jueves, 29 de febrero de 2024

Mirad aquí, las ruedas suplen a los pies, diría incluso que parecen alas de ofidio fabuloso, algo así como un dragón menudo custodiando los humores cambiantes de una princesa medieval traspapelada en nuestro siglo; dispongo incluso de motor, control de giro, desmemoria u olvido a voluntad de todo aquello que de alguna forma me incomoda, ¿no es genial?

 




Todo va bien,

todo apunta a que el dolor acaso espere un poco más,

llegará en su lugar la caricia analgésica del aire,

-tened en cuenta la respiración, 

sus devaneos quirúrgicos con esos enemigos

que viven de alquiler en la penumbra sin ventilar de vuestras almas-,

no es necesario que alteréis la rutina de vuestros paseos

por el corazón de la ciudad, pero evitad mirar las tentaciones

que se exhiben en los escaparates, la calvicie de los maniquíes

esclavos de la quimio o las novelas que recurren

desvergonzadamente a los milagros de vidas rescatadas

en el último instante,

todo va a ir bien, 

miremos a las puntas de flecha de las grullas que regresan,

-ellas sabrán por qué-, a estos lugares

donde la leyenda dice que manaba

continuamente leche y miel.



Zona B:

Seguid hablando de eso, no hay que rendirse ni dejar que descanse el asesino de niños que aún no saben lo que es jugar; sólo conocen el horror, en su piel viene tatuada ya la calavera.


miércoles, 28 de febrero de 2024

El libro de recetas lo firmaba un sabio profanador de tumbas prehistóricas; aconsejaba seguir las trochas frecuentadas por los neandertales y los sapiens cuando salían a recolectar; te permitía incluso completar los ingredientes para un guiso antecesor y luego hacer la sobremesa tallando sílex y eructando en aquel idioma insuperable de gestos y miradas

 



Hasta aquí ha llegado,

aún se puede ver la marca de barro y desencanto

que la inundación dejó, las cifras, los diagramas

y las opiniones enfundadas en terciopelo lo atestiguan,

pero la guerra no termina, sigue ardiendo

con su calor de hielo, nos envuelve 

en una nube de apática anestesia

para que aceptemos la derrota con resignada educación,

el gris está de moda, y el azul ha disfrazado

con elegante frac al saurio verde del dinero,

se permite la armoniosa excepción de una maceta

de flores rojas asomada al alféizar

para que los locos y los enamorados del dolor

puedan seguir soltando serenatas

a no se sabe quién.



Zona B:

¿Quién va a decirle ahora al lacayo venido a más que respete las normas, que acerque el estribo a su señor cuando se baje del caballo y quiera caminar civilizadamente por un mundo que ha dejado reducido a escombros?


martes, 27 de febrero de 2024

De un viaje ya lejano me quedó el recuerdo de una isla que se adivinaba en lontananza, borrada casi por la luz algodonosa de la niebla; Isla de las xanas, donde sólo había cabras y un pastor de piedra que con el progreso de la luz parecía moverse y manejar su sombra a voluntad; se decía que nadie arribaba allí, que era mejor mirarla desde lejos y dar por buenas las primeras impresiones

 



Siempre renuncio a ver,

con la imaginación se abrevia y se puede llegar mucho más lejos,

necesito poco, unas monedas

para el pasaje en barco al otro lado,

el impermeable azul que se confunde con el cielo

para que nadie pueda verme allí,

y la pluma caudal de gavilán, por si hubiera algún mensaje

que fuera necesario transcribir con propiedad,

lo intento año tras año, lo repito con devoción

siguiendo paso a paso el protocolo,

hasta llevo al cuello el corazón de gato

ya fosilizado de tanto ir y venir,

nunca ha llegado a suceder la epifanía

pero puedo afirmar que he conseguido

convertir en placer esa costumbre.



Zona B:

En Palestina llueve poco, sólo bombas y crueldad; ay, si fuera fácil reducirlo todo a un juego de ordenador: Ctrl y alguna letra más.

lunes, 26 de febrero de 2024

Cuando empieza a sentirse mal él se refugia en el brocal del pensamiento, deja que su cuerpo se hunda poco a poco en las olitas del endecasílabo y si el mal no remite se refugia en los refajos del soneto hasta que el sueño se hace piedra y todo le da igual; se pondrá el camisón de don Quijote e irá en busca del pelo amarillo de una Dulcinea de maíz, que luego la alquitara transformará en oro bebible

 





Ahora todo es verde,

todo empuja al envoltorio de la corrección,

un pañito de croché planchado a la manera antigua

para tapar miserias,

la botella verde ha regresado 

tras el empuje vertical de una estrategia 

que todo lo convierte en oro, -hasta el oro viste ya de verde-,

llega él con la botella disimulada en una bolsa de papel

en la que incluso cabe el sol y todo el sueño

de los anocheceres solitarios,

en esta casa de cartón hay hornacinas

para que brille el fuego de Dioniso y un bote con narcisos

rescatados del muladar de la inocencia,

se ha apagado la luz y Pepe Hierro

se toma su segundo burbon y empieza a tiritar pensando

en el verdor enfermo de Cantabria.



Zona B:

Palestinos: un latido y enseguida estoy con vosotros, aunque me doy cuanta de que sigo estando lejos, mucho más lejos de lo que creía; ponen muy difícil llegar hasta vosotros y a vosotros no os dejan ni asomar.


domingo, 25 de febrero de 2024

Vive en el borde de la marisma, cada mañana deja su cabaña y avanza sobre el muro de contención para tomar un baño; brazos en cruz, flexiones, algún gesto de coquetería sobre el agua quieta, la gaviotas asisten en silencio al ejercicio, luego el chapuzón y un rostro con el rictus de la infancia que ya apenas recuerda y el mismo ruido de la nana que las olas repiten como si el tiempo no existiera





Conozco un ser que cada día

sube la escalera de caracol para dar cuerda al reloj de las estrellas,

pero no es feliz,

camina por la soledad de un bosque donde el olor de las esporas llena el aire,

disfruta con el libro circular de las arañas que lee en dirección opuesta 

                                                                                       al progreso del sol,

y no es feliz,

escucha el regocijo de los pájaros como el primer anuncio del amanecer

y despierta con el odre del sueño ya vacío,

conoce las entrañas de bronce del latín, la cerámica roja de los griegos

y el sabor resinoso de su vino,

saluda a Horacio y acompaña a Homero como un agradecido lazarillo 

y sin embargo no es feliz.



Zona B:

Que paren de una vez, no son humanos esos soldados articulados con engranajes de robot, si caen heridos sólo sangran el óxido podrido de su odio; además su risa es el ladrido que la inteligencia artificial creó para las hienas.

sábado, 24 de febrero de 2024

Todo lo que allí se muestra es paraíso, lo fugaz, lo eterno, lo que se retarda y parece no querer llegar, lo que se cuela precipitadamente, lo que ni sabe que ha llegado y lo pregunta ¿es aquí? y se queda en el rincón esperando a que el acomodador le asigne sitio, lo que trasmite el altavoz y el hilo musical y el tufo a incienso que hace gotear abiertamente la nariz de los viejos aquejados de alergia hacia sí mismos

 




Apenas ese vaho del olvido,

unas gotas de aerosol en el cristal de la memoria

cuando el poderoso barco revestido de frac y oro discreto

dejó escapar su bramido de cetáceo

y un chirriar de cadenas dejó el ancla arrizada,

los abanicos se alejaron aleteando con un flap flap de terciopelo

y el cielo se rasgó las vestiduras

para dejar al sol un hueco por el que mirar,

ni las gaviotas quisieron despedirse,

todo se quedó con el desorden apacible del alzhéimer

mirando desde el puerto cómo las olas acosaban

con suaves lengüeteos el lado de babor donde se dice

suele alojarse el corazón.



Zona B:

Al final Israel ha decidido proclamarlo en alto: la tierra es nuestra, el aire, el agua y hasta los huesos que reposan bajo siglos de olvido, nos quedamos con todo, pero os dejaremos trabajar para nosotros, con derecho a pan y sal.

viernes, 23 de febrero de 2024

Al parecer a Plinio el viejo le sorprendió el volcán cuando despertaba de su siesta, su cuaderno de notas quedó debajo de él convertido en una indiferente piedra pómez que nada reveló de lo anotado a toda prisa antes de la iluminación final, esa que suele burlarse de nosotros dejando al descubierto el inconfesable objeto de nuestras obsesiones

 



A proyecta su sombra en la pared,

el alma negra de su inocencia maliciosa,

B es una llama que combate esa sombra con su luz,

las dos son ráfagas de tiza, grafiti de muy corta duración

que colonizan tapias y murallas en los arrabales de la historia,

y sin embargo duran, las semillas

de su tenacidad se reproducen como flores 

de una estación perpetua que no atiende

al canon rotativo de la primavera,

obtienen su alimento de la reserva de Perséfone, 

ese nivel freático intermedio entre la trasparencia

del agua subterránea y el rojo sangre de las amapolas.



Zona B:

Paraos a pensar, vecinos de Palestina e Israel, pensemos todos juntos: ¿quién escribirá la historia de ese enfrentamiento?, ¿servirá de algo el escribirla?, ¿habrá un final pacífico que nos permita compartir el sol y el aire? Si no fuera así ¿para qué sirve la guerra y quién saca de ella beneficio?





jueves, 22 de febrero de 2024

Fue inventado el mito para consolación de los mortales; el jazmín y la buganvilla enredaron sus zarcillos en las paredes encaladas de las casas del sur; en las del norte se vio crecer el musgo y en el páramo donde la lluvia era un relato forastero se obligó a la niebla a prolongar jornada hasta casi el mediodía en que el sol venía a dispersarla

 




Me asomo al pozo, 

-como el sol-,

me contemplo en el agua, 

-lo mismo que Narciso-,

enfilo ese prismático alargado de la profundidad

y sólo obtengo imágenes temblonas, o acaso sean ecos 

de lo que la imaginación quisiera ver,

el mundo se dispone en varias capas de espesura,

hasta qué nivel vas a llegar, será bastante

con sentirse rozado por el agua y dejar que muera

esa ficción de amor y de armonía 

de que enfermó Narciso?

hasta aquí desciende la energía de la juventud 

y de aquí sube el vaho resonante de la edad madura

para condensarse tembloroso

como la gota de un vulgar catarro

en la punta enrojecida de la nariz.



Zona B:

Palestinos: Alguien pintó un cero sobre vuestras cabezas, señalándoos para el sacrificio, pero el humo y el polvo no dejaban ver el objetivo y la muerte cayó sobre vosotros con la imprevisión de un aguacero.

miércoles, 21 de febrero de 2024

El portal recién fregado mojó las ruedas del carro de la compra; al salir a la calle fue marcando huella mientras duraba la humedad; un perro me siguió, luego otro y otro, alegres porque alguien les marcaba un camino, pero cuando las ruedas se secaron desapareció el camino y los perros se quedaron quietos como esas viejas porcelanas que llenan de tristeza el zaguán de las casas

 




Eso que hace la carne

cuando decide emanciparse

y se agrupa o se expande y sube

como la espuma o el fermento del pan

abriendo un paréntesis breve en eso

que unos llaman biología y otros

magia cotidiana para pobres, 

consiste en levantar seres tan dúctiles 

como un metal, maleables como el viento

que cabe en cualquier parte,

eso tan natural o milagroso ocurre

y nosotros lo disfrutamos y a veces

lo soportamos con dolor.



Zona B:

Tras varias analíticas sólo es posible una dura conclusión: tu cáncer no es curable, Gaza, salvo que sea corregida la degradación genética que altera tu ADN. Tratemos de evitar una metástasis.


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martes, 20 de febrero de 2024

Esto que veis aquí pintado en la pared parece que tuviera vida, pero no es así, la vida nunca adopta a pleno modo ese vergonzante color sepia, ni se muestra abatida bajo el insuperable peso de la culpa; no es así, la culpa es posterior y es resultado de una herencia dolorosa que dejó una cicatriz escarificada en nuestra frente y nos hace pensar de esta manera tan oscura; la vida no se exhibe en los museos

 




Egon Schiele resumió

y entregó a dios resuelto el acertijo de las tentaciones,

unas tablas de mármol decoradas

con la oscura obscenidad de su perplejo imaginario,

y acertó, por lo visto, componiendo

una apretada fórmula de miedos y de asombros

mirándose al espejo, el hambre,

la desnudez y la miseria natural del ser humano,

todo junto a los pies del fatigado creador,

el modelo no ha sido mejorado, tal vez porque el ingenio

del diletante muñidor de cosas quedó yermo

ante aquella blasfemia pronunciada

en el modo menor de la armonía.



Zona B:

Palestinos: si aún tenéis acceso a Google maps buscad la ubicación exacta de la pentápolis citada por la biblia hebrea y huid en esa dirección; tal vez el daño que encontréis allí sea menor que el que os causa el asesino de Israel.

lunes, 19 de febrero de 2024

Qué fue lo que dijo o intentó decir, dando por cierto que de verdad quisiera decir algo; discrepan favorables y contrarios al ponderar vestigios, pero los traductores se pelean entre sí tirando de hilos que podrían ser tan sólo restos del sudario con que le dieron tierra en "los poblados", un lugar fronterizo con la nada donde ni los zorros se avenían a cazar.

 



Él estuvo allí,

algunos le recuerdan flotando sobre el agua

lo mismo que un nenúfar, 

muy rara vez un remolino de fiebre y sobresalto

le hacía desaparecer, se hundía entre los limos

o se alzaba en forma de vapor y se perdía entre las nubes,

por las mañanas adoptaba esa quietud aérea del granito

para servir de pedestal al canto de los pájaros,

con los arrendajos recordaba 

el chirrido de la madera del telar, 

cuando su madre entrecruzaba el lino de su sufrimiento

con la urdimbre gris del porvenir nublado,

pero con los años la charca se secó

y todo volvió al silencio del principio.



Zona B:

Produce cierta indignación que las epopeyas sólo ofrezcan reposo al desterrado tras un periplo agotador por las afueras de lo que se llama espacio humanizable. A los palestinos sólo les queda el mar o el aire o refugiarse en la caverna de Platón, tan alejada de ellos.


domingo, 18 de febrero de 2024

Una sola voz para un solo mensaje, que nadie quiera repetir con ecos turbios lo que sonó una vez entre las piedras, pulimentado por el viento y libre de adherencias; basta ya de sagradas escrituras si la salud de nuestras almas de metal ha de cubrirse de óxido entre vapores de respiraciones ácidas, y olor a col recalentada en alquitaras de dudosa alquimia





Sencillamente muerto

o hecho de fragmentos aburridos de vivir,

las epopeyas hablan de pináculos,

que se elevan al aire para desvelarnos

el origen del miedo, siempre

que un pueblo se decide a emprender camino 

suena arriba una voz o un cuerno de registro barítono  

subido al pedestal de un súbito poder,

anuncia que el dios nace y a su pueblo

le florecen las ganas de reír, aunque por dentro llore,

los profetas son eso, voceadores que invocan

los lodos del futuro, nunca se fían de los dioses

y suelen proclamar en el desierto

el proceso de su iluminación para que luego

la exégesis no altere la dirección de sus anuncios,

ellos saben de oídas cómo nacen los dioses, 

pero quieren verlos crecer, ser preceptores

de su quebrada voz adolescente.



Zona B:

Palestinos: si Putin os convoca en son de paz, salid corriendo en dirección al mar; mejor eso que un destino de humillación y servidumbre. Ya tenéis verdugo suficiente en Israel.

sábado, 17 de febrero de 2024

Los pasos en el bosque de las hayas suenan con ecos de catedral, se ven las diagonales del incienso que las hojas levantan al pudrirse y un regocijo de gusanos se adivina debajo, muy muy cerca de los calores fermentados por la leyenda del infierno, pero vendrá algún druida con un manojo de mandrágora y aspergeará a los trasgos, ángeles y demonios para tener la fiesta en paz

 




Vuelvo aquí ramoneando

como las cabras dulces que costean

los acantilados de mi sueño, subo

a su nivel y observo entre las brumas bajas

que las flores de mayo han regresado

de la mano sutil de la memoria,

me acompaña también el sabio gesto

de un mastín de granito que atesora

siglos de vigilancia en torno al humo

que dejan los rebaños cuando el fuego

del lobo se reaviva con la brisa del hambre,

suena el caramillo de un pastor y el alma

se serena y viste esa zamarra

de rocío temprano y luz no usada

que dejara fray Luis en homenaje

al silencio sonoro de Salinas.



Zona B:

Ellos ponen la fuerza de las armas, Putin, Netanyahu y los demás; nosotros pondremos nuestra sangre, ya que nuestra voz se queda en nada ante el estruendo de las bombas.

viernes, 16 de febrero de 2024

El sordomudo cierra las ventanas en pleno agosto, no quiere saber de brisas o de aires exteriores que refresquen la cal de la pared, se mira las manos agrietadas, se da crema solar y se retira al interior oscuro a recrearse con el sonido oculto de la voz que sigue estando ahí, en el calor de sus entretelas; él nunca olvidará las playas donde los abecedarios se formaron en el roce continuo de las olas contra la realidad bravía de las cosas sin nombre conocido

                                                

                                               

                                          Si fuéramos capaces de frenar la patulea de anglicismos

                                          innecesarios tal vez nos entenderíamos al hablar




Dejo aquí mi apuesta

por las palabras, su sonido floral que sobrevuela

como los moscardones la penumbra, se entremezcla 

con la entonación nasal y sale

por la ventana, tembloroso, como contagiado

por la vibración de la armónica de Dylan,

fijaos, yo no he dicho window, 

ni he buscado en el diccionario la traducción esclava

de moscardón o de nasal o de penumbra,

si acaso imaginé catarro y cold sonó como una tos británica,

como campana amortiguada por la nieve,

mejor que el sol siga en su sitio, arriba, derramando

su don claudiorodríguez en este idioma

y que la moon se asome por el sur atravesada

por la silueta de un flamenco

sobre las marismas de Doñana.



Zona B:

De nada sirve comparar dolores, Níobe lloró la muerte de sus hijos, Casandra vertió lágrimas por los troyanos que se creían inmortales; nuestras lágrimas de hoy son sólo nuestras y el dolor sigue siendo el mismo: "atentite et videte si est dolor sicut dolor meus".



jueves, 15 de febrero de 2024

Estos son los vicios inocentes de un viejo cortador de flores que ahora se conforma con la memoria del olor y la contemplación del jarrón vacío; hace tiempo aceptó que el paisaje sigue estando fuera, aunque eso signifique convivir con la pequeña desolación de un cuarto sin adornos ni aromas

 




Todo está bien,

a gusto y en paz consigo mismo bajo la luz del día,

tú que miras y percibes la predilección de la costumbre 

por un desorden apaciguado de las cosas

acaso no comprendas esta quietud en la mirada

que ni siquiera aspira al grado cómico de euforia

y se conforma con la tranquila digestión del aire,

tal vez echas de menos algo más, añadido al dicho de Pessoa, 

sabio es aquel que, -procul, desde un discreto lateral-, 

se conforma con el espectáculo del mundo, 

pero nosotros hemos de seguir

el curso original del agua hasta más allá de Horacio

y después de beber a morro y refrescarnos 

aceptar que esta sed nunca se sacia.



Zona B:

Dante no pudo imaginar más círculos para darnos una idea codificada del infierno, tuvieron que venir los "herederos" de no se sabe qué a mostraron su particular infierno, una turística visita a la franja de Gaza, para hacernos ver que es algo más horroroso todavía.



miércoles, 14 de febrero de 2024

Quizá los ciervos y los zorros se sorprenderían si le vieran merodeando la fuente sin beber, sin acercarse a comprobar huellas y marcas de olor o vedijas de pelo en las horquillas del brezal; pero él ni quiere hacerse el invisible ni busca el contraluz del viento, sólo rememorar la sensación de dolor físico cuando la inmovilidad de las esperas se convierte en granito y no hace falta ni buscar refugio contra el sol

 




El viejo cazador señala en el cuaderno

la perdiz esbozada con tizón menudo,

sus dedos acarician con artrítica torpeza el ejercicio

de campo que en su día debió finalizar 

pero por algún motivo dejó a medias,

su mirada parece querer parar el tiempo

no para cazar de nuevo 

sino para rogarle a la perdiz una última pose, 

(le intriga la quietud de sus ojos de esfinge, 

la literalidad tan despeinada de su vuelo, 

y el no conocer nunca hacia dónde le impulsará la brisa, 

-y quisiera saberlo-,)

él sólo reconoce que olvidó completar algún detalle

cuando precipitadamente hubo de dejar papel y carboncillo

para apuntar con la escopeta al vuelo sorpresivo

que le entraba a contraluz por el oeste.



Zona B:

Hoy va de cacería y no estará de más que señalemos a quienes proporcionan armas y munición al cazador del animal humano -(¡hay que ver!)- y miran sin mirar hacia otro lado, silbando como niños, para espantar el miedo.


martes, 13 de febrero de 2024

Coincidió la gran protesta con la función menor de algunos cómicos instalados en la acera de la transidumbre; los textos de unos se confundieron con las consignas de los otros y el estupor se derramó como una tinta antigua por el asfalto virginal de la ciudad; hasta el alcalde, tan piadoso y comedido de por sí, hubo de arremangarse y contribuyó en lo suyo a adecentar el suelo mancillado por el decir sectario de unos pocos

 




Este es el signo agreste del tenorio

desempolvado aquí sobre las tablas

ingratas del teatro, duele

el zapateado involuntario de unos sueños

disfrazados de actor que no dejan oír las iras quietas

de quienes han sido agraviados por el instinto ciego,

en los tejados de la vecindad se escucha

el maullido en celo de los gatos, un entremés

que todavía se tolera sin rechistar 

como si fuera un débito arraigado en la costumbre,

alguien que tose

desde el fondo del patio de butacas viene al rescate,

se inclina reverente y suplica perdón al respetable,

cualquier cosa

se hace valer como argumento 

para equilibrar una función que se contempla

con asombro a sí misma,

pero nadie al terminar se ha dado cuenta

de que no ha habido aplausos

y que el telón aún sigue levantado.



Zona B:

Volad, palomas, con la rama de olivo como escudo, no os protegerá contra el furor del asesino, pero vuestras plumas enlodadas de sangre servirán al juez para dictar una sentencia tan tardía que ya de nada servirá, salvo para enturbiar aún más nuestra memoria.

lunes, 12 de febrero de 2024

"Emprendo la tarea (imposible, si es que hay algo imposible) de racionalizar, interpretar, reconstruir y desandar aquellas fábulas y hechizos que gracias a ti fueron realidad", pero te advierto que mi tenacidad ya no es la misma y que a veces me he quedado dormido cuando debiera vigilar, tomando cualquier cosa por auténtica sin llegar a morder la legalidad de su metal

                                                                      (") José Hierro. Cuaderno de Nueva York





He de admitir que hubo días mejores 

que estas albas de candil y escarcha,

yo soportaba el frío

porque tú  me anunciabas

el calor humedecido de tus termas,

quizá sólo un vapor de azufre coronando

mi estremecida incredulidad, -lo suficiente-,

ya sabes que la fe no ha sido ni será mi fuerte

y aunque acabe creyéndote será a los hechos

a los que me rinda, no a la promesa

de algo que está siempre a punto de llegar

pero que nunca llega.



Zona B:

ISRAELÍES: Aquellos acabarán enviándoos despojos, estos os despojarán y con la acción de unos y otros vuestra realidad será cada vez más pobre.  

domingo, 11 de febrero de 2024

Ya en los años secos hube de recurrir a la visión aérea para poder ponerle algún reparo al creador que presumía de ingeniero racional sobre un paisaje de latifundios caprichosos donde el color no siempre estaba bien dispuesto y las acequias se mostraban como heridas innecesarias cruzando el amarillo de los prados; tal vez su fantasía se agotó con el trabajo a medias

 





Un picado turbulento,

acaso sea el embudo de la gravedad

o la succión del suelo que se acerca vertiginosamente,

un sonido helicoidal muy parecido al rizado

que luce la espiral del adn, igualando el final con el principio,

también el aire puede enfermar, se oxida

contra la chapa de aluminio y tiembla igual que alguien con miedo,

no sólo el águila prescribe unos principios de navegación,

normas de vuelo incompatibles con el exceso de velocidad,

y esta hará que nuestros ojos

no puedan evaluar la redondez de algo tan plano

como un mapa escolar a dos colores.



Zona B:

ISARAELÍES: ¿os habéis parado a pensar en qué entretendrá sus pulsiones asesinas el gran verdugo cuando ya no queden palestinos que masacrar? 

 

sábado, 10 de febrero de 2024

Hay un agujero en la madera seca, delicadamente redondeado, fruto de la percusión artesanal de una lengua de pájaro, el carpintero de cabeza púrpura y plumaje oscuro, se posa con furor, apoya en diagonal la cola y en sus garras hay verdadera decisión, esculpe un ataúd para que la vida continúe y al menor peligro lanza su grito como el izado reidor de una cadena de ancla, pero el barco no se va

 




Ahora ya sólo me asomo a la ventana,

han lavado el cristal, entonces no llovía,

se posaban las palomas en el alféizar

y escribían blasfemias e impudicias, 

ahora no, ahora llueve y el temporal arrastra 

unas nubes de trapo, queda la alta torre, 

esa babel particular que me impide conversar con los pinos, 

suena bien el aire aquí pero hace frío, 

las mantas no lo tapan todo, dejan los pies al aire

como en los días de hospital,

ahora sólo miro, hay migas en la mesa, 

el pan duro del tiempo que se va secando,

podría conocer el veredicto sin leer pero me pregunto

cómo será ese día, el que alguien borró del calendario,

sin mí, sin la ventana, con las mantas 

puestas al sol a ventilar, con la terraza atestada de palomas,

tan llena de excrementos que me harán cagarme 

figuradamente en su linaje.



Zona B:

ISRAELÍES, no pongáis en manos del zagal que pastorea la honda del agravio, no repitáis en contra vuestra la leyenda del gigante abatido por una sola piedra.


viernes, 9 de febrero de 2024

Él siempre vuelve, su carcasa, su espesor, nunca regresará la savia de su primitiva luz, se cree que aún le vela una llamita de luciérnaga, el verdor de una clorofila sin objeto, su ideología agusanada, los quebrantos de un altar de estuco que siempre quiso parecerse al mármol pero no tenía venas de color ni sangre verdadera para que la gente lo tomara por un semejante; él, Ezra Pound, el apreciado botarate

 




Él se definió como un nativo

sin lugar de origen conocido,

en la Toscana descubrió el cadáver de la luz 

y lo veló como si fuera el de su propia madre,

su lengua estuvo en alquiler durante lustros,

traducida a tramos de silencio y vertida a moldes

de ceniza y arena, como el mortero 

de los frescos de un renacimiento marginal,

guardó prodigios naturales en cántaras de barro

y cuando el tiempo las desbarató

las almas prodigiosas regresaron con naturalidad

al seno de la tierra donde acabaron convirtiéndose 

en rabiosa arqueología aún por descubrir, 

bebió venenos, comulgó con fuegos y recibió en herencia

la espléndida halitosis de la contradicción, 

la gran blasfemia de sus cantos 

sacados del infierno teatral de Dante, 

y aunque dura, se irá muriendo poco a poco

de exquisito aburrimiento, 

el mismo que susurra a los suicidas.



Zona B:

ISRAELÍES: dejad sin voz a ese corrupto sanguinario que os gobierna  y volved la mirada hacia el dolor de un pueblo que ha heredado el sufrimiento que antes estuvo entre vosotros.


jueves, 8 de febrero de 2024

Secuencia en gris, más cerca del corazón que del cerebro; adoptará el modelo agricultor de la parábola que volea simiente a manos llenas sin sospechar siquiera que el hambre de los pájaros ya estaba prevista en el guion; después vendrá el respiro de las horas de máximo calor y tras la pausa el tono adoptará esa forma musical de los crepúsculos; sin transición se instalará la noche y nada quedará que dé noticia de la existencia del color

 




Conocemos

cómo se producen los milagros,

los colores se adentran en la flor

a fuerza de miradas, espían su carencia original

y se introducen como respiración en sus pulmones,

ellas lo aceptan como el rutinario

fluir de la costumbre, no sospechan

que han sido inoculadas por algo germinal y creen 

que ellas mismas lo producen 

como una sangre que imita el carmesí de la amapola,

para ellas es muy fácil ignorar el milagro 

porque nunca van a mirarse en el espejo.


Zona B:

En la afueras de Jerusalén supongo que seguirá aquella colina donde los disidentes eran despojados del halo de la diferencia; era necesaria mucha madera para cruces; el gobierno israelí, tan ecologista, aboga por salvar los pocos árboles que quedan y acabar con el "zoo palestino" mediante un genocidio calculado, con fuego, hambre y enfermedad. 

miércoles, 7 de febrero de 2024

Quizá esas flores debieron ser cortadas hace tiempo, antes de que el rigor del clima las quemara; ahora ya no son más que basura; fueron hermoso complemento y, aunque no llegaran a convertirse en compañía, alegraban algo la soledad, le daban color a este lugar y ayudaban a ignorar el barro de la calle cuando acudías a la fuente a llenar tu cántaro

 




Una mirada intemporal,

el reloj inactivo, 

el sufrimiento del sol en la vidriera desplomada, 

que tome nota el constructor y preste apoyo

a las columnas huérfanas, que se remedie

la asfixia en la garganta de la fe

ocupada por dogmas demasiado grandes,

quién mató ese amor que no hace ruido

y qué oración les quedará a los rezadores sino el llanto

del agua que resbala por la piedra, salmos tristes

para transformar en alimento

un eucarístico espeto de sardinas, 

y que no falte un trocito bíblico de pan

que bien multiplicado dará para calmar a multitudes

hartas de credos y bienaventuranzas.



Zona B:

Israelíes: Contad los muertos de cada día, ponedles lápida y habréis convertido en pedregal ese desierto rojo donde la sangre corre como un Jordán de furia.

 

martes, 6 de febrero de 2024

Los dos mirando eternamente el televisor, son dos ancianos que alcanzaron la excelencia de un cielo de papel, nunca se miran, se conocen como el haz y el envés de una moneda; esa misma moneda circular que ellos usaron para pagarse las butacas de rebajas en el anfiteatro donde pasan una y otra vez el pervertido relato de los telediarios

    



Por debajo llega

un punteo de guitarra.

suena a pasado como el sol suena a verano,

pero a veces

cuando el intérprete progresa con destreza de araña

la música se esfuerza en destapar reductos

a donde la memoria ya no llega,

reaparece el agua de un manantial

que se perdió en la arena de una playa,

sin embargo ahora quiero detenerme y escuchar,

que letra y música dependan 

sólo de mi atención y no del vértigo

de unos dedos alados que confunden

la realidad con la nostalgia,

acaso llegue a oír algo distinto.


Zona B:

Que Palestina pueda respirar; entre todos podemos acabar con ese covid llamado gobierno Netanyahu. Votemos convivencia.


lunes, 5 de febrero de 2024

En aquella edad estuve en guerra con ejércitos dudosos que rodeaban sin apenas moverse mis defensas, secuencias numerales, abrevaderos matemáticos a los que la sed nunca guiaba, álgebras agudas defendidas por la circunferencia inexpugnable de una realidad que yo era incapaz de percibir, pero que según todos los indicios estaba en todas partes con la pegajosa omnipresencia de la divinidad

 




Completo el recorrido,

el curvado espacio giratorio que me rodea,

él me lleva de la mano y me convierte en círculo,

mis asombrados ojos lo atestiguan, lo reitera

mi redoblada admiración que vuelve

una y otra vez, dando la vuelta a la espiral del infinito,

yo mismo me regreso de esa ilusión, me obligo

a desertar, echo pie a tierra y me convenzo

de que hay suelo debajo,

y acabo preguntándome

en qué se quedaría tanta andanza

sin la convicción de que algo propio

es lo que empuja y acompaña con amistad de perro

este periplo de suposiciones y añoranzas.



Zona B:

Escribe Szynborska en el poema 'La mujer de Lot': "Dicen que miré hacia atrás por curiosidad, pero, además de curiosidad, pude tener otros motivos... para dejar de ver la nuca justiciera de mi esposo Lot... por desobediencia propia de mansos... intrigada por el silencio, con la esperanza de que Dios hubiera cambiado de idea... miré hacia atrás por desamparo... por deseo de gritar...miré hacia atrás por cólera... tuve la sensación de ser observada desde las murallas de Sodoma y de ser blanco de burlas y de sonoras carcajadas..." (Paisaje con grano de arena. Ed Lumen).

Los ojos se vuelven a mirar a Gaza y en paralelo ese "dios" sediento de sangre sigue burlándose del mundo.





domingo, 4 de febrero de 2024

Hazme sitio en el escaño, lo han colocado en la fachada de la iglesia mirando al sur, los viejos nos citamos a las doce para ver salir a la parroquia endomingada, se irán de ronda por los bares a cumplir el precepto y alcanzar niveles de indulgencia, comentarán como nosotros la nadería semanal y pondrán cara de asombro cuando se refieran al genocidio palestino; por lo demás, sin novedad

 



Por la mañana

vino el humo de la chimenea a saludarme,

los pájaros se unieron al saludo, el viento se paró

y la veleta quedó apuntando hacia el oeste,

qué poca luz, pensaba yo, para estos días de febrero

sin nubes, sólo el frío

mantiene la apariencia de esta estación desdibujada,

no estoy de humor le dije al humo, a la veleta y a los pájaros,

mis ojos lagrimean y mis manos

necesitan un sol mayor,  y acaso una batuta

como si fueran

las de un adusto director de orquesta.



Zona B:

Con Barenboim, que hace surgir las armonías entre seres humanos a los que los gobiernos envenenan con su ambición.

sábado, 3 de febrero de 2024

Usé para llegar estas alitas cortas dibujadas con ceras de color sobre la piel, siguiendo mi conciencia de polilla me acerqué a la lámpara, nadie me advirtió de que en verano se ha de usar filtro solar para alcanzar el cielo ni que la cera se derrite al aproximarse a caldas sulfurosas; mi amigo el diablo estuvo al quite, se vistió de murciélago y cubrió de plumas el duro pavimento de la fábula

 




Hoy sábado, tres de febrero

he vuelto a madrugar, la atmósfera

parece sustentarse en los hilos pegajosos

de una tela de araña, un diseño atrabiliario

de Bacon el misántropo que debe usar el filtro

de la oscuridad para mirarse en el espejo,

él muestra el horizonte dividido en cuartos 

por paneles de metacrilato conceptual,

el sueño me domina aún como si los ojos fueran

cuajarones de pintura aplicados con los dedos,

todo está apagado y en silencio pero cuando suba el sol

alguna mano dará con ese interruptor antiguo, 

lo oprimirá y hará que un cono de luz apática se encienda

y quede suspendida

con la ingravidez ahogada de un móvil de Calder.

viernes, 2 de febrero de 2024

Ya sé que no es eso lo importante, pero dejémonos de variaciones y sigamos la línea regular de la apetencia, será así como lleguemos a entender que lo que importa no siempre es lo esencial, y si no preguntad a esos patanes de Carson City y os dirán que nada hay mejor que el espectáculo de las botas gastadas de un cuatrero rematando el final de una aventura al cabo de una cuerda enjabonada una mañana de domingo

 




El hombre taciturno pasa al lado

de un escombro, huele a fuego artificial y tiembla

un vientecillo adolescente que se mete contigo

sin la menor muestra de respeto,

eres un corresponsal que mira, apenas toma notas

y repasa una actualidad que por mementos se hace antigua,

tu abrigo se ha quedado en el hotel y temes

adentrarte en el frío, dentro, bajo el escombro

reposa la inocencia, nadie de los caídos es culpable

pero se ha completado la ecuación y no quedan incógnitas, 

si acaso las que dejaron unos nombres

que no figuran en la lista, luego se hará el recuento

y a las bajas añadiremos el tímido estrambote

de alguien que simplemente pasaba por allí.



Zona B: 

ISRAELÍES, ¿sois vosotros los herederos de aquel horror que se llamó holocausto y que tantos ríos de sangre, perdón, de tinta, ha hecho correr? ¿Reconocéis en vuestro entorno actual alguna línea que traiga a la memoria aquellos antros de exterminio? ¿Qué significa Gaza para vosotros? ¿Os resignaréis a vivir siempre con un fusil al hombro porque a alguien con conciencia oscura le conviene? ¿Seréis capaces de permitir con vuestro silencio infamias similares a las que hicieron desaparecer a vuestros antepasados? 

 EN VUESTRAS MANOS ESTÁ ACABAR CON ESTO ¿A QUÉ ESPERÁIS?











jueves, 1 de febrero de 2024

Le había atropellado un coche y aullaba de dolor, sus patas traseras se arrastraban, él era un verso irregular en la métrica de Ovidio, sus tristes, pónticas, sus odas largas implorando perdón, pero a él quién iba a perdonarle si cruzó la calle sin mirar o mirando aviesamente hacia otro lado, qué código civil ha profanado usándolo de alfombra roja en su exclusivo festival

 





El pensamiento vuela,

pero siempre regresa a los espacios donde no encontró felicidad

el agua estaba fría, no había flores

y el aspecto invernal del aire dotaba de ojos al paisaje, 

la mente no, la mente es ciega y se corrige

a si misma por contacto con las líneas calientes,

nosotros compartíamos temores, -un solo temor-,

y soportábamos el clasicismo de las clases con mansedumbre de cariátide, 

ah, la tela hasta los pies, negando los íntimos grilletes 

que lograban frenar las algaradas del lenguaje vulgar, 

como vestales travestidas de rigor mirábamos la ofrenda

y evitábamos hacer los comentarios que la liturgia aconsejaba,

atrás quedaba el verbo sum, la marca a fuego de la res,

nuestras casas habían sido pasto de un incendio

que no daba calor, éramos así, tú eras trasparencia,

yo me esforzaba en interpretar el vaho

que exhalaban las cosas en la frialdad de la mañana.