de pronto asome la escritura

con un rictus de enfado o de concentración,

entornados los ojos para consultar el diccionario 

desde la oscuridad, 

no busques semejanzas, ahoga en aire los sinónimos 

como si fueran peces que salen a mirar, 

se escribe ahí, desde la izquierda, la mano en modo cóncavo, 

sembrando letra a letra el alfabeto.



 Zona B:

Ya se advirtió a Israel de ese peligro, alzar babeles sólo sirve para que nadie entienda lo que dice el otro; ahora empezará la confusión, tal vez acusaciones, y al final será el pueblo el que soporte la carga innoble que los miserables echaron en sus hombros.

miércoles, 3 de abril de 2024

El insecto vivía en su segunda edad, ya fósil y engastado en el rigor del ámbar, tras alcanzar el cielo saturnal de lo sagrado; cuando una vida nueva se asomaba al mundo las alas del insecto parecían temblar y un aroma amarillo se expandía en torno al ámbar, como abriendo camino al reino de la feminidad

 



Así es este paseo de la fama,

-quise decir de la memoria-,

las palmas de otras manos hicieron amistad con el cemento

                                                                                 en horas bajas,

se fundió su rigor y adoptó la forma de huella virgen que perdura,

ya olvidado el tono blando de la virginidad,

ahora vuelve el resplandor del oro

y es más conocido el logo de unas zapatillas imperiales

que la impronta dejada a mano abierta sobre el olvidadizo corredor,

paseo de naranjos, picoteo de colores extraños en lo verde,

mira ese viento analfabeto que viene tarareando la canción de moda,

habla varios idiomas pero ignora el nombre original de la canción.



Zona B: 

Israelíes: podéis ver que ni siquiera se respeta a quienes llevan un mínimo remedio al hambre. Al gobierno genocida no le bastan las armas, recurre a cualquier medio para completar su obra asesina.

martes, 2 de abril de 2024

Va muy lento el burro, corazón, bájate ahora que el camino pica hacia arriba y que descanse un poco, las alforjas ya pesan lo suyo y a ti te sobran fuerzas para llegar a la colina; sí, bájate y haremos hambre antes de llegar a la posada, ¿no te parece estimulante este olor a tomillo que trae el viento mezclado con el canto de los pájaros?

 



Me dicen 

que algún dios menor llegó después, vestido de mendigo,

huidizo y como extraño en el lugar que él mismo tuvo a su cuidado

antes de que lo echaran del olimpo,

sus barbas eras grises, descuidadas, y su mirada estrábica

intentaba posarse en los macizos de begonias,

tal vez buscando caracoles para hacerse un collar y congraciarse 

con el tribunal que le obligo al exilio,

pero un municipal le denunció por invadir espacios amparados

por el cartel de no pisar -vietato campestrari fiori-,

estuvo detenido y se negó a comer, aunque se sabe

que los dioses no comen por necesidad sino por ansia,

cualquier motivo vale para emborracharse y alcanzar las molduras

del altísimo techo donde cuelgan las telarañas del nirvana.



Zona B:

Todos contra ti, tú contra todos, hasta que la tierra tiemble bajo los pies y ofrezca abiertas las puertas del infierno. A él, al genocida ¿qué más le da, si ese es el futuro que le espera?

lunes, 1 de abril de 2024

En los pueblos costeros siempre hay una memoria dedicada al último naufragio, un poste comido por la sal en medio de la plaza con letras ilegibles y papeles fijados con espinas de pescado en los que se añaden las últimas ausencias para que nadie vea diferencias entre el antes y el después

 




Este es el legado, 

alguien dejó grabada en la madera

una proclama: ha de ser así, un pueblo en otro pueblo,

la sangre será roja aquí y allá, los cuervos

mudarán de lenguaje, nunca de color, la historia

se contará con esa música que todos conocemos,

iréis todos al monte con vuestros ganados

y rendiréis la siesta a la sombra del roble comunal,

tomaréis té de hierbas y por la noche

compartiréis la llama del candil, la leche fermentada

y el pan de harina de bellota que hace ligero el sueño del vigía

para que siga atento al bien común.



Zona B:

Israelíes: No recurráis a la leyenda, mirad hacia delante y sopesad las consecuencias que han de derivar de la actitud de vuestros gobernantes: alguien que voluntariamente abandona el país donde nació en busca de una nebulosa identidad no debe expulsar de su lugar de origen a todo un pueblo. Seréis mirados con recelo y nunca tendréis garantizada la supervivencia.