jueves, 30 de abril de 2020

Antes de llegar al mármol



                           (acaso imaginado por Bernini)

Se revelan los místicos ardores
como el serrín metálico que surte
de chispas enceladas la corona
de santo del esmeril: la flecha
no persigue blanco porque sabe
que dardo y diana compadecen
una misma pasión, la de encontrarse,

y la manera ascética acumula
la leña argumental que hará posible
una llama futura,
                                
pero dado que somos
simples empleados de limpieza
barramos la viruta y formulemos
una sola pregunta: ¿por el frío
al calor, o por la llama
a la desolación de la ceniza?

miércoles, 29 de abril de 2020

Estados de ánimo




Bajo al río,
ya no se ven remansos con nenúfares,
ni recitativos pájaros,
ni los metales verdes 
del caballito del diablo haciendo ronda
en torno a un verso de fray luis,

ahora
sólo hay agua, mucha agua,
el alma rencorosa del embalse
exhibiendo el recelo
del prisionero que huye.

martes, 28 de abril de 2020

Después de la riada



Por aquí pasó y dejó una marca
de barro en la pared, 

ahora
nuestra estatura lucha por hacerse
una fotografía que se acerque
con dignidad a esos niveles, 

la triunfal avenida

de gloria y destrucción cantada
bajo sordina por periódicos
y bardos empeñados
en difundir esa grandeza
de la oscuridad entre nosotros,
ciegos de raíz y malnutridos
para afrontar con éxito
una situación tan novelesca.

lunes, 27 de abril de 2020

En aquella casa, tiempo atrás




En aquella casa
la magia abría la ventana para dar paso al sol,

ollas, pucheros y el hervor de las miradas anhelantes
se congregaban en la mesa a la hora del ángelus, 
las manos,
como cálices, rozando las bajeras de dios, 
siempre a la espera del truco meridiano, 

tímido aplauso de las hojas al concluir el número 
y el gran libro
entornando los ojos con un guiño
de rubor y de agrado,

y aunque reinaba la oscuridad
nunca el sol tuvo tantos 
motivos para seguir oculto.

domingo, 26 de abril de 2020

Los cuadrados oscuros

 


Que no regrese a casa 
la memoria, deja
que duerma al raso, o que no duerma
siquiera, que se acueste
con el amor cosido de la escarcha,

que no te sientas nunca
deudor del crucigrama, 
                                         piensa
que el carcelero mide
sólo interiores, brillos
encadenados a mazmorra y sólo
cuando se apaga todo
es capaz de soportar la luz.

(Sus pobres ojos de cautivo).

sábado, 25 de abril de 2020

Quedará sólo la chincheta




La hoja de papel
fijada en el tablón por una sola
palabra abrupta,

nadie se acercó a leer
y cuando vino un viento 
propicio se marchó volando
con el bordoneo evocador
de los escarabajos del estiércol.

viernes, 24 de abril de 2020

De un beato que de noche me visita


Estas maneras usa
el sueño para hablar conmigo:

se arrodilla un fervor frente a la botella
-ay, cáliz inconsciente-,
y con parsimonia va rezando sus penas
como granos de anís que se deslizan
entre los dedos,

yo me despojo de la indumentaria medieval
y la epidemia se comporta
como nube de pulgas
que hace caminar la ropa
lejos de mi lacerado cuerpo,

después se incendia
el códice con salvajes minios,
oros y rigor de lapislázuli, para
anunciar que el fin no llega a tiempo.

jueves, 23 de abril de 2020

El ogro cena en casa



Ojalá fuera un dardo
lo que se enfila con silbido
hacia la inocencia de la diana,
-que nada de inocente tiene,
más bien de casquivana o presuntuosa
habría que tildarla-,

o que el miedo
viniera del lado sur, el lado
del que alborotan las gaviotas,
y fuera un simple grito sin sentido
ni mensaje encriptado,

en ese caso habría
que organizar una batida
de arqueros avezados para darle
a la alta caza alcance 
y regresar a casa
con algo sustancioso
para una cena memorable.

miércoles, 22 de abril de 2020

Lo que va de sueño a sueño




Del árbol suspendida
como fruta menor esa aventura
de la imaginación,

                                  se piensa
en el sabor y se comprueba
bajo el castigo de la prisa
que es ácido el amor temprano
y perdurable la dentera,

lo mismo da, si entraña imploras,
hígado o corazón, pues más adentro
la médula almacena fuegos fríos,

Que cuelgue, si, el reflejo
sobre la cal de la pared y sigan
las manos acunando 
esa página en blanco donde puede
asomarse cualquier vulgaridad.
















martes, 21 de abril de 2020

Sin entrar en detalles



Podría resumir mi vida
tomando de la tuya
los detalles más dóciles,

una vez puesto en marcha el mecanismo 
la inercia empujará a la espalda
con su calor de belfo de caballo,
animándote a cruzar desiertos
que el mapa desconoce, sólo
te señala los pozos
y algún refugio ocasional
para mirar de noche las estrellas,

sonido de aluminio
antes de cenar y esteras
de esparto virgen sobre el nido
de la serpiente de cascabel,

y colgando del cielo,
sin ordenar, las siglas
de los puntos cardinales


lunes, 20 de abril de 2020

Ver, no tener




Informe de raíz
sobre paisaje desolado:

esas cenizas empapadas

por la llovida lágrima no intentan
que el barro nuble el sol, ni el charco
pretende suplantar al mar lejano,

en toda
calamidad subyace el júbilo
del garabato original y nunca
se perderá del todo
el aroma de ruina, la constancia
de una tierra de nadie donde crece
la ortiga comunera sin respeto
a los mojones de la propiedad.

domingo, 19 de abril de 2020

Algo enquistado en la memoria




Dejar que suene a catedral
el arrastre de suela, siempre
vacía aunque esté llena
y más aún si no lo está,

que suene 
a flauta dulce la columna,
el arbotante a paso
lejano de caballería, a granizo
el temblor de las vidrieras
por más que sean azules
sus sangrantes heridas,

podría congelarse
esta noche visible y trasportarla
como un incienso asustadizo
al exterior y darle forma
de inmaculada concepción.

sábado, 18 de abril de 2020

Mientras dura el eco




Lanza al aire tu voz,
el trigo al aire, al aire
las monedas de la desposesión, 
que nada penda
de escritura o contrato,
quédate libre
para evaluar la oferta
más loca del mercado,

luego monta
el potro de la luz y sube
el volumen de escucha,
queda tanta
mudez en las palabras
y apenas una vida
para intentar llegar a todas.



viernes, 17 de abril de 2020

Lista de tareas




Arriscado en el monte, 
ciego a palabra, con urgencia
de brezo pensativo, mira
cómo se huye de todo,

se regresa siempre a soledad
con la disculpa de la lejanía,
difícil traducir tanta distancia
a silbido de pastor 
o a ladrido de perro,

prueba a cantar, es útil
con los pequeños miedos y hace
dueto con los pájaros que eluden
la quietud de la siesta,

y al regresar a casa no olvides
poner flores al agua
encarcelada en el jarrón.

jueves, 16 de abril de 2020

De tánto echar de menos




El ruido crece
con vocación de tubo subterráneo,
una vibración apenas
amanecida, de sabor nocturno, pico
de veneno seco en la garganta,

no es alboroto, si pensar fuera algo
ensordecedor, o la nostalgia
de las palabras sublevadas
contra la angina blanca de los ecos,

se oye
lo que te falta y algo
de lluvia mañanera te vendría bien
para que tanta 
tirantez de tambor se acostumbrara 
al las baquetas del silencio.

miércoles, 15 de abril de 2020

La cuenca norte




Quedó como recurso
estacional aquella
amistad adornada de carámbanos,

el frío estaba siempre
avizor y de las manos
moradas por los sabañones
llegaba el beneficio imaginario
de un saludo adornado de calor,

pero era tan lejana
la asociación de forma y nombre  
que cuando el viento
del norte se plantaba
a la puerta siempre había
que preguntar quién llama,
porque no recordábamos su voz.

martes, 14 de abril de 2020

Los días quietos




Volar con esa
ilusión saturada que llamamos pájaro,
-las alas de gallina
y el empuje de halcón, qué risa-,

vuelo en todo
semejante a terraplén, a feria
recién prendida, llena
de carbonilla y disparate
de pólvora festiva,

y tú ¿qué haces aquí, con palo blanco,
sin tacto para el ruido, sin ventanas
al laberinto abigarrado del color,
sin esa
templanza ciega del que busca
volver atrás para acordarse
de los días inquietos?

lunes, 13 de abril de 2020

Huellas en varias direcciones




Con qué pretexto entrar ahí
si está el arcángel de la edad
reconstruyendo prohibiciones,

ni verjas quedan ya,
ni siquiera puñales para darle
la bienvenida a los rebeldes,

fuimos nosotros quienes decidimos
extrañarnos del lugar, hacernos
arena en el desierto, fuego
en el hogar errante, agua
en las jornadas de exterminio,

pero nos queda 
el pan de la concordia 
y el exterior de todo
lo que nos fue robado.

domingo, 12 de abril de 2020

La risa del dragón



Viene el aire
con la intrigante danza
de la hoja de tilo que posó,
blasfema y sola, 
en la espalda del héroe,

por ese hueco
se percibe un final, hay luces
que perforan a muerte, chorros
de un oro lúgubre colgando
como guirnalda tóxica de muérdago
de los altares despojados
de oración y de ofrenda,

mientras tanto
la risa del dragón gotea
con lentitud de péndulo un trucado
sortilegio para la inmortalidad.

sábado, 11 de abril de 2020

Visto desde arriba




Sigue la mano en el perfil lustroso
de la balaustrada, cuánta indecisión
o pensamiento a punto
de construirse se guió
por esos brillos en la oscura
declinación de la escalera,

cuesta
seguir el caracol descenso,
armonizar crujido de escalón
con paso y aventura en esa
vertiginosa danza de atracciones
y rechazos livianos,

somos, 
corazón arriba, lo que queda
olvidado en el desván y abajo
siempre espera la sombra
estampada del amor suicida.

viernes, 10 de abril de 2020

Los añicos del júbilo



Baja el arroyo con caudal
de desperdicio y fiesta, pulcro
de basura y esfuerzo,
como el cansancio de la vida,

se fue el silencio cuesta arriba
y las escobas ramonean
entre el polen oscuro que ha dejado
el enjambre de la celebración,

nos queda ahora
regar la piedra como si algo
de su frialdad le hiciera falta
a nuestras germinaciones de volcán
para hacer el aire respirable.

jueves, 9 de abril de 2020

Emprender jornada




Enséñame a caminar sin pies,
descolgando los pasos sobre el hilo 
de un vacío lento,

me subiré a los muros
de la cautividad y daré forma
a los alocados pensamientos
con que mi adoración se adentra
en lo oscuro y de él regresa
con desnudada ingravidez,

que no vuelva a agolparse
la cotidiana forma 
del polvo sobre el filtro del sueño,

porque nada es
sin haber sido antes soñado.


Zona B

Cada día cuesta más acostumbrarse a este obligado culto a la ignorancia. Alguien nos ha cortado la luz, pero nos sigue pasando el recibo para que sigamos soportando la oscuridad sin sensación de alteración de la costumbre.
Ante tantas teorías de la conspiración dejadas a secar el aire de una ciencia con anteojos, uno piensa si no será la negación la gran teoría, esa que todo lo niega para que el pensamiento siga por el carril, mientras la evidencia se nos oxida ante las narices. El sistema ha quebrado y la única manera de seguir manteniendo su viabilidad es dejando que los poderes nos lean la cartilla cada mes, nos pongan deberes y pasemos un infinito examen del que jamás conoceremos la calificación.
Todos estos virus acaso se generen en el modelo capitalista de producción, que rompe los usos naturales, administra antibióticos innecesarios que provocan la aparición de organismos resistentes, en la alimentación de las supergranjas con transgénicos de dudosa ralea y en el procesamiento de todo aquello que llega a los supermercados y acaba en nuestras mesas.
El panorama recuerda demasiado al juego del elástico, que te permite cierta holgura, pero siempre acaba reconduciendo tu ingenuidad a la vereda de siempre, al dogma político que todo lo sabe y todo lo dispone para el bienestar colectivo.
Un nuevo despotismo ilustrado. Veremos que hay detrás de todo esto, si nos dejan.


miércoles, 8 de abril de 2020

Los reflujos del alto abril




Recorta el jardinero
la sombra del rosal, la roja
sombra del mediodía,

sus tijeras 
atadas al pasado vuelven
al pulgón, reviven
los temblores del tallo infante,
aún revestido de guardapolvo azul,

cuidado: ahí la espina, la que dicta
los límites aéreos
a la hora de armonizar tonalidades,
sin mezcla, sin rubor, sin daño,

que nadie piense en la presencia
de sangre entrometida, 
-rampante herida sin abrir-,
en la fiesta del sol y el equilibrio.  

martes, 7 de abril de 2020

Zahorí



De muy lejos le viene al campesino
ese rebote de la luz que abreva
su robusta ignorancia en tomos
de tapial encuadernado,

ni campana ni voz, es sólo 
un silencio prensado, atento
al bordoneo vecinal,

                                          sube
al alcor y otea, se avisera
los ojos con la mano y dicta
una distancia prudencial, los ocho
pasos a la izquierda tiemblan
con el olor del barro hasta que surte
con artesiana voz el chorro de agua.

lunes, 6 de abril de 2020

Asomados inversamente a la ventana



Ese color fecundo que simula
devolver la sangre al río,

debes considerar la falsa
perspectiva del cuadro,
los elevados horizontes,
la balaustrada guarnecida
con zarcillos 
de jazmín o buganvilla,

o el sol poniendo
en un aprieto a Turner,

tantos
ángeles ociosos asomados 
inversamente a la ventana
de un cuarto miserable
desde donde miro
desmoronarse el día.

domingo, 5 de abril de 2020

Dormir al raso




Lobo aquí, presente
entre señales de humo, 
nadie como él escribe
la llamada nocturna,
de fósforo sus ojos, el marfil
en sus fauces y un almizcle
de miedo en su pelaje
que hace enmudecer a quien lo ve,

desenrolla esa leyenda
para dormir al raso, las estrellas
te cubrirán y puede
que hasta esa manta agujereada
del firmamento te permita
mirar mucho más lejos.

sábado, 4 de abril de 2020

La vida subalterna




Retomar el paisaje
que dejamos ayer,
la flor y el hacha 
volverán a mirarse
en el espejo del acero 
y los trinos de pájaro
reconstruirán su nido
en el desorden de tu cabellera,

huye
de oración y lamento,
vive
tu segunda voz, la broma
que todo lo edifica
sobre las costillas asoladas
del tiempo vengativo. 

¿Eres sólo tú o no estás solo?

viernes, 3 de abril de 2020

Los oros del trascoro





Las angelologías
raramente se conforman
con aniñar los coros que bostezan
solemnidad y circunstancia armónica,

los cantores
saturan las alturas como polvo
de divina polilla y a menudo
se cuelan en las páginas adustas
del facistol buscando
el escalofrío gregoriano,

toman prestadas las fatigas
primaverales de vivaldi o los antojos
de bach para asomarse
como piojitos verdes a las barbas
desaliñadas de dios padre,

pero nunca 
parecen muy felices.

jueves, 2 de abril de 2020

Área de prácticas




Quizá un alfil forjado
en la diagonal sabiduría de lo lento
pueda hablar de rumores, 

no así el hoplita, tan reacio
a estratégicas horas de meditación, 
que azuza a torres y a caballos
para acabar en pírrica derrota,

o acaso lo importante sea
el sonido a madera con que ocurren
los intercambios de peones,
sin lágrimas, sin voz, sin aspavientos,
sólo con un estruendo de armas
que chocan con el suelo,

salvo al rey y a la reina por el simple
placer de recordar.

miércoles, 1 de abril de 2020

Avocados a vértigo




El simple peso del pensar
nos ata a tierra, amigo pájaro,

de nada sirve
la etérea forma de trenzar el hilo
si el ovillo se crece como bola
de nieve silogística: a más rodar
mayor volumen y condena,

rendimos pleitesía
a la indiscreción del viento, una
pelusa liberada vuela
más alto que la pluma, pero atada
por hilo de cometa.