domingo, 31 de diciembre de 2023

Llegará este mal año más que allá de la frontera de diciembre, será esta realidad más duradera que lo que asegura la estadística, completará su ciclo esta mutación que estuvo en pausa y ahora parece acelerarse, o tomaremos la cicuta como Sócrates para no asistir a la llegada de males aún mayores?

 




No estaría mal que ahora

volviéramos la espalda y camináramos despacio

hacia la telaraña del pasado,

qué más da? el vuelo de la campana del reloj,

las uvas, el veneno dorado del champán

para desear un tétrico desierto y malestar climatológico?

o brindar a ciegas y pronunciar por lo bajini

un maleficio abierto a actualizaciones digitales

con una pizca de estupidez artificial,

-la otra ya vive con nosotros-,

algo siniestro como el afán del corazón, el lado izquierdo

cambiado de lugar, lanzado al mar

en busca de argumentos para continuar viviendo,

yo dejo mis sandalias en la playa,

caminaré sobre las olas

y al llegar a la otra orilla del Mediterráneo

romperé el candado de la aduana

antes de caer agujereado por un millón de balas,

qué despilfarro militar para un solitario desplazado.


sábado, 30 de diciembre de 2023

Gaza se desangra mientras algún vampiro se alimenta

 




Ayer quise coser tu corazón

con el hilo viscoso de una tela de araña, 

no tenía hilo quirúrgico, ni agua estéril,

ni morfina o metáforas 

para anestesiar tanto dolor como manaba

de tus carnes abiertas,

no pude darte de beber ni poner sobre tu frente

un paño humedecido con agua del Jordán,

ellos usan el agua para regar un odio cultivado 

en los invernaderos del infierno,

hoy he querido incorporarte en tu camilla mancillada

para enseñarte el sol de un nuevo día,

pero encontré tus ojos ya cerrados

y la esperanza ensombrecida bajo el polvo

de esta prisión sin rejas.


viernes, 29 de diciembre de 2023

Se quedó sin cuerda aquel reloj de la campaña, tras la batalla se encendía un fuego sacrificial y se quemaban plantas medicinales para aliviar dolores a los que esperaban sepultura o fuego; el dolor apenas se escuchaba salvo en la parquedad de la memoria que no dejaba hueco hacia el pasado; mañana, con la misma niebla, con iguales enemigos y similares armas se daría un paso más; a nadie se le confiaban los secretos miedos y era tenido por cobarde quien exponía la estrategia sin gritos y sonoras risatadas

 




Tengo aún los ojos

en ese memorial, algunas veces

el fósforo dormido prevalece sobre la oscuridad.

se puede ver un verbo, siempre el mismo,

escrito en la portada del cuaderno

dentro de un círculo de hojas de laurel,

un profesor me preguntó por aquel símbolo

y me obligó a ofrecerle una completa traducción.

lacessit,

una singularidad indicativa y solitaria,

no hay daño en el futuro, sólo algunas cicatrices

endurecidas y alejadas del alboroto de la sangre,

yo recordé un pasaje liminar de bello gallico

escrito en la corteza de abedul

bajo el que César se sentaba a descansar tras la batalla,

sus sueños alejándose con el rumor del agua

pero en la cera blanda persistía 

aquel verbo coronado de helechos verdes

con gotas de sangre forastera

que yo traduje así: nadie en mi casa me hizo daño.


jueves, 28 de diciembre de 2023

Había estado allí penando culpas de las generaciones anteriores, sufriendo el frío del alejamiento y el lento aprendizaje del bibliotecario que ha de comenzar imaginando el libro en blanco, luego escribirlo, más tarde iluminarlo y al final someterlo a la resabiada aceptación de la experiencia, que sólo al tacto y sin recetas se ha aventurado en ese inhóspito abrojal donde, según dicen, crece solemne y accesible el árbol del maná

 




Alguna vez

cuando se ablandaban los barrotes

de la prisión y resbalaba con reflejo lúbrico y aroma

a ese jabón prohibido que se guarda

para lavar la intimidad, en ese instante

que ni siquiera alcanza conciencia temporal,

mi esforzado jadeo con las manos, el recurso

a la liviandad de lo que escapa 

igual que espuma pecadora por el sumidero,

en ese parpadeo de la imagen

enjabonada de un desnudo, apenas Eva,

la serpiente risueña, el cosquilleo

de la arena de playa entre los muslos,

la inconcebible perla sin disfraz, sin la amenaza

de una futura hoja de parra y el arroyo 

de un líquido caliente y perezoso coronado

por la explosión de un júbilo asfixiado

entre celajes de pudor, 

todo eso

como la introducción al himno susurrado

de una hora menor.



----------------------------------------  recordemos  -------------------------------------

AÚN QUEDAN AJEMPLARES DE ESA ESTIRPE ASESINA EMPEÑADA  EN CONVERTIR EN REALIDAD EL RELATO ABOMINABLE DE ALGÚN PASAJE BÍBLICO COMO EL DE LA MATANZA DE INOCENTES;  HOY COMO AYER HAY UN HERODES QUE QUIERE PARA ÉL LA TOTALIDAD DEL TERRITORIO, AUNQUE PARA ELLO SEA NECESARIO DEGOLLAR A MILES DE INOCENTES.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Una infancia sin mar y después la imagen recurrente de un cuadro de Delacroix, Dante y Virgilio en una barca mordida por la desesperación de los que nunca duermen y se agarran a todo lo que flota para usarlo como apoyo de su imposible sueño

 




Sufre esa barca,

su costillar abierto, nidos de algas

en su corazón,

en otro tiempo tuvo nombre,

un gajo de luna negra que de noche

destellaba en el azogue

ceremonial de la marisma,

la llamaban Demetria y mantenía

esa discreta vigilancia 

de los perros viejos varados en el porche

que siguen exhibiendo 

su  esponjoso volumen

para demostrar utilidad.


martes, 26 de diciembre de 2023

El último vestigio de la tapia era un montículo de piedras manchadas de arena y cal; en aquel lugar los muros no se alzaban con cemento, y cuando la vejez los derruía se los dejaba así, caídos, para que no faltara espacio a la sufrida población de los difuntos, a los que se negaba libertad para poder vagar a conveniencia sin veto de lugar o tiempo

 





Hablo con él. con ella, con las cosas,

invito al aire a posarse a mi lado

como si fuera un gorrión asustadizo,

elijo un nombre a quien hablar

y pongo en él mis complacencias,

entonces me pregunto: eso es obrar con sensatez

y la sensatez de qué me sirve a la hora de la contemplación,

los ríos pasan, atraviesan topónimos distintos

antes de agotar el territorio, no se llaman así pero transigen

con tal de atravesar indemnes una concurrida soledad,

un simple indicativo para usar en momentos oscuros, 

lo mismo que la ropa,

más tarde cuando comienza a anochecer

los nombres suenan de otra forma

como si hubieran olvidado el vínculo 

que los liga a las personan y a las cosas.


lunes, 25 de diciembre de 2023

Alguien propuso prolongar el turno matinal hasta que el sol se desnudara de la niebla; el frío era feroz, pegado al hueso y los chillidos de las aves de rivera nos llegaban romos, como empaquetados en franela; sóplate las uñas, los mitones debes usarlos sólo en la oficina, te oí decir; tú llevabas las manos al amor de los sobacos, y te quejabas sin parar de la picazón de tus hermosos sabañones

 



Caminábamos a ciegas,

y yo te hablé desde ese blanco algodonoso, 

el vaho forma unas palabras increíbles,

te pregunté hacia dónde

y tu dedo señaló al lado contrario del aire que exhalaba el río,

una garza se asustó y siguió el camino que tú habías señalado,

más tarde oímos el disparo,

al parecer el cazador de patos apuntaba a ciegas

pero las plumas caían como nieve sobre los páramos helados,

tal vez la garza se salvó pero me preocupó el silencio

que guardaban los colimbos,

todo el esfuerzo por desactivar ese mortal instinto

queda diluido entre los juncos

cuando la niebla dura más que el recorrido

de los turnos de guardia.

domingo, 24 de diciembre de 2023

Siempre así, esperando el día grande para firmar las escrituras de propiedad de una parcela en mitad del paraíso, con un notario gris leyendo el texto interminable capaz de adormilar hasta a los ángeles-pasantes a pesar de su hábitos de inagotable eternidad; ellos al menos se entretienen despiojando sus plumas tan antiguas; nosotros hemos de confiar en que las horas no se cuenten igual que han de contarse cuando este sueño se termine

 




Vive igual que tú y que yo

suspendido de un alto pensamiento,

sólo que su pesar no nos abruma

ni amenaza la gracia de la levitación,

se puede

contemplar desde abajo como al sol,

se puede alzar el vuelo y remontar con él

hasta el origen de su esfuerzo

o descansar en cada sombra de su inabarcable recorrido,

debajo de su ser de libre forma

cualquier proyecto puede vislumbrar el punto de culminación

creándose a si mismo en cada instante

o remolonear eternamente entre las brumas

de su memoria amniótica.


sábado, 23 de diciembre de 2023

Desde fuera unos ojos miran lo que ocurre tras la gran ventana, hay una multitud que gira en torno a la lámpara central, la luz perfora la negrura de la noche, hay manjares inútiles que nunca encontrarán al comensal que haga justicia al hambre, hay música sin nadie que la escuche, hay donativos y hasta migajas caídas sobre el mármol, por doquier brilla el marfil de las sonrisas, pero se hace necesario que un experto en idiomas traslade hasta los ojos que miraban una explicación satisfactoria

 

    


                         habrá que recordar aquello de

                         "escribir poesía después de Gaza es un acto de barbarie"


Si te invitan a comer

discúlpate y diles que acaso en mejor ocasión, 

ahora tu hambre viaja en la bodega

de un barco de rescate que trasporta miedo

 y apenas ha empezado tu jornada de guardia,

si viene a ti el embajador y te abre

el portón principal por donde acceden los coches oficiales

no intentes traspasar esa frontera, 

dale una excusa diplomática, p, ej, que el sol se ha retrasado

y él tiene preferencia,

no olvides que tu sitio está en el sótano 

donde es difícil distinguir heridos de cadáveres,

si te invitan a un coctel y levantan las copas celebrando

una mentira universal, no bebas,

que exploten las burbujas reforzando los villancicos de la guerra,

pero nunca eleves tu mano con sus manos,

que tu alma -es un decir- no se inmiscuya

en asuntos de sangre, aunque no acabe nunca

de suturar heridas.

viernes, 22 de diciembre de 2023

Los aires sucios y el fular rodeando el cuello, la indumentaria como una conjura natural para dejarte sin respiración tocando el cielo con los dedos, aunque si te paras a mirar de donde estás mucho más cerca es del infierno, que siempre fue más fácil de alcanzar

 




Regreso al interior de la ciudad,

vengo cansado, con el ánimo triste, 

cualquier palabra de amistad será bien recibida, 

aunque si pudiera elegir preferiría el silencio

que coincide con mi apático sentir,

los arrabales miran con gesto indiferente, 

toleran que alguien venga aquí a buscar

esas flores vulgares que ni siquiera huelen bien

ni sirven como adorno en los jarrones,

no sé si llegaré al final, temo a los perros

que arrastran su miseria por aquí, me miran

con brasas en los ojos y escupen como arena su ladrido,

pero lo intentaré y si llego podré desafiar mi propio miedo

y contestar a Shakespeare su pregunta:

"¿cómo ante esta rabia podrá la belleza defenderse?"

jueves, 21 de diciembre de 2023

Vi los ojos del pastor, bizqueaban a pesar de la protección de la visera, escudriñaban un plano lejano entre la niebla y de vez en cuando azuzaba a los mastines que venteaban en la misma dirección; se sabe que con niebla los sonidos se mezclan con el vaho y son intraducibles; es por eso que el pastor nunca pronuncia la palabra lobo en esos días, y menos estando convencido de que las cosas necesitan la humedad de las palabras para alcanzar la solidez

 





Al principio en el aire está el aullido,

el lobo llegará después, certificando

lo lenta que es la creación de sensaciones,

cuesta tanto imaginar el rumbo

que tomarán las cosas una vez liberadas de la amniosis

del primitivo instante,

habrá formas flotando en el esperma fundacional de nuestros sueños,

asomará los ojos el anuncio de un miedo adolescente

al que daremos forma y sentiremos

cómo el vello se eriza al recordarnos el hirsutismo original,

pero sólo habrá lobo si miramos al fondo de esos ojos

y dejamos que la informal criatura se revista

con el disfraz de nuestro propio miedo.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Me quedé en la puerta sin atreverme a derribar esa última defensa que es el pulsador del timbre; que vuelva en sí de sus arrebatos decimales, que recupere la memoria y la forma original como hace el agua cuando abandona el recipiente a donde le ha llevado su inocencia; el agua guarda siempre en su memoria la jerga de la lluvia sin importarle si ha caído a este o al otro lado de la frontera

 




volvamos a nosotros, 

a nuestros lenguaje titubeante del principio, 

sentados a la mesa pediremos un blanco 

para ver al trasluz el sabor esquivo del marisco, 

sus labios entreabiertos con el nácar asomando los dientes,

la salmuera o el pimentón cegando la policromía

engañosa del pulpo, luego alguien

nos dirá la procedencia y haremos de regreso

un viaje diferente, recorriendo calas, asomando a refugios

donde sólo es posible imaginar las horas robadas al recuerdo,

nos quedamos siempre a mitad de camino

con la duda de si eran estos los perfumes

con que se anunciaba el vuelo de la libertad,

alguien se acerca por detrás

con el atisbo de un dolor de muelas

y tarda más de lo debido la segunda ración

y el cielo se nos muestra otra vez nublado,

ya no hay verbo para armar un reclamo,

que se acerque el experimentado pescador

vestido aún con el impermeable de faena,

él hará crecer entre nosotros la fe de los milagros,

la que prefiere palpar la piel rugosa

a la asepsia que guarda las distancias. 

martes, 19 de diciembre de 2023

Dejé de hablar con él cuando su forma empezó a difuminarse entre la niebla, su voz sonaba como a través de un tubo, con repeticiones provocadas por el eco, tan oxidada y húmeda que apenas era ya reconocible aquel rumor de bronce con que sonara en el principio; tal vez las adherencias, las malas compañías con que el azar nos va cargando en cada aniversario; el caso es que al final era su espalda lo único visible, el lado estéril donde cualquiera puede asegurar que está su nombre

 



Podría suceder

que un día claro saliéramos al mar,

tú, experto en remos y en miradas al engañoso rizo de las aguas,

yo, en el banco de popa, como escrutando espacios,

volaríamos bajo, rozando el calendario de la espuma,

la gran ola azul  de Kanawaga con el dedo final del monte Fuji

señalando al cielo,

"amigo mío, la sangre sacudiéndome el corazón,

la tremenda osadía de la rendición de un momento

que una vejez prudente jamás puede retractar,

por esto, y tan sólo por esto, hemos existido",

nadie en su sano juicio podría desmentirnos

una vez dados al mar, nadie hablaría de nosotros

como de esos viejos pescadores que se atreven

a regresar a puerto con la espina desnuda del gran pez

y los cantos rodados de los años tirando de sus pies

igual que el lastre con que se premia a los ahogados

para que vayan a sentarse en la arena del fondo,

lo más lejos posible de la repetición y la nostalgia,

eternamente condenados a escucharse a si mismos.


                                                   (") T.S.Eliot

lunes, 18 de diciembre de 2023

Soledad de gusano, miedo al roce involuntario del vaivén, acelerones y frenazos bruscos, mal humor del conductor o indigestión del tráfico; y a pesar de todo el éxtasis que tú provocas al cerrar los ojos y reunirte con criaturas que te acompañan siempre, aunque muy raras veces son visibles con la mirada simple de las jornadas de labor

 



En el autobús

admirando el minúsculo martillo 

de sofisticada forma que va encastrado en su prisión de plástico

y ha de ser liberado para romper el vidrio

y abrir una salida de emergencia, 

el diseñador acaso se empapó de un mal perfume

para colocar su mente creadora a la altura de un dios

en horas bajas, muy lejos ya del manantial del Génesis

en que todo se hacía realidad hablándole a la nada,

potuit, decuit, ergo fecit, se añadió más tarde como copyright,

mis ojos rinden culto al símbolo de Thor, al placer solitario de Vulcano

golpeando el hierro dulce de un engaño que arde aún,

al funcional efecto de herramienta

que un herrero popular destacaría,

pero sigo pensando

que ojalá nunca sea necesario echar mano de él,

pues tengo dudas de su valor y su eficacia.




domingo, 17 de diciembre de 2023

Imita el sílice molido en una playa del Mediterráneo oriental, sobre la franja blanca se dibuja a carbón el entramado solidario de una malla y adornos laterales para que los ojos se acostumbren al vertiginoso empuje del vacío sin perder el equilibrio; ponérselo en el cuello, afrontar el frío o el calor pensando en estación distinta a la que transcurre, porque siempre habrá alguien empeñado en revestir la realidad con modas engañosas



                                                   


                                                Kufiya, kefia, pañuelo palestino

                                          cuida la voz afónica de todo un pueblo 

                                          para que vuelva a oírse en todo el mundo


Está aquí, se escucha un sonido gutural, 

alguien aprieta por la garganta al viento, 

con qué manos se puede proceder así, cómo se ahoga

el más elemental de los sonidos,

el viento viene huyendo del olor podrido de la línea de fuego,

hay momentos en los que aún puede escucharse

la voz del cuervo entre las pausas

dejadas por las continuas explosiones,

se han hundido los templos de hormigón,

su arrastre suena igual que el del escombro

empujado por las excavadoras,

sin embargo su voz se traducía como un himno

lanzado al aire desde las antenas o desde el minarete,

era la llama en la cocina, la lucecita del final del túnel,

ahora este silencio de sordera, dormirse en el estruendo,

confundir tu propia voz con los alardes del deseo, 

regresa el tufo de la esclavitud, el látigo de Nínive,

el pan oscuro de una Babilonia fantasmal,

lo que daría yo por un puñado de arena asilvestrada,

por un trozo de azul sobre la tienda que amparaba

los sueños de mis antepasados,

por el instinto trashumante de mis cabras

ramoneando luna por los altos del Golán,

nada hay tan fiero como el reverso de la historia

cuando es contada por sus propios huérfanos.


sábado, 16 de diciembre de 2023

Dando por cierto que la negrura alude en el lenguaje del Tarot a la muerte o al menos a sus consecuencias, es posible enfrentarse a cónclaves festivos o aquelarres amañados en fines de semana a los que sólo el aliciente de una sal apócrifa puede salvar de la carcoma de la vulgaridad y el aburrimiento

 




Acudí al festival

en que a los muertos se les daba un nombre

para poder llamarlos a conversación,

una baraja de Tarot y algunas hierbas amargas

servían de alimento espiritual

a aquel cenáculo de acólitos hambrientos,

la belladona coronaba la cabeza de mármol del gran desconocido

y a su alrededor un círculo de lamparillas rojas

contenía el acoso de la oscuridad

que brotaba como respiración de mina del enlosado de la cripta,

se empezaba invocando los truenos del verano

para contrarrestar la atmósfera de miedo susurrado,

y un sonido vibrador quedaba flotando en el recinto

sin permitir apenas la intervención de los difuntos

a los que hablar les suponía un gran esfuerzo,

y todo para añadir un sí o un no a la cantinela

del cofrade mayor que dirigía con evidente aburrimiento

el desarrollo del ritual,

un acólito con sobrepelliz debía mantener su ritmo

para crear un aire de danza religiosa, 

y simular contrariedad cuando, rompiendo el protocolo,

subiera a la tarima a susurrarle: 

no hay agua para el asperges y sólo quedan unos granos de incienso,

esa era la señal para el gran llanto,

hasta el corindón más duro destilaba sangre, 

a todos los reunidos le llegaba aquel mandato de humedad

y se iban desfilando ante la pila bautismal, 

la gran tinaja de la risa donde se increpaba al muerto

y se vaciaba el óbolo de lagrimas antes de pasar por el estrecho pasadizo

del "in paradisum" y salir al aire helado de la calle,

allí ya se podía hablar y hasta encender un cigarrillo

para comentar asuntos del común

que en nada coincidían con los duelos y quebrantos 

que cada cual guardaba en su cocina.

viernes, 15 de diciembre de 2023

Él pensaba que aquello era japonés, que armaría un haiku singular y estrecho como el cuello de un frasco de perfume, lo pondría al sol en la ventana para que el colibrí que gobernaba en el jardín tuviera siempre algo consistente para mantener activo su frenético aleteo; pero me dijeron que el "o - e - to" no era un verso japonés sino la declinación de un simple artículo del griego clásico que habría de acercarnos paso a paso a los hexámetros de Homero

 





Dejé ahí

esa flor inocente,

me dijeron

que la sacara por la noche

de mi habitación,

su belleza es muy tóxica, 

se me olvidó sacarla,

el aire se tiñó de verde, 

las hortensias avisaron

tocando en el cristal de la ventana 

con su pompón morado,

me han llevado al hospital,

ahora mis ojos son azules,

mi lengua se ha vuelto perezosa

y las palabras

se me han hinchado dentro,

ya no podrán salir por esa herida

tan atormentada de la boca.

jueves, 14 de diciembre de 2023

Cada mañana el rey se sentaba en el trono a supervisar cualquier detalle de los ensayos para la gran matanza; él era conocido como Herodes el grande y algo descomunal giraba en torno a él porque las aguas del Jordán se contagiaban del color rojo de su túnica cuando visitaba el territorio para mostrar al mundo el precipicio de su poder abominable

 



                       y así, pasito a paso, llegó a dejar sin llanto sus dominios,                  

                      lo mismo que en Guernica no quedó para llorar ni ojo ni garganta



Deja ahí la espada

y emplea el mismo trapo

con que te secas el sudor para limpiar la sangre

que oscurece su hoja,

es sólo sangre de animal

al que dejaron adoptar la forma 

de la raza elegida por Yahvé para renovar el mundo,

ellos son tantos que podrían ahogar nuestros jardines

como la arena del desierto,

que mueran antes del amanecer,

que no distingan el día de la noche

y que su llanto

llegue a confundirse con el aullido de los perros.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Debía ser el río que evocaba Sakespeare en su memorial, un río con cadáveres, aunque nadie podría asegurar que no fueran coronas funerarias o evocaciones campesinas hechas de juncos enlazados sabiamente; en todo caso parecían cuerpos de doncellas echados al azar del río como tributo a algún dragón que no se acostumbró a la dieta vegetal

 




De ti he guardado un solo recuerdo,

tu piel de seda envuelta en nailon, 

aquel cristal antiguo que volaba

y nos dejaba un rastro de purpurina entre los dedos,

te recuerdo así, tan húmeda, con las perlitas de sudor,

tan manadora como peñasco de égloga, las manos

hacia la nuca, sujetando el pelo a modo de palmera,

lo amarillo eran dátiles, un dulce fruto de tu vientre

y lo demás un bucle amotinado, un temblor  

de carne amenazada por no sé qué enemigo de la castidad

que había conseguido perforar el cascarón leñoso

de una canción antigua de los Rolling,

como si fuera una polilla.


martes, 12 de diciembre de 2023

Acostumbraba a ver de sobremesa los documentales de animales abriendo insospechadas sendas en la espesura para acceder al sol y hacerse respetar por la terrible ley que se alinea con los fuertes; aunque de sobra conocía que en cualquier telediario esa misma ley mostraba con obscena impunidad el triunfo del más cruel que casi siempre coincidía con el que disponía de mejores armas

 




Niño palestino,

aunque tú no lo sepas 

una guerra animal te ha devorado,

ahora eres un cervatillo acabado de nacer

a la vida del aire, has de observar el luto

de largas horas en inmóvil soledad 

oliendo sólo a sol y a hierba

para que no te encuentren

las bombas rastreadoras y te vuelvan a quitar

esa vida trasparente

moteada de miedo y desamparo.

lunes, 11 de diciembre de 2023

Un millar de hectáreas mal contadas, casi un país en miniatura; los amaneceres se suceden muy cercanos al ocaso, como si las horas cruzasen en pareja la frontera del doce en el reloj; nos llega un requerimiento del juzgado para dilucidar a quién le toca ejercer hoy la propiedad de esas fanegas de arena rotatoria que cada día el viento cambia de lugar; tan afortunados somos que no tenemos un país que nos exija esa dulía miserable que es regar con sangre una bandera

 




El muro se construyó

sin nuestro permiso y se elevó su sombra entre nosotros

como si fuera el divisor entre el día y la noche,

de nada sirvió que abriéramos pequeños agujeros para mirar

o que subiéramos al cercano monte

para alcanzar el otro lado con el furor de nuestras piedras,

parece que alguien ha detenido el tiempo,

y llama la atención

que ningún perro se acerque al hormigón para mear,

acaso no lo vean y sólo exista para nosotros

como el envoltorio innecesario de un regalo que ya nadie practica.

domingo, 10 de diciembre de 2023

Ésta es la dos de muchas más, cualquier rosario vale, cuentas, cuentas y no acabas y si llegaras al final has de retomar desde el principio, infatigable, cuesta arriba hasta coronar la espina, hasta que el dolor no quepa y se derrame otra vez como el diluvio, como los ojos de los muertos que nada ven pero lo miran todo con asombro, igual que búhos de papel a los que el viento lleva lejos

 




Esa voz

que duramente cruza el túnel, se arrastra,

asoma fuera, lo vuelve del revés y nos lo muestra

como una escolopendra luminosa,

pero el veneno permanece,

se coagula dentro y la montaña

ya no se siente en paz,

la tierra tiembla y los aviones son su respiración,

las bombas son sus lágrimas

y algo me dice

que seguirá llorando el cielo

mientras no se celebre el funeral.

sábado, 9 de diciembre de 2023

Abrid al menos las compuertas para que el dolor no se coagule y acabe rebasando el perfil del monumento universal a la barbarie, aplacad como sea la ira, la crueldad y el odio de ese abominable diosecillo que ha pretendido detener el sol en pleno día, lo mismo que Josué, para que diera tiempo a los misiles a arrasar Jericó a la que hoy podría confundir con Gaza

 




Será preciso conjurar las figuras no actuales

o darles la apariencia de algo de hoy, ha pasado el tiempo

y su mensaje ya no sirve, comunica blandura y pudrición,

el hermoso almacén de la leyenda

ha perdido la consistencia de la pulpa 

y no alimenta al hambre de hoy, desechémoslo pues,

vemos un vaho de humedad velando los cristales,

pero nadie mira fuera y dentro ya todo está visto,

la fruta se ha podrido, los tubérculos que nos regaló Perséfone, 

las nueces musicales que algún fauno menor nos aproxima

como alimento bipolar, los puerros convertidos en serpientes, 

la liviandad de las manzanas aportadas por la religión

o el trigo cultivado por los herederos de Caín, 

todo eso está prohibido, se ignora lo que no se come

y lo que no puede comerse debe arrojarse lejos

igual que los venenos,                                     


nos llega aquí

un olor agudo, la acidez del pulso interrumpido

en las arterias palestinas, arde un hormigón aciago,

escombros musicales acompañados de explosiones,

de ello habló también Uccello, cuando los condotieros

arrasaban tierras de labor e incendiaban las casas

para iluminar el mal nocturno, dejó en los muros testimonio,

aunque lo más feroz de su recuerdo lo plasmó en la tela

para esconderlo de las llamas y hurtarlo a las miradas

de los gobernantes cuando acudían a ejercer su religión

transfigurados en verdugos,   

                

sentémonos ahora

a contemplar las ruinas, cantemos el dolor uncido

de los desterrados, al lado del Jordán, pegados a los restos

del fósforo amarillo, palpando los harapos de jersey

con la piel de alguien adherida, hasta las moscas huyen, 

huele a exterminio y a respiradero de sótano con gas,

no habrá ducha hoy, la lluvia que nos cae del cielo trae agujas,

inyectan aire con sabor a diente, como si alguien 

con hambre desbocada te lamiera,

             

pero 

adecentémonos un poco, una dama va a venir,

su peinado de salón ya se adivina tras el zigurat,

le han dado sopa hebrea en Gaza, se la ha servido

el gran rabino de Jerusalén, las filacterias y los rizos

los lucen los del coro, todos uncidos bajo sombreros negros,

después visitaremos Babilonia, nos invita el gran Jerjes

a sus flamantes cámaras de gas, será muy divertido

recordar coincidencias, -la pasarela hierve- desfilará Judit

con la cabeza de Holofernes, Salomé danzará para los viejos,

la mujer de Urías se marcará un pas de deux frente a David

y en el senado se impondrán medallas a los muertos

que precedieron a la tregua,  

                         

ay, si yo fuera

culpable al menos, si tuviera hambre y sed como los justos,

si mi voz no salmodiara suras del Corán, 

versículos sin ley de la Torá, si el mundo fuera plano,

sin dunas ni abultamientos religiosos, si yo fuera testuz de buey,

marfil de diente o rabiosa queratina de pezuña, 

ay, si yo fuera sin ser,

como ahora me ven contra el ensangrentado sol que cae,

efímero recuerdo de mil años, dale cuerda

al reloj de ese linaje antiguo, que vuelva a oírse su tic tac,

que muestre su perfil de espejo y pueda reconocerse en la mirada

recuperada de los hijos, esos que llaman desde el extrarradio

con voces cónicas que no saben decir amor o gracias,

ellas son nuestra Ilíada, nuestra Eneida sin reino.

la definitiva Anábasis que lleva a las orillas de la Estigia,

dónde están los números que lo llenaban todo

igual que las arenas del desierto, la sed bajada por un profeta blanco

del resplandor del Sinaí, dos tablas o cartones

con escrituras encriptadas en las paredes de una casa de Madrid,

Quinta del Sordo, el carnaval de los horrores, brillo en los cuernos

del macho saturnal, carne de niño entre los dientes del chacal,

y arriba, entre los riscos fronterizos, nuestro instinto caprino

ramoneando la nada, mordisqueando papeles 

con documentación adulterada, sin huellas dactilares,

los otros, ellos, han llegado más tarde que nosotros,

hijos de un Éxodo turístico tan maquillado y falso

como el argumento de León Uris, a pesar del azul en la mirada 

de Paul Newman que nunca igualará el azul real

ni el lenguaje sutil del mar mediterráneo.


Llega hasta aquí la sombra de la sinagoga,

iglesias y mezquitas se dispersan buscando piedras

para arrojar sobre la tumba de una tradición,

Toledo queda lejos, ni un cohete de Hamás 

o los misiles de Nabuco podrían alcanzarla, sólo el reloj,

hay que atrasarlo varios siglos para que dé la hora

de la conversación, la lengua espera con devoción de diccionario

a traducirse sola, a confundir babeles religiosas

y difuminar estados que hablan sólo el sefardí de la soberbia

o el enturbiado yiddish del exilio,

volvamos a mirar, tomemos la pluma de ese cuervo 

que garabateó aquella leyenda de Absalón, su orgullo 

colgando de los pelos y una lanza buscando la vereda

que va directa al corazón, los dioses pueden cansarse de nosotros

y cambiar de parecer, David y su arsenal contra las piedras

de los campesinos del desierto, miradlo bien,


bajo la lona de la tienda se apretujan los hijos del diluvio,

Sem, Cam y Jafet, a quién eliges, 

cuál de los tres es rubio, quién hace las delicias de Yahveh,

por qué los vástagos de Agar han de humillarse

ante la grasa del carnero que ardió en la pira

para librar a Isaac de un ominoso parricidio,

                           

vuelve a mirar atrás,

hay luces a la espalda, cobres en el corazón, el candelabro

de los siete brazos se subleva y gira con el fervor del huracán,

sus llamas no se apagan, huelen a mirra y cinamomo

como el cabello de Raquel, el arca de cedro suena a hueco

cuando la golpea la gravilla dorada del desierto, nada

es el mensaje con el que los levitas han tatuado su frente,

la procesión asciende y el mosaico azul de la mezquita

deja sin luz al sol, un polvo musulmán levanta

las vestimentas ortodoxas, hay una clara intención en los balcones,

los arbotantes que dan al callejón lo testifican, 

el parpadeo de oro de las cúpulas traza la parábola

que orienta a los cohetes de Hamás,   

                   

allá abajo

se reparte pan y también agua turbia, 

y desesperanza y miedo y rabia, 

miles de ojos incapaces de perforar el polvo de la última explosión, 

la sangre es roja aunque parece hermana del caolín y la ceniza,

no es posible lavarse ni adecentar a los cadáveres,

más suerte ha tenido esa bomba sucia 

que has lavado con agua del Jordán y has ungido con óleo

para que deslice bien y alcance sin yerro el objetivo, 

no converses con ella, serafín del infierno,

déjala en su nido de metal soñando destrucción,

que acabe estéril y desactivada entre la chatarra del futuro,









viernes, 8 de diciembre de 2023

En el mercadillo descolgó una prenda para nieve; voy a probármela, anunció, y se metió dentro como en un engaño amniótico; pero se olvidó de cerrar la cremallera y el frío se coló también, llenando de gusanitos blancos los rincones; parecía nieve o el polvillo de un final de fiesta en pleno invierno; quiso volver y devolver el traje, pero el mercadillo había levantado el vuelo y se desplazaba en caravana por la pista rugosa del glaciar

 




Alto y claro,

allá arriba se ve algo como nieve,

una sensación de olor que a nada huele

pero prepara ambiente, se dice va a nevar

y el aire te responde con gotitas de agua inconvenientemente cálidas,

o si pronosticas lluvia sólo pájaros arrecian como vendaval

y mojan con su rumor el aire,

hoy me limitaré a mirar, sólo mirar, sin pronóstico ni apuesta,

haré como que todo corresponde a cálculo,

ajustaré las sumas que llenan mi almacén de granos positivos

mirando la despensa como el rico Epulón de la leyenda,

y no daré ni un paso para apagar el hambre

de la insaciable chimenea,

luego vendrán los perros a lamer mis dedos

inflados de candentes sabañones.

jueves, 7 de diciembre de 2023

Cualquier lugar mejor que ese inestable tribunal desde el que un fraile dominico se asoma como un endemoniado arcángel a las llamas dibujadas de un infierno doctrinal; acaso Berruguete ya pensara en ello y su intención segunda fuera evidenciar los engañosos equilibrios del gran inquisidor para que huyéramos nosotros, los mirones, y le dejáramos a él solo con su ceremonial de fuego vengativo

 




Dejar temblando el árbol,

no podar, es suficiente con que vea el hacha, 

que el sinsabor de la amenaza recorra sus arterias,

es un árbol, no podrá escapar ni denunciarte por agresión o acoso,

dale tiempo para que se sienta tan inseguro como alto,

de sus ramas aprenderán los pájaros, 

jamás querrán armar su nido en ellas,

el sambenito llegará temprano y teñirá las hojas de amarillo,

relapso, hereje, que tu carne ignore el beneficio vegetal y prenda

con los rigores del verano de esta extraña religión del clima,

no dar tregua a la sed, rumor de manantial lejano,

desperdicio de fugitiva caridad, los dedos

estrangulados entre pinzas, madera, sólo eso serás

y nunca noble, que tu savia es la sangre marrana

y por su culpa crecen los álamos torcidos.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Nadie va a decirme lo que debo hacer, no admito réplicas ni pareceres que a nadie le he pedido, las cosas son así, se puede desconfiar, se puede incluso prolongar una evidencia que niega los avances de la lógica; lo que no voy a hacer es sonreír como aceptando un salario menor para hacer frente a tan desaforado sufrimiento; el mar sabe de qué hablo

 




Recostado ahí,

en la barandilla con mirada al puerto,

su impermeable reluce con el sol, en su sombrero

quedan restos de lluvia y de salitre y puede que algo de cansancio,

espera la llegada de otro barco, en los anteriores

no venía él, quizá la niebla de las primeras horas

o sus ojos ya viejos, la costumbre de saludar desde la orilla

y reconocer el mismo gesto, no la indumentaria 

ni los compañeros de tripulación,

no le llega su olor, el aire está tan saturado que no sabe

si es temor o desconfianza, o su ancianidad vacía

sin ese apoyo familiar que le releva de tareas fatigosas,

una plata que ya no ganará mirando el vientre de los peces,

irá solo hasta el gran ventanal de la taberna,

se apoyará en el borde mojado de una mesa y elevará las manos

como hacía con los remos para honrar a aquellos

que ya no bajan a tomar el vino.


martes, 5 de diciembre de 2023

Todo cansancio necesita un respiro, mirar por la ventana a través de un cristal velado por el polvo, qué carretera, santo dios, qué pueblos sin bautizar aún desde los tiempos de los moros, lo único bueno es este camino entre cipreses, su cristianidad fuera de duda y el sacramental silencio del cementerio, que ni los pájaros perturban; bien vendrá para dormir un rato antes de reemprender el viaje

 



                  "Están dudando los cipreses si moverse, 

                   como si pudieran subir la cuesta sólo con quererlo".   (Ch. Tomlinson)


Santa Cruz de Mudela, un barbecho de asfalto 

donde la pausa siempre tiene prisa,

para acompañar su nombre

alguien compuso una canción tonal y afónica

como el gregoriano de difuntos que arrastra el pueblo

cuando desguaza un funeral, 

si te acercas con mirada de arriero lo verás todo plano,

sin embargo aquí cualquier colina es un Kilimanjaro tumbado en el paisaje

que podría servir a don Quijote para purgar su penitencia

antes de regresar al cementerio de la rutina cotidiana,

tal vez haya llegado ese momento, los cipreses

se atreven a cruzar el cenagal de asfalto y cuando el sol gotea sangre

se apaciguan contando ovejas de metal,

luchan contra el embrujo digital de los molinos

y entran en liza en los realithy

con algún descendiente de Sansón Carrasco.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Me zarandeó un escalofrío cuando escuché en un disco de Pink Floyd el ladrido de unos perros que va distorsionándose hasta acabar saliendo del acero sabiamente frotado de un serrucho; en esa mezcla de temor, pasmo y envidia se concreta un lenguaje singular, tan poderoso que ni el dios de los milagros podría superar ese vibrato amenazante para ponerlo al servicio de una criatura que renunció a su voz primera para usar la jerga de la domesticidad

 




Un can que se confunde con la niebla,

se asoma a la alambrada como un símbolo, muge

recordando la camada donde aprendió a ladrar,

ahora sin embargo domina cuatro idiomas, 

el menor el que nace de la cola, un remedo del braille

que pone virgulillas sobre las vocales imposibles,

el buen acento y la pronunciación se asocian

a un aprendizaje superior, a la asistencia

al góspel parroquial o a la intervención en bandas clásicas

en las que nadie reconoce su verdadera raza,

todos falseando el pedigrí  y rozando casi

el ridículo arrastre de finales,

hay algo que siempre quise comentarte, perro,

nunca disimules tus orígenes, a estas alturas

nadie espera de ti que reproduzcas

la gran coordinación que demostraron

con el rebaño tus ancestros,

de ti se espera la gracia del ladrido.


domingo, 3 de diciembre de 2023

Qué grande el campo del invierno cuando se deja avasallar por la ventisca; se asemeja a un paisaje de decoración que tapa huecos y prolonga la sensación continua de horizonte; ahí lo ves llegar pinzado por el pico de mil pájaros, lo mismo que la sábana de dios, blancoazulada con unas cuantas gotas de encarnado, con la curva estudiada del drapeado clásico, y sin embargo compatible con las manchas pardas del barbecho que aquí siempre asoma por alguna parte

 




Regresa el rito de la migración

aunque parece que alguna especie se refiere a ella

como algo ya lejano, el lado opuesto de la modernidad,

qué tiene de anecdótico el mundo citerior,

en qué dialecto han de contarse las historias

que rodean la eterna trashumancia

y qué regalo te hará quedar mejor traído de tan lejos,

pues no todo se reduce a llegar, besar el santo

y repantigarse al sol, aquí también ondea

el estandarte del invierno y a veces puede verse

en la cenefa de la escarcha la emotiva historia 

de la cigüeña blanca que renunció a su nombre

enamorada de un ibis africano emparentado

con las aves sagradas del cortejo

de un afamado faraón.

sábado, 2 de diciembre de 2023

El altísimo techo de la casona ponía una sordina al golpeteo de la lluvia, en otro tiempo pudo ser un lujo silencioso, como el doble vidrio lo es ahora, pero este nos aleja la música del pájaro, la palabra sin regla del jilguero o la algarabía del gorrión; los altos techos, las ventanas con ojiva, igual que monjas de alada toca, de esas que ya sólo en láminas se ven; los cielos altos de exterior, cruzados por la respiración de los aviones que algo simple quieren trasmitirnos, aunque nosotros no alcancemos a entenderlo

 




Recuerdo ahora estando lejos

el jardín privado del convento 

que al ver abierta la gran puerta 

se asomaba fuera con curiosidad, 

él disfrutaba austeramente de su cartesiana perfección,

sus laberintos de encofrado boj, de las fuentes

eternamente suspendidas en el éxtasis de sus surtidores

y hasta de las académicas palomas

de arrullo cadencioso y peripatético ambular,

pero nada sabía del alma brava del escaramujo

capaz de practicar el habla universal del viento,

ni del zij zaj errático de las veredas 

que abre el ganado hacia los pastos o de la hierba nazarena

inmune a las tijeras de podar,

cómo estáis, preguntaba, 

pero nadie cerraba las argollas de su interrogación, 

algo saben de sus existencias paralelas pero ignoran 

un lenguaje común que las convoque bajo los chopos exteriores, 

esos que llenan de un oro coloquial las alamedas

hacia mediados del otoño.



viernes, 1 de diciembre de 2023

Alguien pulsa el botón, se pone en marcha la imparable cinta trasportadora que trae los equipajes, bolsos, maletas, envoltorios, valores sin valor de un contrabando que no hay que declarar, fanfarria de aluminio y serpentinas de heterodoxo espumillón; de esta pandemia nadie quiere salvarse porque casi nadie sabe que la padece o cómo protegerse de ella; se confunde el culo con las témporas y resuena con alegría el eterno villancico que viene a recordarnos cómo suena la caja registradora de Pink Floyd

 




Qué trae de nuevo

esa claridad surgiendo de una noche impropia

a la hora nona subyugada por anecdóticos prodigios,

cómo hace la luna para coincidir y hacerse un hueco

en el estaño sin pulir del cielo,

vendrá enlutada también como las tres marías

a reunirse con el sol de Arimatea, algo viejo ya

y cansado de mantener en alto la ilusión de su prestigio,

deberá él como la luz volver atrás, fajarse

con la tozudez de las tinieblas

para acabar llamando navidad a esto

que pende de unos postes similares a los de una vulgar crucifixión,

será posible renunciar y aceptar la ceniza

como un remedio bebedizo contra las digestiones imposibles?

jueves, 30 de noviembre de 2023

Pegado en el cristal del super aparecía en dinA4 un décimo de lotería, los ojos achinados de los ceros, la endeblez del uno, justo en el centro, un cuatro y un siete, todos con un ingenuo rictus de avaricia; poco se sabe de la suerte, salvo que está enferma de cáncer y el tratamiento la convierte en calva, suele ir vinculada a algún defecto físico, como torcer la vista o exhibir un irregular abultamiento de la espalda; a pesar de todo aquí se sabe que nada va a tocar

 




Ruidoso celofán para ese sueño del final feliz,

tirar despacio del extremo, bordes anchos de llaga

sujetos con cinta adhesiva, sangre verde como atrezo

de un ciclo vesperal, se espera que algo aun no nacido llegue

a nosotros con milagro, no será real pero se esfuerza

en superar el trance, suena la música lacaya 

de lo que va a venir, las tubas de latón y la madera

de algún violín demótico, nadie habla ya ese idioma

salvo para hacer temblar el alma, las iguanas

de la imaginación son los dragones de las antiguas fábulas,

cualquier felicidad cabría en el pocillo

en el que saboreamos el aplauso,

acaso Calderón se atreva a reescribir sus autos

y nos obligue a la elegancia de la ampulosidad

para que miremos en silencio

a los que pueblan con su expectación

los graderíos del teatro.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Para alcanzar mi edad no sueñes con remontar eternamente tus cumpleaños; sigue mis pasos, pero dejando huellas diferentes; yo era electricista y para remediar mi artrosis manipulaba sin defensas los cables ya pelados, y esa sensación de fuego fatuo entrando a chorro por los dedos me hacía ver la luz en el extremo, como la coronación brillante a las historias que la catequesis proyectaba sobre nuestros cerebros lerdos; y así hasta los cien, y ya veremos

 




Quiso nacer así la mano, dolorida 

y como amenazada por el abandono de la voluntad,

así, mirando hacia el vigor de esa otra mano

de la que emerge un dedo dictador,

o tal vez sólo constitutivamente más potente,

las manos nunca llegan a tocarse, vibran como los polos de un imán,

se aproximan sin rebasar un cierto límite, conociendo

la impedancia que implica la otredad,

los escarceos del furor eléctrico en el terminal de sus antenas,

no todo es carne ni siquiera un conato de anatomía libertaria 

tendiendo escalas engañosas entre mundos de cánones distintos,

si así fuera, -carnes vecinas confabuladas en la misma empresa-,

habría posibilidad de que llegaran al punto ciego del interruptor

dejando en nuestras manos el fiat lux de la leyenda.

martes, 28 de noviembre de 2023

Vino el albañil que aplica el yeso y pareció enjalbegar la casa de albayalde, luego llegaron los agitadores del barroco urbano y embrutecieron la pared con arrebatos conceptuales; le temen al color los grafiteros, por eso lo liberan sin investigar en sus orígenes de tierra rara o en sus conexiones con la efusión de sangre; esto dará lugar a que antes o después se produzca el incendio y lo único que quede del esfuerzo sea la confusión de la ceniza

 




Vuelvo a pintarte, te pareces

a un crucificado horizontal, los brazos

invocando a los pájaros, arriba está la luz

en el columpio de la claraboya,

el cielo a pesar de todo permanece activo,

levanta la persiana y facilita el paso de la claridad

para que se empareje con algún color,

cuando ya está madura se desprende

sobre el paisaje austero de detrás,

renunciaré a ponerle perspectiva a tu meditación,

lo plano siempre tuvo un aire de familia con el papel en blanco,

y aspira a parecerse a la verdad igual que el aura de los mártires,

esos carbones encendidos donde vive la redondez del alma,

para ellos guardo la cortina casta del pan de oro,

tan elemental y tan propicia al arrebato místico 

con el que termina tu sesión matutina de posado.

lunes, 27 de noviembre de 2023

Encontré algunas cosas que cortan el aliento de quien sale a pasear y busca la conversación con su vecino: "los ojos altivos, la lengua mentirosa , las manos derramadoras de sangre inocente"; en la valija diplomática viajaban además algunas piedras de cuando el insignificante pastorcillo hubo de enfrentarse al gran gigante al que distrajo con el sonido de su cítara antes de derribarlo con la honda




              "el número de palestinos muertos es realmente insoportable"


Regresa ahora el polvo gris de la demolición,

la casa destripada en pleno parto, sin hilo para la desgarradura, 

sin anestesia para su dolor, sin agua y casi ciega,

un sueño al que alimentó la lluvia en primaveras pequeñitas,

los alardes de una juventud que apenas tuvo infancia,

ahora vuelve, si, vestido de azul emperador, cruzado

de otras armas, otras guerras de raza o religión

sacadas del infierno de la biblia donde el fuego 

era de papel y ardía sólo para calentar viejas leyendas,

nos muestras orgulloso la envergadura de tus alas,

el afilado curvo de tus garras de gavilán, 

la cinta de oro en torno a la cabeza gris del rey,

Herodes que regresa, que asesina geranios inocentes,

todo en rojo natural para que nadie note

ese río de sangre que progresa debajo del escombro.


domingo, 26 de noviembre de 2023

Se sale sin cerrar la puerta cuando se piensa regresar en breve, tarde o temprano, mucho o poco qué más da si nadie ha sido capaz de señalar el alma de lo que nació ya muerto,1948, fugaz y desleído aunque durador; es algo similar al hambre que se sacia si no piensas en ella, reduciendo a nada la santa trinidad de almuerzo cena y desayuno sobre un tablero de ajedrez que no tiene caballos ni torres reina o rey ni alfiles bombardeando tan asesinamente el sur de Gaza

 





Y ahora tú, bajando,

abandonadamente lenta igual que nieve,

triste cosa es que nieve poco, que no llegue a cubrirse el matorral,

es como el hambre del insecto que intenta perforar la piel del roble,

ves que viene y se va, escasa para tanto esfuerzo,

dejemos un testigo para medir la inundación,

tan alto llegue que a todos haga experimentar la sensación de hartura,

el puzle entero, sin deserción de pieza alguna, que no falte

el fundamental concurso de la dovela dulce,

el postre emparentado con la divinidad que vive y reina

intemporal justo en el centro del arco, ni a diestra ni a siniestra,

precisamente ahí donde el dolor más pesa.

sábado, 25 de noviembre de 2023

La araña del dolor camina, muchas patas la llevan, corre y salta con el contento del depredador, estudia gestos, apariencias frías, componendas que el temor esparce por doquier para distraer la caza; cómo se ama ahora todo eso que está en riesgo, la debilidad del pobre, el que no tiene ni derecho a tener miedo porque el miedo presupone algo de valor; queda el hilo de seda que ha dejado inmóvil a la presa, queda su desesperación girándole en los ojos como los satélites esclavos de un sol mayor y caprichoso

 




Madre,

apúrate, ya vamos 

muy ajustados de tiempo,

tú lo miras todo desde tu dosel,

no sabes valorar esta demora,

alguien ha borrado los minutos en tu contador,

tan sólo crecen horas en tus macetas, tus geranios

de sangre, tu dolor de espinas,

pero siéntate y respira,

bebe un poco de agua, mira esta jarrita de cerámica,

los óxidos cocidos a mil grados reproducen

tu corazón de esmalte, el arco iris vitrificado que resume

siglos de manantial,

no hay dios que iguale tanta belleza,

un agua para morir, un sorbo de vida eterna ahora

que casi todo parece consumado y las campanas

empiezan a tocar a muerto.

viernes, 24 de noviembre de 2023

..."son ráfagas, aromas de un sentido que huye antes de que cesen todos, el mundo y sus presencias irreales, tanto como nosotros, hay un foco y la voz, voces innúmeras para una nada a que vamos..." ten en cuenta que aún no he saludado, no he hablado con nadie y existe la razonable duda de si estoy aquí o sigo en la entretela de la niebla, criatura y creador de lo que falta para que el mundo exista; todo puede empeorar o limitarse a ser distinto, nunca igual, "...y el silencio, su orden y limpieza, lo que la vida deja, lo que sostiene hasta que la vida cae al río o al pozo". El resto de la página está en blanco, igual que la siguiente, igual que el porvenir

                                                                    (") Olvido García Valdés




dibujamos el mapa y lo ponemos sobre el horizonte,

nunca casa, o sobra o falta como cuando estrenas ropa,

al norte se amontonan las estrellas igual que las ovejas del rebaño,

el Gran Can las vigila, Betelgeuse, la cintura finísima de Orión, la raya

en la melena roja de Berenice, cuantas cosas ves que ya no existen

o no como te contaron, todas enamoradas del oeste  

por espíritu de contradicción, no hay madre que tolere tanto, 

que bendiga sin más esa querencia por lo involutivo, sabes

a lo que me refiero, no me ladres, que después querrás volver 

a comer de mi mano, 

lo más extraño es este difícil equilibrio de lo natural

entre teorías contrapuestas, siempre la filosofía decorando

con artificios la simpleza, nunca hablemos de dios como si fuera 

un simple albañil que luego el mundo entero se nos viene abajo 

y no habrá nadie a quien echar la culpa.








jueves, 23 de noviembre de 2023

Cuadrupedante putrem sonitu cuatit ungula campum, surgido de repente con el sonido enfermo de la agrupación urbana, descalzo todavía y con los pies mojados de llovizna, acostumbrado a disfrutar colores que ahora ya no están; he de recobrar el ruido para volver a oír el miedo de la música, desparramar la sal por la calzada para que el pie no huela el sinsabor, no hay huellas, se borraron después de tantos meses, no hay flores aunque a veces se abre una grieta en el asfalto y la afonía de una voz te sube como sangre oxigenada por las piernas, te hace bajar la vista y entonces tú te encierras con el diccionario y aprendes a leer de nuevo; luego escribes en la arena con un palo: su nombre es margarita y es tan simple que ni familia tiene, o acaso es que sea ciega o que se le haya ido la cabeza

 



Me he parado en el borde arenoso de la acera,

ahí, entre estertores, crece una flor, una margarita escuálida,

es el efecto turbio de la belleza urbana, vigente aún,

camomila académica sin aula, toda voluntad embravecida,

quizás por eso su debilidad es capaz de alcanzar

el límite seráfico del éxtasis entre el tropel de mil zapatos,

no es suficiente la verticalidad para subir peldaños

en la escalera evolutiva, de vez en cuando es conveniente

bajar a ese rasante de la arena donde el empeño no hace mérito

pero ayuda a componer un marco

por el que asoma el mundo natural

sometido a la putrefacción de los tacones.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

"Me enseñaron que el océano es muy grande pero no lo que significa muy grande, me dijeron que encima de nosotros están las estrellas, pero no lo que significa están, ¿Entenderemos alguna vez la atención con que nos miran los ojos ciegos de los pájaros? ¿Sabrán alguna vez los grillos por qué los escuchamos maravillados cuando no entendemos lo que dicen?"


                                                                                           ( Ana Blandiana)




Has regresado,

cabes aún en esta enrevesada biografía

que a duras penas sigue creyendo en ti, no importan

las exageraciones hagiográficas ni el caudal de escombros

que arrastra la riada, todos dignos de una leyenda medieval,

los pájaros celebran el color de un nuevo día, no tu vuelta, 

las lagrimas del sauce, no del todo apócrifas en el oscuro otoño, 

no son por ti tampoco,

ni la cenefa de la niebla ni el ulular del viento, nada,

nada es por ti, y si fuera,

deberías tomarlo como un signo de normalidad, 

las cosas vuelven a articularse por sí solas

sin necesidad de una sintaxis

que añada a su función la coda de un sentido figurado.

 


martes, 21 de noviembre de 2023

Durante varias horas haces lo mismo que la rueda del coche, rozas apenas una realidad que se desliza, la lámina de asfalto es diferente a cada paso aunque repita su apariencia, igual que las palabras que revolotean en el habitáculo como jilgueros enjaulados, lo mismo que la música que libera el artilugio del penn drive; un centro del mundo giratorio te hacer sentirte referencia de cualquier punto cardinal, hasta que el avisador del combustible te hace despertar para buscar en el horizonte el menhir que señala un abrevadero ocasional

 




Acaso el número te haga desistir,

el número infinito, ese brote de espino

que se adentra en el aire con ademanes de director de orquesta,

la matemática es abismo 

y si te asomas nunca volverás a ver cosas exentas

del artificio numeral, el dedo apunta y dice

uno, dos, setenta y ocho y se detiene, 

no es que no quiera seguir, es que se queda

mirándose a si mismo, sabe contar, expulsa número

como un volcán ceniza, sus burbujas ascienden

con eficacia colectiva, sucesión o cadena,

se miran en el mismo espejo y entrechocan 

una sola copa que todo lo reduce a la unidad.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Desarraigar es eso que se hace cuando el valor sólido se pierde; hay una breve primavera en la que las raíces bajan al reino de Perséfone, cuando llega el verano su presencia se mide por la pujanza de las hojas, luego por la flor y las semillas, -a veces hasta por el fruto-, pero el invierno es solo nieve, memoria encanecida que prefiere volver la vista atrás, aún conociendo el riesgo de quedar petrificada como le ocurrió a la desobediente y compasiva mujer de Lot

 




Aquí hubo nieve, queda aún el resplandor,

el color se confunde, del empacho del clima quedan trazos

en el umbral, suena a vacío el mundo, 

fuera flota una voz como una espuma vieja,

debe ser un grajo, la curiosidad del color negro

siempre se hace notar en días claros,

pero debemos irnos, queda lejos la seguridad

y acaso nunca la alcancemos,

si miramos atrás es que no amamos el futuro, 

que nos conformamos con un presente eternamente repetido,

qué olor a pino en esta soledad, el frío lo condensa

o es que ya sólo queda este sentido,

que nada se conserva salvo el olor, un artificio de la memoria 

para que la ausencia de las cosas sea tomada como un tropos,

una forma retórica de adorno.

domingo, 19 de noviembre de 2023

Sale de la bocamina un vapor lento, del norte baja un aire curvo con aconteceres de cuchillo y algo de la luz de este domingo se enreda en el cristal, la celosía es una jaula donde los pájaros se avienen a compartir la libertad contigo, unas migas de pan, unas monedas de trueque adulterado que nos hacen a todos semejantes; vuelve a mirar por la ventana, el sol se asoma con ganas de charlar y no tiene con quién

 




Repaso los papeles que él guardaba

con los jornales manuscritos de la mina,

a qué puede oler un trozo de antracita,

él la usaba como pisapapeles, como espejo ciego,

como talismán y sobre todo como manual de supervivencia,

tal vez le recordaba los chirridos

de la vagoneta sobre los brillos del rail,

espejo ciego, sí, salvoconducto para los días de respiración difícil

y conversación consigo mismo,

tú has venido a mí, yo nunca quise

compadecer tus confidencias, esa sangre tosida,

las espinas en el corazón de los alvéolos,

bajar contigo al bar, alzar hasta los topes la persiana

y respirar por la nariz, palpando con los labios el espesor del aire,

o mirar río abajo el agua negra de los lavaderos,

así será algún día, como el abril de los jadeos,

como una boca abierta que pretende

que todo el aire quepa dentro.

sábado, 18 de noviembre de 2023

Lo que llamaron pruno real se ha ido despojando de lisonjas y ha quedado en simple endrino, sus ramas verdes pasaron a ser malva, después mezclaron con el amarillo macilento, los zorzales visitaron su despensa y con las últimas heladas sus ramas se han ido despoblando, igual que el pueblo, del mismo modo que la iglesia tras el último sentido funeral, como los labios de la gente que ya apenas murmura (para qué, si la vecindad se ha distanciado tantos metros que a nadie llega tu saludo); a propósito del endrino (prunus spinosa): hoy he visto caer su última hoja

 




Durante los días del verano

he recorrido el campo en busca de ese error

que los observadores iluminan como un dibujo medieval,

un dragón pacífico pastando en las praderas en medio de las vacas,

y dónde está el error, me he preguntado muchas veces

al contemplar ejemplos de la llamada imperfección,

la naturaleza enferma como muestra de sumisión a circunstancias malvenidas,

una sequía prolongada haciendo amarillear el verde,

la plaga de pulgones sobre un joven rosal, el escarabajo de la patata

capaz de malograr una cosecha,

¿todo ha de discurrir estrechamente sometido a la precisión del número,

que a los marcos del canon nunca asome la desmesura del barroco

o la delgadez extrema de lo elemental,

que al coro armónico de pájaros, al viento entre las hojas

o a la cadencia del arroyo nunca llegue el estrépito del trueno

o el bramido sin riendas del incendio?

hoy sigo pensando en el error y creo sin demasiada convicción

que el error llega con nosotros,

por eso cuando nos ausentamos en invierno

el campo recupera su apariencia de perfección soliviantada.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Volver a ver nevar, apenas se habla ya de ese milagro porque nuestros ojos son incapaces de diferenciar un copo de otro; entre tanta abundancia los sentidos dejan de servir al intelecto, como si a ese nivel ya no importasen los detalles y nos dejáramos cegar por la inmensidad de la nevada

 




Algo se anuncia

para nacer más tarde,

el sol llega rasante, se deja ver sobre la hierba

y al amparo del ribazo ya asoma alguna seta,

no te dejes morir, hay también hojas perennes,

tú y yo podríamos sobrevivir al hielo

utilizando la estrategia del vapor, la niebla mañanera

que garantiza el sol de mediodía,

son horas con sabor a regaliz y el humo del tabaco

aún permanece en la nariz, 

su indiscreción

que no perdona ni el sofocón de la basura.


jueves, 16 de noviembre de 2023

Pensaba en la aventura de Sierra Morena; no recordaba si Cervantes precisaba la estación, de ser invierno cómo entretendría sus desvelos, con qué luz pondría en fuga sus demonios o a qué dedicaría la alborada, cuando despierta el monte y cualquier sonido es aceptado como señal de vida, frente a los salidos de la oscuridad que siempre se perciben como amenaza; ¿se sabe si al amanecer había rocío?

 




Anochece y queda

una sombra encarnada como atestiguando la rebeldía de la luz, 

si alguien mirase con sabiduría y sin pasión acaso viera

el color de la sangre, los dedos con efecto

La Tour enmascarando llama,

alza esa lámpara despacio susurrando el acostumbrado sortilegio 

que se aplica con pena a lo difunto,

se alejará de ti, 

caerá definitiva y firme la noche que esperabas

y podrás dormir de espaldas al oeste

como hacen los que alquilan por unas pocas horas

su desvelada incandescencia a un sol artificial

que se somete mansamente a las fluctuaciones del mercado.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Cuando acabó el verano decidieron limpiar el gran aljibe para que acogiera todas las aguas del otoño; sacaron de él alguna cosa que nadie se atrevía ni a nombrar por miedo a que el sonido de su nombre lo despertara y facilitara su regreso a la gran bóveda donde aún temblaba el eco de la palabra desterrada

 




Pensó:

ya nunca más este dolor, las horas

como gotas de un plácido veneno

y su color de fuego antiguo

imitando una falsa arqueología que nunca ha sucedido,

te ausentarás de aquí aprovechando las alas de papel,

que la memoria quede presa

como un girón de lana entre las zarzas,

tal vez así regreses o mantengas

el renglón paralelo de esta historia que te interpela a diario

y a la que nunca prestas la atención debida

por miedo a terminar reconociéndola

como hija natural de tu extravío.

martes, 14 de noviembre de 2023

Quedaba al otro lado de la división imaginaria que separaba los ambientes de aquellos pueblos enzarzados en disputas; un puente de piedra, estrecho y con unos ojos góticos que inspiraban temor señalaba el punto negro donde se habían cometido las atrocidades más celebradas del entorno; en la piedra del pretil podía leerse en caracteres nunca interpretados la gesta del pastor que atravesó con una ahijada al rey que le requisó el rebaño para alimentar a sus mesnadas en épocas de guerra

 





Cuando ya había prescindido de sus ojos 

Edipo adelantaba la hora de dormir,

pensaba que la soledad tiende a alargarse

si no hay un algodón que le detecte algún color

ya sea de suciedad o de rubores,

le decía a Ifigenia: no hagas ruido con los platos,

mejor fregar por la mañana cuando el temor ya se haya librado

de la infinita noche,

que el incienso de tu devoción no huela a nada,

en Tebas aún resuena el griterío de la gente,

nunca sabes si te siguen aclamando 

o si maldicen la tempestad de tu destino,

la misma fuerza demostraste para matar a un rey

que para violar el sueño de una madre.





lunes, 13 de noviembre de 2023

A él no le contaron que en aquellos años el dinero era un embuste que la gente de monte no aceptaba; el viaje a la ciudad se lo pagaron al arriero con varias pieles de alimañas a las que dejaban garras o pezuñas como afirmación de autenticidad; también su carne se colaba a veces en las cocinas después de superar los términos de escarcha, humo y apaleo a los que debía someterse toda carne de dudosa procedencia

 





Dolor arriba y ascendiendo, 

no pesa ese bagaje de comedor, 

la sombra arracimada de la parra

en el patio de luces con las mesas 

jugando al ajedrez sobre un tablero de gres fenicio,

plomo y ceniza en los mediodías polvorientos del verano,

se pasa la manguera y todo vuelve al desnudo adolescente,

una foto casual, sillas de hierro y el gesto algo cansado

ya a los postres, oliendo el abandono del café,

contaba unas historias increíbles, relatos amputados

a la frondosidad de los periódicos

con promiscuos adornos para despabilar el sueño,

la sombra del negrillo agujereada de grafiosis

no es capaz de competir con algo

que tiene forma oscura, pero apenas alcanza

la opacidad maciza del dolor.

domingo, 12 de noviembre de 2023

Por favor, no interrumpas, ahora que la campana ya descansa y el silencio campesino vuelve a arrastrar sus hábitos de monje por la aspereza del paisaje; se sabe aquí que la campana emplea voz distinta para anunciar dolor distinto, este de hoy se nos antoja de confabulación, dos fechas tan cercanas que podrían parecer un matrimonio resumido en calendario, cada cual mirando hacia su lado, con actitud de estatua gótica que solo a sí misma debe una sonrisa






De ahí viene ese amor,

un obituario lo ensalza como égloga anacrónica,

presume de tener una mirada fría capaz de modelar el hielo,

parte del estrépito animal, lo domestica y lo convierte

en contemplación, nunca teoriza

ni especula con la claridad, guarda silencio

y lo mira todo a contraluz a través de una piedra de amatista,

se entretiene desflecando el incómodo tapiz

que ha ido resumiendo en hilo el coloreado embuste de la vida,

nada hay que esperar de ese ojo de pintor

que lo ve todo con la frialdad de llama dibujada,

lo mismo ocurre con la noche que nació con nombre

y hoy nadie la recuerda.



sábado, 11 de noviembre de 2023

Hoy se ha consumado el sacrificio de un animal ruinoso a la pujanza de los inmortales; ellos son de mármol esculpido, de leyenda cincelada en piedra y sus hazañas nunca pasaron de la traición o la rapiña entre pares; al animal, en cambio, lo ha consumido la domesticidad y ninguna verónica ha ofrecido sus lienzos para grabar en ellos la desesperación de su ojos oscuros, en los que ninguna luz quedaba ya






Los casi diez minutos que duró la espera,

la rigidez del gesto, el mimo blanco

sobre el trípode de las adivinaciones,

al final llegó el pájaro con su desconfianza familiar

abierta a todo como un rosal de mil espinas,

no se escuchó el suspiro ni se aceleraron los latidos en la piel,

seguía el mimo con su cara blanca,

la desesperada espera del no pájaro, 

-cualquier matiz emocional provocaría el desmoronamiento-,

la ropa vuelve a ser de calle, los ojos se distraen

y entre las ramas vuelve a ser el gorrión quien se declara agradecido

por los granos de alpiste que dejaste sobre la liga-trampa

destinada no a él sino al jilguero.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Por esas alturas pasó el rayo; aquí le dicen chispa, pedernal, infuria intestinal de nube, en cualquier caso, fuerza, ese arrebato natural que marca el monte y deja huellas indelebles en la cordillera blanca donde los buitres hacen cola para dormir la siesta al borde mismo del acantilado; atreverse a cruzar tiene su premio

 




Organizó los riesgos de cruzar,

el otro lado se ve azul, exangüe con su cendal de niebla,

dio los nueve pasos y se cogió al tirante,

nueve grados de temblor, lado derecho, choque

de hierro contra hierro, abajo palpitaba el ángel,

por sus alas corre sangre polvorienta, como de mariposa,

duda y nunca llegarás, se oyó decir, los cables

como costillas del gran monstruo que desventró sanjorge,

esa oración de sonidos vibrantes es una fórmula con que la madera

se hace respetar por la humedad,

nunca se pudre el alma del negrillo, resistencia de pluma de águila 

y acabado de herramienta romana 

para hacernos más llevadero el precipicio.


jueves, 9 de noviembre de 2023

Cuatro pasos más y se topó con el estanque, unas piedras con musgo represaban el ramal del agua y la vegetación lo protegía todo como si guardara unos recuerdos para la posteridad; el remember sonaba aún en las estancias del castillo, aunque muy por debajo de la alucinada melodía con la que Ofelia intentó decirle adiós a aquel lugar de duelo

 




Ve a mirar sobre el agua,

allí, entre las ramas de los sauces,

invócale, que quiera regresar y pueda

en contra del rumor de la corriente,

si acaso le hablas -el susurro puede convencer-

usa palabras solubles en un líquido neutral,

ella no pudo conocer el miedo, su abandono

lo produjo la desesperación, quedar tan sola,

una cortina roja 

se empeñaba en camuflar la sangre 

que aún goteaba de la espada,

enfrente el jubileo de la razón y el agua entre nenúfares,

los ojos más abiertos que esa flores

que parecen mirar y no ven nada.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Escuché la metáfora de la salud como saludo, la alta y lejana tautología de los clásicos para decir qué tal; volvía a ver los capilares del idioma trasportando los coágulos desaforados del cansancio, la pandémica fuerza del querer vivir sobre las brasas, en equilibrio sobre un pie y las manos batiendo como alas de funámbulo; pensé "si vales, bene est, ego valeo", pero el bienestar no se improvisa, pese a tal

 


                       poesía y salud, la conferencia descorrió alguna cortina

                       y al fondo brilló algo que casi nadie ha visto, un sol oscuro

                       que siempre estuvo aquí


Salí al mar

y en su interminable conferencia de olas

no encontré razón, ni paz ni alcoba

para este peregrino pensamiento del dolor,

queda muy lejos la butaca de terciopelo rojo

donde la araña del saber teje su tela, nos habla

desde una tarima de madera noble -y qué madera no lo es-,

progresa su argumento de gusano, conmovedor intento de poeta

en nueva york, echado al monte entre metáforas

de vidrio y de cemento, conocedor tardío del ataque

de monedas furiosas a los niños que pavimentan las aceras

con su inocente inmadurez, no hacía falta 

desterrarse tan lejos, Federico, la misma velutina de metal

nos sigue acometiendo aquí y ahora, 

y nos anula el alba con su condición de nube,

no era necesaria esa cuaresma de penitencia laica

ni los salmos de ennegrecido acero que subían, subían

y no paraban de subir al aire como si fueran rascacielos.


________
        En el Círculo se diserta casi siempre sobre algo tieso, en este caso la conferencia iba de salud y poesía, (por más que la tisis se ensañara tanto en los poetas). Se lo debo a Fernando que me remitió el paquete ( https://www.youtube.com/watch?v=zAMJbeujh8w). Mientras me tomaba el resto del café dejé que el sabedor, el que pasa las páginas sin ruido, me distrajera con sus toses de ocasión, su mal hablar premioso, aunque cargado de razones y de citas, Manrique, Garcilaso, Quevedo y otros más, hasta que llegó a Miguel Hernández y me hizo prestar más atención. Y al final, Federico. Gracias a ello puede volver a oír aquellos versos de Poeta en Nueva York que siempre echo de menos y que ponen al autor en la primera línea de algo que no tuvo la ocasión de concretarse, pero marcó un camino, hoy múltiple vereda por la que más que avanzar se trota.

Le he dedicado la entrada de hoy por si sirviera para disipar la niebla que flota sobre el pueblo.

martes, 7 de noviembre de 2023

A ella le cuesta más arder cada mañana, su materia guarda la humedad como una garantía y se niega a reemplazar la sauna por el soplado de aire seco que han puesto de moda los vecinos; las conversaciones se repiten igual que la campana del reloj y hacen monótonos los días, aunque el hecho de que ella se mantenga sin merma es una consoladora novedad






    el caso de ella


Reconocer, re co no cer,


le cae encima lo mismo que una sombra 

el vestido talar de los oficios, 


aún no se ha filtrado el sol por el cristal

y la última espuma de ese sueño tan pesado 

que le persigue con tosecilla cómplice

da por sentado que su cerebro duerme aún,

aunque su pelo suelto se comporta con desdén de peluquín, 

se posa sobre sus hombros y le obliga

a mantener alta la frente,


aún es pronto para emprender camino, 

cuesta alzar el pie y entrar 

en el interior de los espejos,


ella no reconoce, c r e e

porque la fe cuesta muy poco,

lo da todo por hecho sin hacerse

las molestas preguntas con que suele

descorchar la corteza de los días,


y si probaras a reemplazarlo todo por memoria

desde un álbum de fotos?

lunes, 6 de noviembre de 2023

Intenta que el rompecabezas te obedezca a la hora de pactar la vecindad; lo proclive no siempre acaba traduciendo a pactos las afinidades aparentes; al menos pon en duda las connotaciones familiares y elige por ti mismo la sangre con que acabarás mezclando tus colores para sentirte en armonía

 




Heme aquí,

igual que un personaje de parábola que mira y calla, 

me he sentado en un banco de piedra, a las afueras, 

y a mi lado se ha sentado el tiempo, 

ni siquiera nos miramos,

nos basta con saber que cerca hay alguien

inmune al general aburrimiento de las horas,

atrás quedó la conversación con sus zarcillos

de enredadera, ella ata y desata lo que siempre fue libre 

y se adelanta a los colores de estación

como un pedante en las reuniones,

afortunadamente el tiempo calla, 

es capaz de conjugar edades sin alterar el rictus,

lo que importa es el prisma, pienso, no la realidad,

él ni hace ni deshace, se conforma

con el espectáculo del mundo, lo mismo que Pessoa.

  

domingo, 5 de noviembre de 2023

Llegó una carta con el informe pericial, el especialista recurrió a la imagen del borrado de tiza en la pizarra, aquel rectángulo tan negro de los días de la iluminación, todo era reluciente y pulido menos la ventana que enseñaba el más allá de nuestro pueblo, también se refería a la llegada del pantano que acabó cegando el agujero y convirtiendo aquel paisaje en un pesado monumento a la desilusión de la memoria

 


            él ha perdido la memoria, yo una amistad, 

            aunque permanece el envoltorio


Ya he llegado,

la niebla sigue ahí, siempre me espera

aunque no ha habido interés ni bienvenida,

tengo que detenerme a descansar

antes de deshacer esta maleta

donde viaja escondida la memoria,

atento al vaho reluciente que un desgarrón de nubes

hace subir,

también yo subo, hago un seguimiento de las águilas,

la musicalidad de su silbido,

ha llovido mucho y el arroyo quiere llamarse mar,

se adueña de lo que encuentra en el camino,

igual que yo que voy dejando mis huellas en el barro

certificadas por los agujeros de mi bastón,

he llegado, si, pero me temo

que no voy a saber a dónde ni por cuanto tiempo.

sábado, 4 de noviembre de 2023

Sale brillo de esta reducida aldea donde permanecen los linderos de las antiguas fincas; los gestores del desastre pretendieron borrarlas antes de cerrar compuertas y empezar a embalsar, en un intento de dejar sin crédito a los minifundistas de la vega; ahora con el agua baja vuelve a ser visible ese trazado de pequeños rectángulos donde se cultivaron bienes que hoy carecen de valor

 





He bajado hasta la orilla,

el embalse recula y pierde fe,

se ha quedado abierto como las páginas de un libro

y me permite ver cansadamente

una historia de pérdidas y olvidos,

todos hemos transigido, convivir es eso, 

ganar despacio el corazón de aquellos que también combaten 

en este lado sin fronteras, 

queda belleza, sí, pero no siempre es posible verla,

no nos dejemos

teñir de ese color de plomo con que se adorna el agua.



viernes, 3 de noviembre de 2023

Vino caliente amaestrado con resina y verdeazul de enebro, el druida no encontró un remedio para esta enfermedad gris del olvido, ni contra ese polvo de polilla que a todos nos convierte en vejestorios; no contamos historias ni competimos por llegar hablando hasta el final del pábilo; el olor a cera fría nos hace abandonar el lugar del escaño más próximo a la lumbre, donde la madera de abedul se desprende de sus aceites esenciales

 




Aquí noviembre,

ya llegué, señalo y corto,

no hay otro sonido que el de esa nieve abstracta,

el congelado lenguaje de lo que no prescribe,

arriba aún quedan ventanales, también hay cuervos,

su sonido contrasta con la lentitud del aire, 

llega más tarde que el silencio, 

el sol atisba tras algo algodonoso, es un momento repetido

este de la moneda estrábica del sol, parece

una acuarela húmeda cosida al césped con espinas de endrino,

pero no quedan pájaros, a dónde habrán ido los pájaros,

el carpintero trastea en la veroja,

le han encargado un barco soñador, que lleve lejos

sobre las olas, incluso si no hay olas,

dejará un rastro en la nevada como una cicatriz 

y durará

hasta bien entrado abril, cuando los pájaros regresan.


jueves, 2 de noviembre de 2023

Ármese usted de soledad y elija para su paseo cotidiano esa carretera muerta que faldea la desazón de una montaña sin señal en los mapas ni mención en los registros geodésicos; haga visera con la mano hacia ese lado, la espiral de los buitres, la perezosa lámina del cielo de cinc plomizo, los alardes de la caliza amotinada contra los olimpos oficiales y el sonido deshilachado de campanas que el viento arrastra para que todo el mundo sepa que hoy es el día de difuntos, ándele con la noticia

 





A mi lado apareció un ciclista,

iba cuesta arriba con el jadeo secuencial de un geiser,

me roció con su esfuerzo y puso

algo de desasosiego entre mis pasos de espectador impávido,

apenas me llegó su voz como sacada

de la concavidad de una ola marina,

la soledad se nota más

cuando en la empinada carretera se dibuja a lo lejos el ciclista,

te persigue con movimientos de gusano

contagiándote un desconocido ardor entre las ingles,

te sobrepasa y se va haciendo cada vez más pequeño

hasta acabar evaporándose lo mismo que una gota de sudor.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Oí decir los bebés lloran siempre, todos lloran; ella quiso definir: "no estoy segura de qué ventaja adaptativa tendría el hecho de compartir una desdicha colectiva innata", tampoco yo estoy seguro de entenderla a ella, acaso se refiera a los bebés en general que usan la desdicha como motor de compasión, lloran incluso cuando quieren hacernos entender que son felices: un lenguaje sabio sin códigos ni alertas de gramática

 




Pronto se hará de noche,

de repente la ciudad se ha convertido en arrabal,

no hay luces, humo sí y escombros,

perros que ni siquiera ladran, 

llegarán sin tardanza los idus de noviembre,

suena algo metálico envuelto en trapos sucios,

los idus del dolor avanzan sin pronunciar el número,

también aquí se evita el calendario

ya no les sirve para racionar el tiempo como pan,

Qué pasa.

Son los perros, ya no ladran.

Y eso te preocupa.

Me preocupa, es todo tan triste, se confunde lo cotidiano 

                                                                  con lo accidental.

Nos apoyaremos en el aire.

Sí, es todo lo que queda.


martes, 31 de octubre de 2023

"Ella decía que la femineidad codifica mandatos mucho menos flexibles que nada con que los hombres estuvieran familiarizados" (C. McCarthy). Luego se pudo comprobar que, aunque tuviera razón, sería muy difícil demostrarlo

  





Intentaba ver algo consolador

asomando a aquel balcón sombrío,

por eso su manía con las flores,

la barandilla recargada hasta el extremo

que hacía muy difícil que alguien se asomara,

un día apareció en la calle, mirando aviesamente 

hacia aquel bosque de macetas,

en la mano llevaba unas tijeras, esas tijeras de podar

que imitan el chasquido de los dientes de un dóberman

cuando hace frente a un enemigo potencial,

fue sólo un momento, enseguida entró en la casa

y apareció arriba entre las flores, dando tijeretazos

y enseñando los dientes en una gran sonrisa

como si ella misma se hubiera convertido

en el consuelo que buscaba.

lunes, 30 de octubre de 2023

El maestro cantero quiso burlarse del deán, le habló del monumento con palabras tan altas que se perdían en la niebla, ni siquiera las clases de latín fueron de ayuda ante tanta elevación; para entender, le dijo, hay que acceder antes a las entrañas de la piedra; le echó piedra molida en el café y, al carecer de dientes lo tragaba todo sin entrar en masticaciones enojosas

 




Nos queremos mucho,

proclamaban, recorremos juntos

un camino singular, el agua, la nostalgia, los olvidos,

todo a medias aunque sin cortar en trozos,

a veces uno le decía al otro:

el dolor cómo lo quieres, con jengibre

o con ralladuras de limón,

y se quedaban mudos mirando hacia lo alto;

un día el mal de piedra los sorprendió dormidos

y así los perpetuó, cursis y austeros,

en el transepto de la catedral.

domingo, 29 de octubre de 2023

Llamó a la puerta el vendedor de enciclopedias, en realidad sólo llevaba unos enormes mamotretos encuadernados en cuero de cabra, cuatro biblias con canto rojo y dos bañadas en pan de oro como los crepúsculos de julio; saludaba así: la paz de dios y luego preguntaba sangre u oro y se quedaba mirándote a los ojos con su sagrada impertinencia

 




Le preguntó

qué pintas cuando ya no hay luz,

el deseo, 

para él no hay colores que necesiten iluminación, 

se te sube a los hombros como si fuera una bufanda, 

te estrangula suavemente y dice:

piensa en negro, parpadea, en esa oscuridad me haré presente

y cumpliré mi papel de tentación,

me enroscaré en el árbol de las manzanas sabias

y te invitaré a morder, un solo pensamiento

te hará sentirte dios, aunque más tarde

acaso te remuerda la conciencia

que hace tiempo alquilaste en esa tienda de antiguallas

especializada en biblias.

sábado, 28 de octubre de 2023

Mirad ahí a Edipo recostado en el regazo de la esfinge, no sé si está fingiendo o se aprovecha de la candidez del acertijo, llora sangre por los ojos, por la nariz, se pone roja su camisa, acaso ha adivinado ya que en el futuro su vestimenta será blanca, ese color antípoda de nuestro luto que atraerá las miradas y hará que los niños le persigan y le tiren piedras como si fuera el pozo del dolor

 





Hablan todos a la vez, 

no dicen nada, aunque recuerdan

lo que alguien afirmó: la guerra

es también una forma de adivinación,

se hacen rodar los dados sobre el pañito verde,

se alzará una polvareda de volcán - el humo es polvo

cuando el fuego se disfraza de justicia-,

y volverá Picasso a dibujar al toro

mugiendo entre barrotes

y todo será gris como en Guernica

o negro como los adornos del pañuelo

que humaniza el dolor de Palestina.


viernes, 27 de octubre de 2023

Siempre pensó que en el color había trampa, se miraba las venas de un abultado tono azul, pero al sangrar siempre asomaba una lombriz con alma roja, de inteligencia perezosa aunque certera y eficaz; a veces se sentaba con el otro en el pretil del puente, ya arruinado y sin ojos, -hasta el río había desertado del lugar-, miraban al vacío y les llegaba el aroma caliente del infierno, apenas unos metros más abajo

 




Ya no discuten, sus miradas

se dirigen a un punto en el futuro,

el azul es otra cosa frente al rojo, 

no es rendición, ni pausa, es sólo

voluntad de autoafirmación,

volar sin viento,

todo lo que queda atrás es una estela, dice Heráclito, 

lo lejos está cerca si no te paras a pensar,

andar pensando, 

avanzas más con los pies que con el pensamiento

y sabes que la verdad es agua entre los dedos,

en la oscuridad se aprecia más el peso de la guerra,

el cielo azul se encalabrina y acaba tiñéndose de rojo, 

luego estalla como una maldición 

y algunos se difuminan en la nada, 

igual que el agua

que nunca se detiene y siempre acaba

perdiéndose en el mar, que es el morir

o la morada de los sueños.

jueves, 26 de octubre de 2023

Iba lento el río en esa época, aquello también era milagro, ver los cantos rodados como calaveras decoradas de verdín, alguno con rana encima, como en la fachada adolescente de un plateresco caprichoso, cualquier espejo repitiendo idéntico paisaje y él pensando en qué pensar, huyendo del presente y rechazando de antemano toda oferta de futuro, si es que el futro sigue haciendo ofertas

 




Es esta tierra

de pocos milagros, 

el veneno es uno de ellos,

hace que la respiración separe el aire de la luz,

la sangre sólo recibe la toxina de la desconfianza

y todo huele a tierra calcinada,

si hablas con tu par y pones sobre la mesa una manzana

él verá parábolas, la metafórica versión de un acertijo

que oculta alguna trampa,

cara blanca la del que habla con mentira

sirviendo el vino del engaño 

para que la daga avance sin oposición hasta topar en hueso

y ver cumplido el simulacro

de conversación entre vecinos,

(sin hablar de añejas taumaturgias).


miércoles, 25 de octubre de 2023

El patio de armas había sido adoquinado con gruesas duelas de oligisto; el señor del castillo amaba el pedernal, pero la sangre le atraía con tal fuerza que se hizo construir un mausoleo de color bermejo y desde las almenas disfrutaba comparando los matices de su futura inmortalidad con las baldosas rojas bajo las que reposaban sus ancestros, tan aficionados como él a ese color

 





Llegó arriba el cuchillo

y el ejecutor bajó de planta

para mirar a ras de suelo el sacrificio,

no encontró la equivalencia entre su voluntad y el despilfarro

                                                                                     de eficacia

ni el arma ni la víctima, ni las paredes y baldosas del recinto 

cumplían con el estricto protocolo del ceremonial,

se preguntó por qué y dedujo

que la sangre era el único lirismo

en la plana vorágine de aquel escenario,

por eso renunció al aplauso, echó el telón

y en el espeso terciopelo que armonizaba el rojo con el rojo

se limpió la sangre de las manos.


martes, 24 de octubre de 2023

En la filmación el cazador vivía instalado en un refugio hecho de ramas sobre un hielo flotante; el Volga eterno decidía cuándo y cómo resucitar, cualquier proyecto debería contar con el beneplácito del río y afrontar la muerte temporal de los inviernos como si fuera un rito del que nadie, ni el gran río, podría sustraerse, a la espera del hálito del sur

 





Cuando empezaba una novela

siempre había un personaje que acababa por saber su nombre,

le hablaba a él y le rebatía la opinión con argumentos razonables,

decía: "compartir cien lecturas es un vínculo más fuerte que la sangre",

miraba lejos y sabía cosas del futuro,

aunque prefería conversar con lo que estaba ahí,

hacer mil comentarios anodinos y terminar sabiendo lo esencial,

lo que a la gente le gustaba, sus odios más secretos, una forma

de apoderarse sin violencia de su corazón y sus sentidos,

sé que vas a morir, pero nunca intentaré ponerle fecha

a ese conato de espejismo,

cuando cerraba el libro ni la lámpara de queroseno de la alcoba

era capaz de iluminar el rostro de su interlocutor

como si ensayara el adiós del personaje

antes de voltear la última página.

lunes, 23 de octubre de 2023

Del palo horizontal colgaba un solo ventrículo de aquel inmenso corazón, sin grasa ya, lavado en las heladas de noviembre, listo para completar la ceremonia que consistía en encontrar el resto y colocarlo en su lugar, para que la luna al descender regara con su luminoso pegamento las partes separadas, dejándolas dispuestas a seguir latiendo

 




Ella nos conduce

por la senda délfica del alambique, 

con ella de la mano descendemos a la gran barriga

donde hierven la confusión y el acertijo,

qué quieres saber, qué nube blanca se antepone a tus ojos,

el caballo alado te hará volar, él sólo tensa

los tendones de la imaginación y eleva

tus íntimos vapores, te destila y enfría

hasta el espiritual estado líquido de la ebriedad,

te dirán que el misterio es alcohol incendiado

y que su llama

te iluminará el camino de regreso, ya divinizado

y más humano que cuando acudiste a preguntar,

ahora sabes 

que cualquier duda es un peldaño

para alcanzar la cumbre a donde Sísifo

ha empujado su piedra que sin tregua

se irá rodando cuesta abajo.




 

domingo, 22 de octubre de 2023

No la llevéis ahí, dejadla libre, sus pasos abren surco como pezuñas de animal autónomo, no es preciso cicerone para sus andanzas de aedo homérico, los ciegos ven debajo de la niebla, ella puede conversar con Safo y acaba descubriendo el tono justo que ha de darle a la palabra según a quien vaya dirigida; su rigor es más conceptual que de carácter

 


                         ella sigue ronroneando a pesar de la rígida expresión,

           dentro de un año -o dos o tres, quién sabe- acabarán dándole el premio


Llegando ya al estrado, casi tropezó

a pesar de caminar despacio, pelo apelmazado

como rastas tratadas con cera de abejas, 

carmín en la blancura de la manga, ni se fijó en el brillo

del chaleco de su acompañante de rígida etiqueta,

su mirada avanza con lentitud de barco, acaso busque

el perfecto escenario, ese que ni se ve, en el aire

todo es posible, ella tiende a mirar por encima de las gafas,

ni siquiera se ríe cuando alguien se le pone delante y le propone

hacerse un selfi, su ojos sí sonríen, esa capacidad para juzgar al tonto

por la quietud del aire que le envuelve, 

tiene tendencia a tamborilear sobre un piano invisible,

le salen letras en lugar de notas, una Remington antigua,

negra y ventruda como las naves de los griegos 

olvidadas en las playas de Troya.

Al final se sentó y bajito, pronunciando despacio en griego antiguo

nos ha llamado imbéciles o cursis (acaso las dos cosas).

sábado, 21 de octubre de 2023

Los aires negros son aquellos que desoyen las armonías naturales que la tierra exhala; sólo al principio es posible calibrar el valor del oxígeno aportado, después la inocencia se va quemando sin arder a causa de las infinitas respiraciones de quienes reclamamos más pureza

 




Un hecho así sacado del recodo

de los tiempos antiguos, escalar montañas

como quien va a cortar leña en el monte,

las nubes bajas y el olor del aire

que nunca ha descendido a ras de suelo, 

hay un arroyo de caliza, piedra suelta cuesta abajo,

te ves envuelto en música de fragua, la percusión de lascas

y el saturnal olor a enebro que las cabras dejan al pastar,

hay un abismo impracticable, te dices, si suben las grajillas

subiré yo también, 

en la collada brilla el agua de la fuente, 

allá abajo las casas manan sangre hacia el oeste,

tú lo ves desde arriba, 

tan arriba que no quieres volver.

 


viernes, 20 de octubre de 2023

En el claustro de la colegiata los vanos se suceden con regularidad, un silencio mojado nos llega a la nariz, la piedra tiembla con nuestras pisadas, se ha contagiado de ese mal erosivo que afecta a la arenisca, la girola está llena de los escombros del milagro y algo no visible se asoma en las ojivas mostrándonos su hocico de animal, no corre el aire aquí y el que quedó atrapado huele a incienso podrido, como la sonrisa de las gárgolas

 





Estoy aquí, a dos pasos

del silencio absoluto, un granito pulido y bicolor 

que se confunde con el cielo de otoño, 

el aire se ha quedado quieto para que podamos 

auscultar su respiración, es lenta y con fatiga,

lleva muchos días de batalla, golpeando las persianas,

sacudiendo el felpudo de los prados, ahora

sus largos dedos se dedican a tocar con la timidez de los nudillos

en la madera de la puerta, no hay acritud ni furia,

ha firmado las paces con el sol y viene

a sentarse con nosotros en ese lado del jardín

                                                      donde crece el endrino,

no hay leyes para esto, se estable un pacto

entre la realidad y lo posible, alrededor las setas

despliegan sus paraguas y parece

como si la eternidad se hubiera acelerado.

jueves, 19 de octubre de 2023

Caminó sobre brasas, usó como colchón el alma de los cardos, entrenó a su corazón en la abstinencia cuando el oxígeno era escaso, llegó incluso a alimentarse de la harina que obtenía tostando al sol los saltamontes; lo que no logró jamás fue controlar el miedo que le producía imaginar una cuchilla sobre la palma abierta de su mano

 




La herida abierta

en la tierra de labor no suelta sangre,

se ha practicado un surco desigual, se buscan

las patatas de indumentaria roja, las primeras,

traen el sueño en los ojos estas hijas de Perséfone,

creían en la promesa de una eternidad

aterciopelada de susurros, nunca imaginaron

este desventrado cementerio de huesos blandos,

por eso las entrañas humean la profanación, 

algo caliente para desalentar la muerte que progresa

con su pereza medieval entre cadáveres

con el sueño cambiado, ni siquiera

el requiescat sagrado se respeta.

miércoles, 18 de octubre de 2023

Siempre conservó su dignidad, acudía a la tarea con la ropa de labor reglamentaria; mucho debió sudar bajo aquel sol y aquella indumentaria, pero su mirada estaba fija en el montón de trigo que consiguió ventear en la jornada y que en la tarde, al declinar el sol, brillaba como un oro familiar en medio de la era

 




Algo dijo que no llegué a entender,

en sus labios bullía el escozor del braille,

una margarita deshojada en la periferia de un lenguaje

que siempre queda a un paso de la definición,

me puse la mano en el oído para hacer pantalla,

no fui capaz de acostumbrarme a su mudez, quería oír 

lo que sus ojos y sus labios deletreaban

sobre imaginarias teclas negras,

su mensaje pasó a mi lado, tal vez sonó mi nombre,

las mismas letras que empleó para decir no sé

o lo he olvidado,

las letras, esas eternas mercenarias.

martes, 17 de octubre de 2023

Quedó sobre la mesa el sobre blanco, no tenía escrita dirección ni nombre alguno, tan sólo unos dibujos en los ángulos que parecían pájaros de aliño, el signo iconográfico de otra edad en la que las aves se aceptaban como necesarias mensajeras entre este lado y el de más allá; ellas conocían el destinatario

 




Queda un dolor,

la huella dúctil en la cera de lo que tuvo vida

has presionado ahí,

se percibe una rápida respuesta, todo amontonado

en ese punto de la piel, el lunar salpicado que recuerda

un verano libre

y el ardor del desnudo junto al agua, 

éramos guerreros imprudentes que se despojaban de las armas

para sentir el riesgo en la epidermis,

ese es el dolor que vuelve ahora no como sensación

sino como memoria, 

bajas esa escalera como quien se acerca

con audacia a las olas, aún reconociendo

que no sabe nadar.

lunes, 16 de octubre de 2023

Por aquí se le llamaba raque, un habitante más de las laderas pindias del hayedo, se dejaba ver de lejos, cuando el vapor de las hojas en fermento desdibujaba los perfiles o el sol a contraluz desenfocaba la mirada; de pelaje gris, espaldas anchas como un vado y silencioso caminar a pesar de su insólito tamaño; en cualquier latitud suena su nombre como algo amenazante, aunque todas sus apariciones sean pacíficas

 




Era verdad, algo se movía

en la emboscada cumbre del invierno,

paisaje todo blanco, salvo el esfuerzo por sobrevivir

de algunas ramas y la impavidez de las escobas,

una huella como de exclusivo trébol

repujado en frío sobre cuero, dibujo semejante

al tibio olor a nieve que simula el sol cuando levanta,

iré a buscarlo,

llevaré lanza de avellano endurecida al fuego,

no buscaré su sangre, su presencia sería suficiente,

algo de calor en su mirada, unos granitos rojos

de acebo o de argumón para colgar en el zaguán

y el muérdago prohibido

para desalentar a cazadores

que siempre van armados de metal.


domingo, 15 de octubre de 2023

Se pellizcaba las mejillas con los dedos coloreados de pimentón, así armaba la aurora artificial en las madrugadas del invierno; el truco lo encontró en un libro que hablaba de san Lucas, que a su vez lo había traducido de los textos griegos con que ensayaba su retórica para convertir a los paganos

 




Es eso, sí,

eso que pasa y queda, 

la lentitud en el paisaje, las luces que se enredan

en las ramas desnudas de los árboles,

el escozor del tiempo ya sin voz, o las heladas

unificando el mal color de los días enfermos,

encender la chimenea, calentarse 

con el olor del humo,

se han reducido a cifras los intentos

de comprender, días y meses prosperando

desde el poder de la raíz, 

y ahora ahogándonos a todos con su elemental misterio,

no es la estación, ni la continuidad, ni las ausencias,

es algo histórico que vuelve pertinaz y deja entre nosotros

el desasosiego de lo eterno.

sábado, 14 de octubre de 2023

Le han dicho al aduanero que tome las huellas a las cabras del pastor que no respeta los alambres; las ordeñarán aquí, el queso es nuestro, dicen , las cabras de él, que el estiércol se lo quede, a cambio de un cabrito para festejar el día santo; él lejos de nosotros y el aire favorable para que el humo de la ofrenda llegue a dios

 




Esperando el frío de noviembre

me paro en la explanada, veo que las espinas

del zarzal escriben crónicas absurdas sobre la felicidad,

en la radio se habla de la guerra, por qué, su duración, 

el peso aproximado del escombro,

las banderas añaden a sus colores ancestrales

el color de la sangre, ¿más roja aquí o allá?,

desde la distancia

el sol convoca a los mercenarios de la nieve, 

nevará en el infierno y sobre las casas se alzará un humo negro

como una oración contaminada de rencor,

yo sigo en la explanada subjuntiva del verbo ser 

tan irregular y agujereado

que apenas logra conjugar el obituario

del futuro imperfecto.

viernes, 13 de octubre de 2023

"¡Infelices! ¿Qué dios es ese al que pretendéis atar, tras haberlo capturado, poderoso como es? Pues ni siquiera puede soportar su peso la nave bien construida. De seguro que éste, o bien es Zeus o Apolo el del arco de plata, o Posidón, puesto que no es semejante a los hombres mortales, sino a los dioses que poseen olímpicas moradas". Eso se oyó en el claustro, pero no llegó a la celda donde ya reinaba el ladrerío del carnaval mortificado por las abstinencias

 

  (Himno VII, A Dioniso. Himnos homéricos, Ed. Gredos)




Cómo ese ruido a cacerola de aluminio

y su fulgor sumiso al estropajo

pueden hacer que flote, que levite sin peso

la cotidiana euforia

y acabe convertida en arrebato místico,

café con marihuana, dicen, luces 

del neón primigenio entre los dedos trémulos del santo,

locuaz intermitencia en el abdomen en celo 

de una saturnal luciérnaga,

cómo rimar la incandescencia fría de la meditación

con ese fuego fatuo de la enfermedad

cuando coincide en la pared la imagen de algún dios menor

con el fray Juan de la cocina, su síndrome colgando

de un destello oscuro de la divinidad.

jueves, 12 de octubre de 2023

También en la madera de pino de la mesa había dibujado el hijo de la bienaventurada Leto las isobaras temporales con que se distingue al árbol elegido para convertirlo en inmortal, así la mesa es mesa sin dejar de ser árbol y se esforzará en perpetuar en el interior de las moradas la belicosa inercia de los dioses y su complicado corazón

 



Hay un momento con sabor

en la quietud de la mañana, huele a sol,

campea sobre las baldosas ese brillo otoñal

con que los árboles enfermos tratan de engañar al frío,

la luna vuelve de su prosequitur nocturno,

mira hacia el oeste y acelera su declive final

como si se acordara de repente de algún peligro oculto,

nada que desde arriba pueda pasar inadvertido,

la niebla, la tozudez del ábrego o las nubes

que van llenando lentamente el pastizal del cielo

trasformadas en vacas de algodón, 

dentro del perímetro acotado por las isobaras

con que se cierra el telediario. 

miércoles, 11 de octubre de 2023

Caído así podría parecer un súcubo de tetas grandes al que ha crecido una raíz donde debiera estar la cola, o si se mira desde abajo un íncubo flotante que puede usar sus atributos como trípode para que su peso no fatigue a quien con miedo le soporta; en cualquier caso es algo multiforme, adaptativo, capaz de someterse a una apariencia con tal de no mostrar su verdadero ser

 





He salido a recoger

manzanitas silvestres, haré un collar con ellas

y lo colgaré a la puerta

para festejar esta cuaresma pagana del otoño,

el corazón del bosque sueña amargo, usa

la pequeñez para asustarnos 

con el ácido cortante de esa abreviatura de manzana, 

nos mostrará el rencor de su tamaño, su imperfección elaborada

con maleficios que alteraron la meteorología,

como una maldición, como un remedo teatral

de aquel desaforado simbolismo de la manzana de Eva

del que sólo nos queda la oscura prohibición de comer algo

que nos pudiera abrir los ojos

a placeres futuros.


martes, 10 de octubre de 2023

Ni siquiera leyendo se borra el escozor, esas piernas inquietas, la puñalada blanda de los nervios desenfundados, deberían los dioses liberar a Prometeo y consultarle sobre los últimos avances del pathos despojado de piel; no dudaría ni un segundo, les sentaría en círculo y les obligaría a mantener quietas las piernas en medio del enjambre

 




Se ha reído el conserje

y ha señalado la escalera,

en el hall hace calor, se nota

el olor a productos de limpieza

sobre una sensación de suciedad,

sigue resonando el tren en tu cabeza

mientras el sueño flota sobre tu cansancio

como un buitre ahíto de carroña,

esa luz amarilla, la pantalla

de falso pergamino 

y el teléfono

de disco 

te hacen retroceder algunas décadas,


ojalá fuera posible alterar el destino

y verse libre de este mono naranja

que te identifica como prisionero,

aunque es hermosa la cicatriz

que ha dejado en tu piel

el espolón de la memoria.

lunes, 9 de octubre de 2023

y cuando vuelvo a casa con tierra en los zapatos ya no pregunto por el sol, lo llevo dentro, igual que el viento llega con el aroma del tomillo; los pájaros se quedan fuera, no se fían de esta construcción que trata de imitar a un nido en lo superficial, pero con tapa

 


Lo que más a mano tengo

es el amor por las palabras, a pesar de mi mudez

escribo, las empleo como bastón, me apoyo en ellas,

las cosas no, con ellas es distinto, 

las contemplo sin armazón, antes de sumergirlas

en le fluido que les dotará de nombre,

así desnudas muestran su ambición:

sobreponerse a la tachadura, nadie se atreverá a poner en duda

su derecho a bautismo, serán la diana y el dardo,

el idioma las mirará con devoción, les echará su aliento,

siempre será mejor la cosa que su nombre, 

pero al nombrarlas las dotamos de relieve individual,

ese que hace que la luz se acerque a ellas

en visita privada.

domingo, 8 de octubre de 2023

De repente sintió necesidad de investigar el lado cómico del cielo; empezó revisando hemeroteca, buscó noticias en agencia y hasta llegó a adentrarse en internet y en redes; nada, ni un atisbo de ironía o juego de palabras que alcanzara el octavo círculo donde se suponía que estaría el cielo; envió uno de sus mejores reporteros pero no regresó ni mandó crónica alguna; al final decidió ir él mismo y cuando estaba en marcha no fue capaz de recordar ni a dónde iba ni mucho menos el motivo de aquel viaje

 




El tiempo se ha dormido

o acaso sea el sueño breve del otoño,

a la puerta llega ese olor a manzanas tan promiscuo

que con todo mezcla bien,

lucen los chopos su vejez temblona, 

teatral y amarilla para su dolor,

se crecen los arroyos no con la lluvia

sino con el rocío y se hacen peregrinos de un cansancio

que nunca llegará al campo de estrellas,

se quedarán aquí, desnudos, penitentes,

señalando la herida donde el agua sueña con el mar,

aún a sabiendas del peaje de hielo

que ha de pagarle a la invernada.


sábado, 7 de octubre de 2023

Ahora, cuando pienso en aquel desasosiego, percibo como físicas las emociones, una inflamación, o como materiales las ideas que a diario teníamos que manejar en clase, la raíz subterránea del latín, el agobio de la religión como un tubérculo que no dejaba de crecer, o los pecados como cantos rodados en el fondo de un río trasparente al que a pesar de todo siempre querías regresar para bañarte

 




Llega antes la noche,

se apresura el descanso -o el dolor-, parece

que todo quiere de pronto y a la vez asomarse al abismo,

qué atracción nos hace perder la compostura 

a esta hora tardía cuando predomina la quietud,

abajo hay un silencio borboteante, hierve

la luz caída, todo el día echado por el sumidero,

-a esta hora los árboles aumentan de tamaño-,

miras cómo anochece, te pones de rodillas,

algo semisagrado cuelga ahí, los harapos del día, 

la sensación de acomodarse para morir a gusto

y esperar que la vida

quiera regresar por la mañana.

viernes, 6 de octubre de 2023

De allí viene un olor a religión, el sudor de un pastor o un aprendiz de sacristán; también llega la luz de una linterna perforando un silencio sólo interrumpido por ruidos mecánicos, ni una voz, ni toses ni el jadeo de las prisas que se supone tienen los merodeadores por rodear la orilla y rescatar para la causa el grupo de almas vírgenes

 




Era un racimo de ojos brillando en la penumbra

y unas tijeras los iban separando,

qué verán ahora fuera ya del vaivén del oleaje,

qué recuerdos seguirán mareando su horizonte,

entre la niebla sigue sonando alguna voz

con el acento familiar del otro lado,

no entienden nada, ni siquiera 

las siglas en inglés de algún megáfono 

con sonido oxidado o el silencioso amor de las brigadas

de chaleco rojo que les conducen hacia tierra firme,

una manta de oro para el frío 

y el brillo de marfil de una sonrisa, 

eso es todo por hoy,

lejos, muy lejos queda la promesa de regresar cargado

con el lastre amarillo del imperio.

jueves, 5 de octubre de 2023

Fue él, se le vio con el hacha, silbando alegremente para disimular, llevaba en la oreja un diminuto lapicero con el que pretendía copiar en vivo todo el resto del mundo, lo que por capricho se salvara de la furia vengativa de su hacha; fue él, seguro, aunque ninguno se atreverá a testificar; se publicará la crónica y ni siquiera aparecerá como imputado

 




Ando por ahí,

desentierro raíz, cualquiera que me vea

pensará que cojo setas, sin rigor, de forma atolondrada,

ellas se hacen ver como palabras acabadas de nacer,

huelen a deidad que no se lava, podría ser por eso

que algunas son mortales y acarrean la muerte,

yo miro al sol, me ofusco, ya no confío

en hallar palabras altas, adivinadas, de esas

que sirven para urdir textos sagrados,

cuando llueve suele ser en forma de pedrisco,

su sonido bendice la inevitable destrucción,

hablamos de roturas, de agujeros, de defoliación del árbol

secretamente original que nos quedaba

del olvidado paraíso.


miércoles, 4 de octubre de 2023

No quiso Homero completar el círculo de sus misterios o acaso le faltaron fuerzas para redondear sin el aporte de los ojos tanta humanidad momificada entre las vendas perfumadas de la mitología; su mirada interior se volvió negra con los años y ya no alcanzó a diferenciar lo malo de lo oscuro, lo sanguinario de lo crepuscular y se dejó llevar por la pereza

 





En mi paseo por el monte

encontré un pañuelo prendido como flor en un espino albar,

quien lo perdió sin duda lo estará llorando, 

en él está estampado el cosmos,

un naif remoto cargado de color azul

dibuja un escenario donde los astros se eternizan

contemplando el tiempo perezoso,

el sol con la sonrisa helada por la perplejidad,

la luna y los planetas protagonizando una comedia bufa,

son malos actores que se miran demasiado a si mismos,

en la periferia de los ángulos 

dos o tres galaxias metamorfoseadas como canes,

osos o carneros de muy dudosa identidad 

maltratan las entrañas de la mitología,

mirándolo me siento bien, 

vuelvo a tener a mano el mundo asilvestrado

y lo conservo en un rincón a salvo de miradas indiscretas.

martes, 3 de octubre de 2023

Solía decir que a él la jubilación le había hecho el efecto de un suculento guiso de lentejas, la conjunción nutricia del hierro y el arroz, la presencia de algo contundente como el tocino y el chorizo, el toque de picante y, sobre todo, la sensación de regresar a un territorio conocido que nunca se llegó a sentir como propicio y ahora es el rincón definitivo de los sueños

 




Cualquier ciudad nos serviría,

en eso todas las ciudades son iguales,

sus murallas hablan de violencia exterior,

nunca dentro arde la guerra, los otoños

trascurren en los árboles frondosos con suavidad,

no hay sangre en los manzanos, la reineta es verde,

también lo es la esperanza, dicen,

yo no lo creo, miro la inclinación de los periódicos,

el tono amarillento de la radio, el vaivén de las hojas

que vomita la fotocopiadora, todo igual, sembrado

de abrojo coloquial, de arpones virulentos,

mantengo en duda la esperanza, a lo sumo acepto

una adiestrada sumisión a la sintaxis bárbara

de conversadores que se dan la espalda.

lunes, 2 de octubre de 2023

De aquel año sin sol quedó en el aire esta sensación de duelo; el trozo de carbón se nos hizo hielo entre los dedos y tanto se acostumbraron al dolor que ya nada con gracia lograban dibujar sobre la piedra; fue el final de la atapa de color y el comienzo de las sentadas espontáneas para buscar sentido a la mudez del clan que ya ni el soliloquio practicaba

 




Lo más que visto, imaginado, 

lo concebido en exterior, siempre alejado de lo fácil,

así el papel de copia deja el alma

en el ámbar de abajo, de ese apretado amor

nacen los hilos que mantienen en el aire a la mariposa,

no es eros quien atiende el aleteo de la llama,

tampoco es emoción convertida en sintaxis,

es algo tan sinóptico y duro como el sílex,

milenios de magma burbujeante reducido a frío

y algo

de precipitado erótico debido

a la presión que ejerce lo de arriba

sobre lo que está debajo.