(") Olvido García Valdés
dibujamos el mapa y lo ponemos sobre el horizonte,
nunca casa, o sobra o falta como cuando estrenas ropa,
al norte se amontonan las estrellas igual que las ovejas del rebaño,
el Gran Can las vigila, Betelgeuse, la cintura finísima de Orión, la raya
en la melena roja de Berenice, cuantas cosas ves que ya no existen
o no como te contaron, todas enamoradas del oeste
por espíritu de contradicción, no hay madre que tolere tanto,
que bendiga sin más esa querencia por lo involutivo, sabes
a lo que me refiero, no me ladres, que después querrás volver
a comer de mi mano,
lo más extraño es este difícil equilibrio de lo natural
entre teorías contrapuestas, siempre la filosofía decorando
con artificios la simpleza, nunca hablemos de dios como si fuera
un simple albañil que luego el mundo entero se nos viene abajo
y no habrá nadie a quien echar la culpa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario