domingo, 31 de diciembre de 2017

En todo principio hay un final

Hay un silencio convencido
abriendo paso a los espacios
cargados de palabras, el él hierve
la singular entonación de cada
sonido venidero, como si pidiera
la vez para que todos puedan
oír sin adherencias su metal,

no es corazón, no es tembloroso
parlamento, no es confluencia
entre vibración e imagen, podría ser
una secundaria creación, el verbo
anterior a sintaxis, sin memoria 
ni moldes y con intenciones
aún sin declarar, 

y tras esa tramoya hay una  puerta
cuidadosamente clausurada y todas
las miradas atentas al proscenio
donde vela sus armas el telón.

sábado, 30 de diciembre de 2017

30, Últimas miradas

Es posible que la diferencia
la ponga el arriesgado
sentido del humor de cualquier ruina
al marcar el inicio de una era
de ilustrada barbarie.

Aquí se acaba todo y todo
lo que sirvió de firme al pensamiento
comprometido con la coherencia
entre sueño y destino se dedica ahora
a mantener en pie las piedras
suficientes para que una risa
silenciosa y sardónica
nos siga recorriendo el interior,
hojas de acanto por si acaso y una escoba
atando cabos por aquí y allá,
que si vergüenza o miedo,
que si insensata mansedumbre.

Y luego seguiremos mirando ese lugar
alzado como un dedo
hacia el espejo de las nubes, nada
alrededor, ni dioses
ni recompensas culturales, las ágoras
imaginando siempre lo peor por la tumbada
condición de la memoria,

y, a pesar de cruzadas analectas,
se acabará imponiendo 
la huella horizontal de las columnas
como si siempre hubiera sido así,
como si todo
hubiese ya nacido derribado.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Simple orfebre

A veces no consigo
acomodarme al breve sueño
de las palabras batidoras,
las sílabas no suenan al compás
de su afanosa fiebre, arrastran
ese trotecillo adolescente
de la salida del colegio, demasiada
mochila a sus espaldas, debes
revisar esa sintaxis
con las arterias algo duras
para el balanceo de los aires
inconstantes de la primavera.

Ya sabes que la forma
puede ser un buen tañido
para el metal despierto con que tratas
de hacer sonar cada palabra.

Nadie -puedes estar seguro-
te reconocerá por ese tono
frotado intersilábico, aunque consigas
que el artefacto brille
con resplandor de baratija.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Tras la batalla

Ya no es protagonista
el sol sino el diluvio
de la luz que se ahoga, las miradas
hablan sólo del tiempo en esta
hora nupcial de la contienda,

cualquier mensaje puede
matar al mensajero y hacerse
coronar como si él fuera
toda la historia y no un lacayo
de la contextualidad subido
en la muralla, 
                           ahora 
lo urgente es comprobar
lo que ha quedado en pie
tras la batalla, con los días
en fuga, tan cobardes, renunciando
a las horas finales donde todo
podría ser victoria.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Falsa perspectiva

Imagina
un simulacro de carencia:
ciudades sólo reflejadas, casas
pintadas en un plano
de falsa perspectiva, gente
mirando con recelo la amenaza
del frío, de la lluvia, todos
con hambre, con los ojos 
abiertamente amenazados
por la oscuridad, por el miedo
o por la incertidumbre.

Cuando miramos esas casas
inhabitables para gentes
inhabilitadas, algún teórico
del bienestar acaso se pregunte
por la utilidad de tanto esfuerzo
de simulación, siendo el miedo
y el hambre tan reales, con un largo
excedente de muerte sin herida,
sin definición en bruto ni guirnalda
abriendo paso a funeral, tan limpio
todo, tan seguro todo, tan
acompasado a los acordes de una
descongelada y correctíisima
repostería musical que no alimenta.


martes, 26 de diciembre de 2017

Dale sombra



                                                                            "Y da a tu decir sentido:
                                                                             dale sombra"  (Paul Celan)

Aquí no queda ya
nada más que sombra, ¿cómo
esperas que la luz
llegue a tus ojos por el mismo
cauce acostumbrado?

aunque oscuramente intuyes
que la sombra es tan sólo
una luz más difícil
que la que todos ven o una manera
hermética del sonido
con el que todos sueñan, ese
lenguaje diferente, esa
desmemoria común, las formas
cúbicas salvando
la identidad secreta de las cosas, una
silueta contra el muro dando
noticia de un sentido
para todos oculto, sombra
percibida por todos como necesaria
para llegar a ver, aunque seamos
conscientes de nuestra ceguera.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Contra parábola

Y ese tranquilo Job del cuadro
¿qué va a ser de él, ahora
que dios le ha sometido
a infortunio y balance?

                                       todos
sus bienes, sus enfermos
sueños, su mal humor dominical,
sus educados animales y también
sus lepra vesperal descomponiendo
el olor alquilado de perfumes caros
traídos desde la gentilidad,
o todo su oro transformado
en mirra previsora para
momificar las partes blandas
si es que alguna resiste a la dureza
de un amor tan aciago.

Cómo remar contra parábola
ante estos cambios de opinión.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Estacas sonoras

Hablando, hablando
el pensamiento marca pasos
con estacas sonoras.

                                  Luego
un hemistiquio sensorial, 
laguna o pausa
entre dos afirmaciones,

y ya tienes 
enhebrada la aguja para
coser el roto del silencio.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Esa locura

Mira esa locura
descifrada en directo por palabras
tan cuerdas que podrían
figurar como cómplices enfermas,
aunque, por supuesto,
inmunes al contagio
de la enloquecida realidad.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Dudan si fue real

Qué alto ese lugar, dormir en esa
colmena vertical, encima
de la cal viva del muro, ahora
que todo es sueño, que las cosas
se quedaron atrás como las manos
en el andén de la estación, pañuelos
enjugando rocíos o diciendo
adiós al humo y al rumor
de un tren antiguo que ya no puede
detenerse a recargar sus horas 
en el gran reloj occidental.

La paz quedó a la puerta, vigilando
para que la nada no consiga
entrar en esta casa.

Yo sueño,

"he desplegado
mi orfandad sobre la mesa,
como un mapa", pero los mil lugares
cuidadosamente señalados
como esforzada ruta dudan
si fue real esta presencia.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Que todo cuadre

Te hablo a ti, eres
el miedo que anda suelto
igual que un perro familiar, atado
únicamente a sus recuerdos,

tienes los ojos tristes
o es que miras
a través del celaje de la niebla,

un momento y enseguida
estaré contigo en ese lago
de la memoria, todo
lo volveremos a inventar, daremos
vueltas y más vueltas al asunto
hasta que todo cuadre.

Luego podremos
seguir en paz nuestro camino.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Incienso laico


Acaso fue un tabaco
fumado en clandestinidad,
o un magro cuerpo
sometido a devoción y llama 
no del todo ortodoxa el que brillara
en hoguera de extrema inquisición
acusado de un rubio exagerado.

Algunos
llamarían a eso sanbenito, 
-aunque nada
de santo se oficiara en el ritual-.

Mejor llamarlo vicio entre algodones
o constante viciosa, para que los jueces
no sientan tan en vivo
la morbosa atracción de los aromas
a carne chamuscada y desestimen
como agravante consentido
el vegetal embuste administrado
a una feligresía ya muy harta
de santo azufre y fumarolas
de fervorosa prédica.

martes, 19 de diciembre de 2017

Igual que Sísifo

Ciego a sentido, ciego
a la confianza luminosa
de todo lo que da calor bajo epidermis,
debajo de abrumados memoriales
de esclavitud, cautivo
de repetición,
igual que Sísifo dándole al tormento
de su indómita piedra, dime
cómo quieres morir y yo te ayudo
a subir esa pesada cuesta,

dime
si lo haces de manera
mecánica o te dejas
la piel en ello, si descansas
mirando la pendiente antes
de que la piedra se desboque,

y, por último, dime
si todo te da igual o si maldices
a los dioses que ríen a tu espalda.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Que lobo coma a lobo

Lavar ese dolor, que lobo
coma a lobo, recordando
la inocencia de lanas almizcladas,
la sangre conservada 
en un tintero transparente
será vertida luego en el papel 
para dar cauce
a las versiones más dispares.

La historia siempre suele
regresar a ese lugar
oscuro del comienzo, como
arañazo escrito, 
un surco que hablará más tarde
de antepasados y creencias
sin que pueda llamárselo cosecha.

Aunque todo eso apenas sirva
para aplacar las bárbaras heridas
de nuestra fiera condición. 

domingo, 17 de diciembre de 2017

Helios

Mira ese sol que juega
a ser dios, aprovechándose
de todo el alumbrado táctico
de las civilizaciones, para 
subirse al carro de la ubicuidad. 

De qué manera
podrá atender su cometido
esencial de animador
de nuestras sangres ateridas
sin disimular apenas
esas costumbres golfas
de la nocturnidad

                               y cómo
repartirá la luz y la justicia
en un mundo de ciegas teologías
que sólo dan valor al sacrificio.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Mirón

Esa zarza, temblando
de puro regocijo, pone
en mí su mano, se me enhebra
a la piel como si fuera
el futuro vestido, casi toda
la gracia del desnudo derramada
de golpe, puesta
sin tapujos delante de los ojos
en forma de roja lágrima,
llorando como
tributo del pudor o acaso
como remilgo simulado
de una selvática inocencia.

Se ha inaugurado
la hipnótica tarea del mirón, los ojos
disimulando su furor tras el embuste
de unas ramas ajenas al embrujo
de algo muy real pero sin nombre.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Austral

Una flor robada
en un país lejano, todo
su color se manifiesta
en una escala fría, ni oro,
ni fuego o sangre, nada
de pasión o perfume, apenas
el terciopelo de un amor
prisionero entre cristales. 

                                            Esa
arrebatada flor de un cielo
austral, cautiva
de un tiempo forastero llora
sin traducción posible
su desaliento y nadie
podrá saber en qué reíces
se amamantan sus sueños.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Llegar tan lejos

Contra la vejez del orden
son de admirar
esos eternos transgresores. Ciegos
a códigos y normas y a visados
de tampón funcionario, pasan
de un país a otro país, de feudo
mortal a inhóspita frontera
con pernoctación estacionaria,
sin tasas ni aranceles. Así viven
su acracia geográfica y perforan
como polillas del desorden todas
las celulosas notariales, toda
defensa de muralla o foso. Ellos
desconocen su origen, creen
en el viento y usan la distancia
como imán migratorio
y nunca emplean
ni siquiera una jerga sometida
a la ortodoxia de un idioma, trinan
su redundante algarabía y sólo
sus ojos tienen un alcance
universal y permanente.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

El borde oscuro

Ya no es preciso rebordear de luto
las cartas ni los pésames
con los que apagamos la vigencia 
de una pasión que armó la vida:
lo siento, te acompaño...
sólo hasta la luz de fuera, donde todo
se olvida fácilmente, tan cansados
de soportar recuerdos tristes.

Y así es mejor, porque la calle 
te espera con sus ruidos, sus rubores
de mercromina y plata espolvoreada
para disimular las cicatrices.

Hay un músico,
-probablemente ciego- que acaricia
con manos torpes toda el asma
de que es capaz un saxo, melodías
con los bordes oscuros, 
proclives sin embargo a acelerarte
el pulso y convocar las lágrimas.

Pero no te detengas
a escuchar su anacrónica salmodia
y arroja una moneda
con instinto de piedra sobre el agua
de su fingido lago, plañidero
de muertes alquiladas
a cambio de unos euros.

martes, 12 de diciembre de 2017

Puro teatro

¿Quién descubrirá que todo es puro
teatro, fingida complacencia
cuando se alza la palabra y dice:
todo va bien y alarga
como una día nublado la esperanza?

Y ¿quién descubrirá que hay algo
que, a pesar de la ropa, está desnudo,
con ansia de nacer, de no morirse
de ese endémico mal, izar la vela
buscando playas nuevas
preferible sin huellas, otro mundo
de semejante luz e iguales sombras?

Inútil ya la farsa sin apunte
que alivie de vacíos la memoria,
el patio de butacas boquiabierto
ante el guión apócrifo, las luces
señalando tan torpe maquillaje
como si Hamlet fuera el pobre Yorik
hablándele a una absurda calabaza.

lunes, 11 de diciembre de 2017

A punto de

Igual que en el refrán, el sabio
silogismo de lógica aplicada
al palco de las sombras:

hoy casi, a punto de, seguro
de haber sobrepasado ya la víspera,
como reo en capilla,
como labio
que esculpe el gesto de los besos
a un milímetro justo de otro labio,
caramelo de un ansia, casi todo
bajo control, sin miedo
a imprevistos finales...

Pero vuelve
a sonar el refrán, el geniecillo
burlón de la no suerte y se desinfla
tu globo en pedorreta.

Y te ríes
de tu necio saber,
exactamente igual que en anteriores veces.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Alfombras

¿No te das cuenta 
de que tus pies heridos ya no pisan
los cristales molidos del recuerdo?

Permanece el dolor y las pisadas
siguen buscando alfombras. No se fían
ni de las playas vírgenes, en ellas
recalan todos los naufragios.

Písame. Todavía
sigo en forma de arena y al desierto
nunca llegaron náufragos.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Semíramis

Semíramis estaba coloreando
sus párpados de azul. Finas partículas
de un frío lapislázuli subían
por sus venas azules hasta el arco
que consagraba el reino de sus ojos.

Escuché a algún guerrero
cansado de campañas sin heridas
decir que ni los fríos
del desierto nocturno, ni las brasas
crecidas en las márgenes del Tigris
causaban tanta muerte como aquella
oscuridad de fuego congelado,
un acero continuamente alerta
a los signos de vida que se pliegan
sin quejas al destino.

Ese fuego barría
a modo de revista aquella tropa
de hoplitas conjurados
en el amor suicida, hasta que uno,
víctima venturosa, era elegido
para librar un desigual combate
con el magma de un gélido volcán,
(que mi cuerpo sea pasto de los perros
si alcanzo a vislumbrar la luz esquiva
de tu estrella lejana).

Ahora Semíramis,
olvidado el azul, sólo perfila
con una línea asiria su amenaza,
el frío amanecer con que los ojos
te ignoran o señalan.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Del tiempo

Ya sé, mirar atrás es como darse
de bruces con un monstruo envejecido.

No es que el tiempo envejezca, sólo tiñe
de decrepitud nuestra mirada
para hacerse invisible y asestarnos
la definitiva puñalada. 


jueves, 7 de diciembre de 2017

Un aire creador

Te sorprendes pensado en esas luces
que suben al desván y te descubren
entre polvo y olvido que las cosas,
sin existir, existen. Sólo esperan
que alguien las haga suyas con un nombre
sencillo y familiar, bajo el auspicio
favorable de luces arriesgadas.

Todos creemos ver lo que se adorna
de vaga claridad, pero captamos
el bulto iluminado sin la gracia
lustral que lo rescata de las sombras
como algo irrepetible.

Si la mirada cumple la distancia
de respeto y acierta con el tiempo
cabal de adaptación, te dará un poco
de arcilla inanimada a la que puedes
dar forma individual aproximándote
a su respiración. Pues quien comparte
el aire creador de la materia
comparte los secretos de la vida.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Tendal de ropa

Alzo ahora ese tendal de ropa
translúcida de edad y de lejía,
la paz del lino, su marfil rozado
por el tiempo que imita las caricias.

Sólo desnuda, sin la ropa
informal del presagio, te distingo
individual estrella, aunque todas 
las agrupaciones estelares 
se vistan de una luz muy semejante.

Damos un nombre y todo
nos reclama miradas diferentes.

Pero ahora
que la ropa alcanzó la transparencia
del tiempo destilado, sin los símbolos
que nos hurtan el alma, te contemplo
y casi la mirada te da nombre.

martes, 5 de diciembre de 2017

Dudoso combustible

Como quien hace leña
del árbol derribado para darle
el honor de la hoguera ya apagada.

Como si fuera luz esa madera
todavía apilada
en espera del frío 
de noches despobladas.

Como un tablón de náufrago
incendiado
de fluorescencias fatuas.

Como una piel ardiendo
de fiebre necesaria
haciendo navegable el oleaje
de edredones tejidos en escarcha.

Como tú y yo, vecinos
de extrarradio y mirada,
asiduos a la cola
de farmacias de guardia:
si me das tu veneno
yo te regalo el alma.


lunes, 4 de diciembre de 2017

Manual de instrucciones

Pudiera ser que sólo fuera
un manual de instrucciones, un remedio
contra la enfermedad de los espejos.

La balanza no sabe en qué consiste
el perfecto equilibrio y necesita
sopesar la acusada diferencia
entre lo que solemos llamar vicio
-cegados por un resto perezoso
de egoísmo simplista- y acabamos
usando como fórmula virtuosa.

Son palabras del aire, refraneros
subidos al columpio de internet
por voces virginales que pronuncian
con el mismo decoro una blasfemia
que un himno antifonal del gregoriano.

Lo poco que sabemos de la vida
lo resume el prospecto que nos habla
de efectos secundarios y de nubes 
incapaces de lluvia, pero nunca
define con rigor el lado enfermo
al que debe curar la medicina.

Sabio el espejo -astuto más que sabio-
al doblar realidades contrapuestas
nacidas de una sola realidad.

Dulce o amargo, transparente o ciego
el mal vive en nosotros como un hongo
cultivado al calor de la esperanza
que suele confundirse con la vida.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Ítaca al fondo

Cuando tu viaje tenga
más paisaje y distancia que los días
que tu le calculabas, no te pares,
redobla las jornadas y reposa
mientras todo camina en la mirada.

Ítaca espera siempre, aunque la borren
las brumas del recuerdo.


sábado, 2 de diciembre de 2017

Pieza única

También la pieza única padece
el frío de la soledad. Creemos
que la gloria redime y envidiamos
la residencia en urna de los hijos
bastardos de los dioses.

Pero esa vida disecada
entre fulgor y reverencia se conforma
con ser objeto de mirada, renunciando
al calor cotidiano del contacto.  

Acaso no morir sea la forma 
que más deshumaniza los deseos
de vida perdurable, porque el barro
del que nos diseñaron necesita
el aliento gregario de una especie
marcada por el miedo al infinito.

viernes, 1 de diciembre de 2017

La inmortalidad de la memoria

Lo peor no es morirse, lo que debe
levantarnos en armas contra el tiempo
es la inmortalidad de la memoria.

Ese rubí plomizo que alardea
desde la oscuridad de seguir siendo
la sangre de la historia, debería
licuarse y ofrecernos la luz roja
con que las emociones se revelan
y vuelven a vivir sobre el papel.

La realidad se afila y sus perfiles
de sucinto esqueleto apenas logran
rellenar los espacios donde vida,
memoria y esperanza se conjugan
en un tiempo verbal aproximado.

Acaso esa presbicia madurada
en el continuo ojeo nos empuje
a vallar entre campos de cultivo
una vereda antigua, renunciando
a dar protagonismo a las espigas.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Impaciencia

Nos ve pasar el tiempo.
Él simplemente aguarda
desde su inmortal aburrimiento
a la traca final donde las horas
serán el trigo molturado
en los molinos del nuestra impaciencia.

Ácimo pan el nuestro, desprovisto
de la levadura necesaria
para enmascarar la pequeñez.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Reiciendum est

Ser uno más, pero que nunca
se funda tu perfil con el del aire.

Que al pasar no provoques la mirada
consciente de otros ojos, sólo el cálido
y apacible reflujo de tu estela.

Dedicarse
a saberlo todo de uno mismo.
Saber de los demás no te hará sabio
pues la sabiduría  y la ignorancia
son una misma cosa reflejada
en la irrealidad de los espejos,
un sofisma
que pone del revés lo que fue escrito
para que se leyera de derecho.

Y siempre conceder a las preguntas
el beneficio de la duda, aunque te lleguen
certificadas las respuestas.




martes, 28 de noviembre de 2017

Tres y coda

Acallaron mi voz
pero yo usé el silencio como arma
y mis enemigos lo escucharon.

Encerraron mi espíritu
entre mandamientos,
pero yo obedecí sólo al instinto.

Saquearon mi despensa pero el hambre
me enseñó a administrar una intendencia
capaz de sacar todo de la nada.

(La risa va por barrios,
oigo a lo lejos. ¿Quién será ese
sabio de salón?)




lunes, 27 de noviembre de 2017

Ficino dixit

Porque nada envejece
más lentamente que la forma
y nada más deprisa que la gracia.

Recuerdo aquella noche rescatada, 
como en un arrecife,
en la barra de un bar abarrotado
de humo y soledad. Sonaba el piano
con aire de tormenta apaciguada, 
olas tibias, salobres, como lágrimas
que vienen y se van. A mi lado
el singular Ficino, con su barba
de mercader fenicio, disertaba
sobre la obscenidad del tiempo, 
los agravios de la decrepitud en la figura,
mientras acunaba entre sus manos
un bourbon veintiún años,
esa vejez dorada y entrañable
que nos ayuda a soportar la nuestra.

De pronto una muchacha
-él la llamó figura-
fondeó junto a nosotros
su espectacular yate de lujo.
Un güisqui, pronunció, como quien hace
mención al combustible necesario
para una travesía, mientras algo
incoloro y fugaz reblandecía
el cuarzo de sus ojos.

¿Qué tienes que objetar, siguió Ficino
mirando hacia el espejo, toda gracia
se pierde o desperdicia como el agua
que llueve sobre el mar. No debería
seguir lloviendo sobre el mar.



domingo, 26 de noviembre de 2017

Diagnóstico

Por la senda del trigo,
entre la hierba marginal que imita
un humilde oleaje,
oro verde y espuma de amapolas,
alguien a quien conoces
sólo como figura, no su nombre
ni su origen secreto
camina lentamente.
Parece disfrutar con el paisaje,
se conmueve
con un verso de Hesíodo.
Sostiene entre los labios una brizna
de finísima hierba. Parece satisfecho
del rumbo de la vida, esa vida
que desarrolla un orden y bendice
a los hombres de buena voluntad.
Su edad no sobrepasa
la mitad de la media establecida
por la fría estadística, ese dato
que no puede fallar a grandes rasgos.

Pero el rasgo es pequeño, su figura
-esa que ya conoces, no su nombre-
es un grano de trigo en la distancia.

Si estuvieras más cerca notarías
que aproxima a los ojos un pañuelo
de papel reciclado, un simple clinex
en busca de una lágrima
(notad el despilfarro: una lágrima
para un solo pañuelo o un pañuelo
para una sola lágrima).
¿Es débil de carácter, le traiciona
su antigua militancia ecologista
ante el pavor del campo masacrado?

Si estuvieras más próximo podrías
saber su identidad, origen griego
a juzgar por su esdrújulo apellido,
que pronuncia despacio, separando
las sílabas: metástasis, metástasis
y veinte veces más.

Acaba de morir y aún sigue vivo.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Regreso del vencido

Porque tan difícil como irse
es regresar, tender el viaje
de vuelta, ya vencido, como un puente
entre la realidad y el sueño.

Se deshace la vida al desplegarse
el mapa cardinal de tus andanzas,
lo que diste sin deuda, lo adquirido
en compraventa o canje,
lo que vence sin prenda, los avales
saqueados por el tiempo, todo eso
arruina tu despensa y compareces
ante tu propio amor tan indigente
como empezaste el recorrido.

 Y así yo vuelvo, de la mano
de un fantasma que a veces se ilumuna
y otras arma su noche. Me demuestra
la inutilidad de los deseos
y de las promesas, donde todos
empeñamos nuestras mejores galas
para acabar desnudos a las puertas
del invierno que llega.

viernes, 24 de noviembre de 2017

y recuerda


Recuérdame y recuerda
que no podrás huir sin el permiso
de esta pasión, ni hacerte
perdonar por la vida en la que ocupas
un continuo alquiler en mi memoria,
(los recibos pendientes, las miradas
que firmaron aval apercibidas
entre números rojos).

Por eso, al encontrarme
tan desahuciado y sin el pago
de mi espacio vital,
sé que intentaré desdibujarte,
desalojar tu imagen adherida
a todas mis paredes interiores,
alzar tu ausencia y, de su molde frío,
sacar mil copias para que los siglos
no se burlen de tanta soledad.


jueves, 23 de noviembre de 2017

Miradas

¿Quién dijo que mirar es solamente
una respuesta química del aire
al emulsionarse con la luz?

La mirada es un signo impertinente
de interrogación, algo que tiñe
de duda nuestros ojos. Conocemos
el resplandor falaz de la evidencia
y aceptamos lo oculto como un débito
a nuestra pereza inquisidora.

La realidad no se desnuda
sin percibir el íntimo peaje
de la prostitución, como si fuera
un contrato por horas que nos abre
la orgía de las formas.

Se paga por mirar. Pero hay monedas
de un oro sensorial que te permiten,
además de mirar, ver, solazarte
con la carne sensual de los objetos,
penetrar en el sexo embrutecido
de la materia y transformarla
en esa compañera inseparable
de tus sueños nocturnos.


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Extraño amor

No hay cerca o lejos,
sólo distancia, la que mide
de norte a sur el horizonte
donde la luz se expande.

En ella yo navego.

¿Qué extraño amor me indujo
a transformar mi casa en barca?

martes, 21 de noviembre de 2017

Hacia un difícil paraíso

Salvada la inquietud, y  la memoria
en su papel tranquilo de ajustarse
a lo real ya reposado y puesto
a secar en las cuerdas musicales
de un tiempo sin sonidos, comenzamos
a vernos como somos.

Estas noticia turbias que prosperan
como en un mal jardín en los periódicos
al abrir la jornada, no debieran
descompensar tu ritmo tapizado
de pereza y penumbra.

El día sigue siendo una pradera
que es preciso pisar, aunque al pisarla,
humilles la armonía de la hierba
y te sientas culpable. Cada brinco
vital del corazón se debe al sordo
trabajo de un sincrético organismo
que no busca fulgor sino eficacia.

Y eficaz es la vida, aunque no siempre
consiga superar la maniquea
confrontación en que la muerte
es la muralla a derribar. Esa muralla
se derrumba tan sólo cuando nadie
la acosa o la defiende, cuando cambia
su perfil de frontera por un simple
peaje hacia un difícil paraíso.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Esas criaturas

Los ángeles a veces nos visitan.
Dejan caer sus alas como la hoja
dorada del otoño y se deciden
por gimnasias pedestres que les hacen
parecerse a nosotros.

                                 ¿Cómo afrontan
la oscura heterodoxia de la duda
sobre su identidad cuando abandonan
sin permiso ese limbo empalagoso
de las criaturas puras e inmanentes?

¿Mirarán de soslayo su entrepierna,
-su ataraxia sexual, la zarza ardiente
sin llama y sin pasión- acomodándose
en el sector no saben/no contestan?

Y ¿quién tiene la culpa
de esa bondad estéril, si nosotros
-ángeles de fiera condición- no damos
sentido ni ocasión a su aventura
de guardas forestales en un mundo
de embrutecida zoología?

¿Quizá su fe se nuble y la palabra
señor no vuelva a pronunciarse
o se pronuncie como un desafío
al temblor de la fiebre sin vacuna?

¿Se añadirán un día
a nuestro caminar sobre la tabla
podrida de este puente que separa
los labios del abismo o los veremos
echando un pulso a dios como se cuenta
de otro ángel de notables atributos?

domingo, 19 de noviembre de 2017

Regresar?

No es el tiempo
quien te hace regresar
sino la angustia
de no saber si aún sigue
estando en pie la casa.

Después de tantos años
de vagabundeo,
después de haber vaciado tus alforjas
y haber entretenido el desarraigo
emulando a los pájaros,
se te nubla el instinto
de la migración y te dedicas
a mendigar cobijo cada noche
a la primera estrella.

Así es mejor. Sigue tendiendo
tu estera en la distancia.
Y evita regresar.
Tal vez la casa
ya se haya acostumbrado
a un mejor inquilino.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Erosión en marcha

...  Y así dioses y diablos, imitando
el vaivén de las olas, nos inducen
al feroz espejismo de la fe
que inundará de sal nuestras heridas.

Nos dejan entrever cielo o infierno
a través de los ojos mercenarios
de alguna cerradura,
nos dan alas de seda, ese artilugio
tan angelical como diabólico
capaz de hacer creerse mariposa
a quien sigue en estado de crisálida,
y con ese disfraz nos atevemos
a afrontar la ordalía de la llama.

Cualquier mitología se reduce
al magma primordial, donde la nada,
al enfriarse, adopta alguna forma
erosionada de divinidad.



viernes, 17 de noviembre de 2017

Arqueología del dolor

Encontré en esta tierra
tan lacónica y fiera un escalpelo
de sílex minucioso teñido por la sangre
de viejos sacrificios.

Esa lengua de piedra que lamiera
el ocre de la vida muestra ahora
desde su herrumbre fósil la eficacia
inversa del dolor, el mandamiento
que no llegó a cuajar como caricia.

Tan breve arqueología nos resume
la historia dilatada
de una pasión sin tregua ni destino,
como los grandes ríos -todavía-
que deben dar al mar y, sin embargo,
se pierden en la arena del desierto.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Fe agnóstica

En el umbral de un cielo protegido
-higt security, perdón-
como un ángel que busca
sin conciencia de culpa el placer ebrio
de su primer pecado.

En es edén difuso donde todos
nos vestimos de dioses secundarios
y, sin querer, creamos una atmósfera
de transgresión contra la norma
que aún no se ha dictado.

En ese mundo vivo.
Y en ese mundo
ajeno a la clemencia se desangra
mi fe en el paraíso.

martes, 14 de noviembre de 2017

La suerte del más débil

Entretengo ahora mis jornadas de quietud con salmos: el solo pensamiento de vencerle. Ya no me consuela mantener la pugna, ser la sombra oblicua en su ajedrezado sin relieve.
Mis pies siguen estando flojos, pero ya sueño en la carrera y el las llaves maestras con las que podría derribarle sin valerme de engaño o de ventaja. Él, en cambio, sigue igual, no acusa el deterioro de los golpes ni el encono de la humillación por las derrotas. "Otro sol es su sombra" y otra batalla su reposo, y parece echarte a la cara su desprecio por esta voluntad que te mantiene en lucha.
Dan ganas de usar la última energía para huir o para tenderle una celada, pero eso convertiría mi ansiedad en desencanto. Sería como reconocerle superior y dar por terminada la disputa.
Pero no, que venga ya, mientras la voluntad me asista. Debo pensar que él es sólo permanencia, la inercia de un orgulloso sentimiento que le priva de razón y de mirada para todo lo que no sea regodeo y autocomplacencia.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Con esos humos

Rima con viejo sacrificio
cuando hace loma y toma altura
ese humo metafísico que
enturbia el aire y lo transforma
en piel urgente de tambor.

Es todo circular, una ejemplar
mesa redonda donde cunde
por diez la parva ofrenda del pastor,
-con humos al señor-
no la fanega
de sucinto y labriego cereal
donada con sudor blasfemo.

Nunca vemos
la aromática grasa que agasaja
a divinas narices, aunque olemos
plebeya chamusquina como salmo
rezado bajo piel y acaso oigamos
temblores de levítico tambor pulsado
por la gula de un dios medio dormido.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Cazar mensaje

Aquel milano se me figuró como contrario. A pesar de su condición, parecía mejor adaptado a caminar. Sí, había llegado a mí rozando el vuelo, pero su porfía se centraba en simular esa torpeza que para un ave significan los pasos de los seres pedestres. Tomó tierra a más de veinte pasos sobre una roca plana y empezó a recorrerla balanceando grotescamente el cuerpo al ritmo de sus patas. Era una lengua de fuego gris disfrazada de pájaro empeñado en destacar un movimiento no regular, ni rítmico ni armónico. ¿Intentaba decirme algo?
Lo más llamativo de un ave rapaz que se te acerca a pasos lentos no es ni su mirada de oscura amenaza, ni su plumaje sobrio, ni el funcional diseño de su pico o de sus garras. Es su silencio, el modo primitivo de afirmar su oposición frente a ti. Yo descansaba bajo el árbol  de la colina y acaso fuera visto como invasor de un territorio ya acotado. Por el suelo había plumas y huellas de sangre seca, pero lo extraordinario era el nido de torcaz con pollos aún desnudos conviviendo con el temible cazador.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Así nacen los mitos

Ahora oigo sonar ese desastre, ese
cuerno de dios teñido en rojo
como huracán de sangre. Dice
una verdad cortada, suena
a ceremonia de quemados y urge
a los mercenarios a sumarse
al manantial de las monedas
con que regó la arena del desierto.

Y no hay perdón, ya no habrá tregua,
no hay más dios que el que truena
sobre la debilidad de los trigales, ese
que prefiere la grasa al cereal
y exige sacrificios.

No he de cebarle yo, que coma
la carne del pastor y deje
en soledad a las ovejas
tan débiles, tan ciegas de resol
que nunca, nunca
podrán leer las cuatro letras
de esos fingidos nombres.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Otro año más

Hoy hace siete años, siete celebraciones, o mejor, siete conmemoraciones de la ausencia. A veces me pregunto si la casualidad puede llegar a modificar un carácter. Los juegos de la infancia eran tan satisfactorios porque contaban siempre con el límite del otro, ese que, real o imaginado, ponía en cuestión la oportunidad de lo que tú hacías y a veces hasta servía de estímulo a tu arrogancia para empeñarte en la búsqueda de la excelencia. Pero aquel duelo de amistad se quedó lejos. Tengo que hacer un gran esfuerzo para recordar algo de los días compartidos y lo que vislumbro me suena más a leyenda que a experiencia. Él era viento y yo fuego. Nos combatíamos por necesidad, pero al experimentar nuestra insuficiencia por separado, siempre acabábamos enzarzados en un fiero contacto, que no buscaba sangre sino hondura y calor de entraña.
Alguien con mala fe puso fin a la porfía y desde entonces la vida se cegó. Ni él está ni yo permanezco, como si nos hubieran encerrado en espacios paralelos, próximos pero incomunicados.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Sospecha

Ascendí solo a aquel otero, un capricho menor en la monotonía del páramo. Fue como crecer hacia la lejanía, sin moverme apenas de lugar, sin necesidad de tiempos dilatados ni de jornadas fatigosas bajo el sol. Arriba, el árbol solitario, aquella fantasía que tantas veces había contemplado desde lejos sin estar seguro de que fuese real, me recibió en el rodal escaso de sombra que proyectaba sobre la hierba quemada. Tal vez me quedara dormido, porque el único recuerdo que me queda es el rebaño avanzando penosamente como una nube gris pegada al rastrojo, abandonado a su suerte y lejos de bebedero o sestil donde aliviarse de la canícula. Siempre girando en torno a la colina, pateando el campo yermo con voluntarioso empreño y sin que pareciera importarle la falta de pasto. He llegado a pensar que una providencia perversa dispone de él para mantenerlo siempre ante mi vista.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Vi pasar el tiempo

Vi pasar muchas ovejas. Seguían un careo acostumbrado al que ningún pastor parecía guiar, como si estuviera diseñado por una voluntad oculta. Tres enormes mastines controlaban el despliegue del rebaño y de cuando en cuando manifestaban su aburrimiento con unos ladridos sin motivo, destinados a dejar constancia de su presencia a posibles intrusos. Decidí quedarme a la espera, pues, de seguir en la misma dirección que traían, no tardarían en alcanzar la collada en la que yo estaba. Y así ocurrió, pero no fue ninguno de los mastines quien me salió al encuentro, sino un macho cabrío veteado de almagre y carbón el que me hizo frente con su mirada de hipnótica frialdad. Permaneció inmóvil unos instantes y por fin golpeó el suelo varias veces con una de sus patas delanteras, en actitud  retadora. Yo recurrí a mi viejo truco de mantener la mirada, a la vez que esbozaba una sonrisa de ingenua suficiencia. Duró apenas un minuto, pero cuando el rebaño ya estaba lejos, me seguía persiguiendo la mirada del cabrón, que yo, algo tocado de inseguridad y miedo, terminé relacionando con una vieja leyenda que hablaba de envidias y agravios surgidos entre hermanos por el insidioso influjo de una fuerza oculta y superior.

lunes, 17 de julio de 2017

Chapuzas

Anda y dile a dios
esas verdades del barquero.
Déjale boquiabierto
con tanto charco dejado por ahí.

domingo, 16 de julio de 2017

Miedo al barroco

Admito el barroquismo
como una argucia encubridora
de nuestra desnudez. El nos permite
disimular el miedo a estar desnudos.

miércoles, 12 de julio de 2017

¿Verdad?

Verdad es todo aquello
que ves como posible,
mientras un mercenario no combata
contra tus convicciones
pagado por la sucia realidad.

lunes, 10 de julio de 2017

sábado, 8 de julio de 2017

viernes, 7 de julio de 2017

jueves, 6 de julio de 2017

martes, 4 de julio de 2017

Pontifex

Para qué ese pontífice
si el agua ya pasó y el puente
maldita la falta que nos hace.

lunes, 3 de julio de 2017

jueves, 29 de junio de 2017

Resumen

Hallé la vida en un gran frasco de cristal,
y enseguida pensé que dentro estaba el genio,
pero no me atreví a mostrarle mis deseos.

miércoles, 31 de mayo de 2017

Recordatorio

Como ya fue dicho, sabio es el que se conforma con el espectáculo del mundo. Sabio, se dijo; no justo, ni solidario, ni feliz. A cada palabra debe dársele lo que su ámbito reclama y no siempre la sabiduría ha de coincidir con la virtud, a menos que esta venga despojada de cualquier tinte moral o tufo religioso. Las cosas son neutras en origen, ni buenas ni malas, simplemente adecuadas a su fin, hasta que algún tipo de violencia acaba sometiéndolas al interés particular en perjuicio de su natural disposición para lo universal.
Y si la sabiduría se identifica con la aceptación de un estado de cosas, no supone que se asuma como justo o adecuado, sino como temporalmente inevitable, de manera que, sin provocar enfrentamientos en situaciones de clara desventaja, se pueda introducir en ese "statu quo" alguna cuña imperceptible que a la larga facilite la vuelta al estado original y, a ser posible, sin violencia, ya que esta suele servir a intereses secundarios, contrarios casi siempre al interés original.
Así considerado, el sabio es el que apuesta por una relativa quietud, limitando la elaboración de teorías a lo imprescindible para mantener el equilibrio, sin ambiciones de dominio, sin escalafón ni jerarquía que perturben el derecho a vivir de todo ser llamado por la vida.

viernes, 12 de mayo de 2017

Humo, tierra y cielo.

Quien busque una certificación a este pretendido enfrentamiento debe empezar por pensar en esto: nuestros intereses nunca se opusieron, nunca entraron en conflicto porque tendían hacia puntos divergentes. Algo semejante a lo que ocurre con el paralelismo procedimental de la teoría frente a la práctica, donde apenas el fin coincide como meta. Por manejar ambos un material homónimo a la vez que heterogéneo, son incapaces, -aunque lo pretendieran-, de entrecruzar sus trayectorias. Son dos mundos simultáneos pertenecientes a dimensiones sin conexión posible. El mío era un medio rural y primitivo, donde las maneras de obtener del laboreo el producto suficiente para vivir carecían aún de una experiencia orientadora. Todo intento se siente pionero y con suerte obtendrá, tras muchas repeticiones infructuosas, los rudimentos de una praxis orientada hacia el futuro. Tiempos, terreno, tipos de semillas, procedimiento adecuado durante las distintas fases del proceso previo y posterior a la recolección. En esta cadena cualquier error condiciona el siguiente paso y pone en riesgo el resultado final, nada se deja al beneplácito del azar, porque el azar es una cuestión de fe y aquí la fe no colabora.  En él mi industria prosperó hasta niveles de parca suficiencia. Y me dio suficiente autonomía como para convertir la soledad en algo placentero y enriquecedor.
Enfrente queda el otro, el que se conforma con la pujanza natural que se abre paso en condiciones no dependientes del esfuerzo y de la planificación personal, sino de una voluntad superior a la que hay que hacer propicia mediante adulaciones y sobornos.
No tienen por qué ser mundos competidores. Cada uno de nosotros eligió aquel que estaba más en consonancia con los gustos y habilidades personales. Y a partir de la elección nuestros territorios se fueron alejando, con lo que el contacto se redujo a alguna esporádica coincidencia.
Lo demás es un malévolo añadido, adorno para ociosos suministrado por una mente ociosa.
Por eso yo pregunto: ¿es más sabio el humo que, tras devorar el sacrificio de las primicias, se eleva al cielo o el que regresa a la tierra como intentando devolver algo de lo que de ella ha obtenido?
Pues de esta nimiedad partió la historia.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Mascarada

Ser el primero no siempre representa una ventaja. Según los casos se tiende a valorar la primicia como un derecho a honor, a posesión, incluso a sabiduría, cuando lo normal es que el primero sea el más expuesto a los imprevistos del azar. La atribución de algo a alguien por el único mérito de haber pasado por el lugar antes que nadie da como resultado esa ridícula figura del Colón de turno tomando posesión de un mundo que acabará devorándole. En mi caso no hay duda, y a pesar de que mi primacía sea más producto de leyenda que de hecho real, mi nombre irá asociado siempre a primera sangre, mi vagabundeo a condena más que a desarraigo, mi soledad a rechazo más que a inadaptación, siempre arrastrando una apariencia impuesta por un poder ajeno a mí y opuesto a mis deseos.
Cuando el tiempo desgaste este disfraz y muestre mi verdadero personaje, acaso ya nadie recuerde el sentido original de la comedia e incluso puede que no haya nadie esperando a que la caída del telón aporte alguna claridad a tanto enredo.

miércoles, 12 de abril de 2017

Destierro.

En esta situación tan confusa pensé que a destierro andador podría perfectamente corresponder desaire volandero, como desarraigo responde de algún modo a raíz y desgarro a despojamiento producido con violencia, en el siempre bien pensado equilibrio de opuestos o contrarios. Y ¿habría que nombrar como desagüe el resumen punitivo del desierto, o cómo desfogue el resultante de una abortada condensación de llamas?
Para qué preocuparse. La confusión es esencial, vive dentro de nosotros y azuza los ingenios para que la certeza no se adueñe de manera pétrea del sentir, que siempre quede alguna encrucijada como los brotes en las plantas, garantes de que la vida siga propagándose sin guión ni teologías.
Miro este cielo desvaído, trato de oír sin éxito el tic tac de mis pisadas y, ante la duda de si estoy en marcha, me siento a poner en orden mis pensamientos, lo primero saber si hay libro de ruta, si he pactado con mi activa disconformidad algo provisional para hacer soportables las horas de camino, si las jornadas ya vienen decididas por algún reloj nutricio o es el ayuno quien mantiene la tensión hasta la caída de la luz, si, ya en oscuridad, debo encender hoguera o resignarme al frío de la noche como a natural acogimiento.
Haré el camino demorándome, con atención y ademanes que podrían recordar a la autóctona serpiente, la original, la sabedora de todos los secretos, incluidos aquellos que aún no han sido sometidos al contraste de ojo alguno, Para sabia ella, fruta de desierto y pedregal, guardiana de alternativas primaveras que han de administrar las humedades necesarias para que el fruto se nos muestre en el momento justo, ni antes ni después, en un perpetuo y demorado otoño nunca sujeto a presagio equinoccial.

lunes, 10 de abril de 2017

Deriva

Toma ese camino que los mapas no señalan. En él los ecos te acompañarán, oirás el contradictorio duplicado de los primeros enunciados y conocerás mejor los sentidos ocultos de todos los sonidos, etimologías novedosas, traducciones libres del pensamiento desligado de la obligación de sonar bien,
enigmas blancos y consejas llegados desde la más actual antigüedad. ¿Qué más puedes esperar de ese lineal compañero que a la vez que va, te lleva, procurando la posibilidad de un horizonte razonable?

domingo, 9 de abril de 2017

Quiá

Recuerdo que intenté cargar en aquella palabra poderosa toda mi energía negativa para hacer frente al abismo que de pronto se había abierto en derredor. De nuevo el humor otoñal del cacique se manifestaba trazando aquel destino zigzagueante que más parecía obedecer a la caprichosa melancolía de un enfermo que al cierre planificado del gran círculo que ha de preservar el desarrollo de la vida.
Dije exagerando, aunque convencido: Quiá. Así en seco y sin apoyaturas, confiando acaso en que la vejez (no exenta de novedad) de la palabra le hiciera entrar en duda, un solo instante de atención sería suficiente para que la protesta tomara cuerpo ante su esponjosa ubicuidad y el infinito nimbo donde reinaba sin oposición empezara a mostrarse en dos mitades, la suya frente a la de los demás.
Era como poner en marcha toda la rebeldía pacífica de que es capaz un ser sometido a la rígida liturgia del amo y el esclavo, aunque, al hacerlo, ya era conocedor de las consecuencias, entraría en el terreno oscuro, expuesto a la furia vengativa de una mitad y a la desconfianza temerosa de la otra.
Habría de aceptar la soledad y el silencio que esta impone. Ni reuniones al final de la jornada ni apenas el esbozo de un saludo camino del terreno de labor. La ausencia de familia y el merodeo como recompensa por mirar en dirección distinta a la marcada.
Pero había pronunciado la palabra.

viernes, 7 de abril de 2017

Sema, soma, sum

No hay nada bajo el monolito. He descubierto una entrada disimulada entre las enormes lascas que cubren el montículo y en el cubículo escavado en su interior sólo hay un tablón de pizarra  y una piedra cilíndrica, ambos con función más doméstica que ritual, como mesa y silla. Nada de huesos del antepasado muerto ni de los objetos con que dice la inscripción que fue enterrado.
Siempre he procurado mantener despierta la memoria. Esa es la razón por la que a menudo vuelvo a este lugar. Regreso aquí como a la fuente que de algún modo acaba con la sed o al menos mitiga sus ardores, a pesar de conocer la interpretación que los próximos al brujo dan a mis visitas.
Y no sé que pensar de este gran embuste con disfraz de piedra. Después de tantos años de aprendizaje lo único que se reafirma es el misterio y la conciencia general prefiere codificar historias irracionales a convivir en paz con el miedo y la ceguera. Lo irremediable no es ser ciego o pusilánime, sino creer que alguien gratuitamente nos va a librar de serlo.

miércoles, 5 de abril de 2017

Una ventaja irracional

Vuelvo al refugio colonial situado al borde del recinto protegido por la cerca, aunque ya sobre las escarpaciones que dan a campo abierto. El cobertizo tiene una decidida identidad, ornado con huesos y pieles de mis piezas favoritas y armado con espectaculares cuernas de venado dejadas tras la última berrea. Al lado de poniente se han ido fijando los asientos de los acudidores habituales, sobre tocones de árboles antiguos que dan al recinto un aire concejil no pretendido pero inevitable. Cada noche el habitual deja sobre el asiento la zamarra de piel con que mulle la dureza del reposadero y a plena luz del sol toma el aspecto de un sestil de vagos satisfechos. En cualquier caso, en nada parecido a la bocana de la cueva donde el chamán oficia sus rituales. Allí se impone la humillante costumbre de la desnudez del pie y el destocado de la cabeza, abarcas y casquetes por el suelo como reflejo de la indignidad de quienes someten su andadura y pensamiento a fórmulas sonoras tan alejadas de la voz humana como del pretendido lenguaje de los dioses.
Nunca asistí a tales coyundas, pero conozco alguno de los recursos de los que el brujo se vale para subyugar de golpe tantas voluntades. La dilatada bóveda, un cuerno de buey, una enorme caracola y unas piedrecillas del arroyo apoyados en recursos de la voz humana sabiamente modulada, son capaces de sonidos tan extremos como el mugido de la tormenta o el estertor del volcán desperezándose. También la oscuridad, que, al presidir como necesaria atmósfera cualquier momento de pretendido contacto con la divinidad, obliga a una subyugada imaginación más que a los sentidos a dar fe de lo nunca visto o escuchado.
Y, a pesar de todo, una cosa tengo que admitir: por más que lo aborrezca, a veces no puedo evitar el sumarme a ese coro de miradas que, con el humo de la fogata final, suben al cielo buscando una armonía, aunque de antemano conozcan la irremediable cojera de todo este tinglado.

martes, 4 de abril de 2017

Un torbellino de polvo

Hoy nos hemos encontrado. Bueno, encontrarse no es la palabra más adecuada, nos hemos adivinado en la distancia, como se reconocen los contrarios en un campo de magnetismos enfrentados. Al principio caminamos en paralelo, ignorándonos con la mirada y forcejeando con el pensamiento para no ceder el paso ni demostrar la más mínima vacilación en el dominio del paisaje. Luego el viento cambió y las respectivas estelas de polvo nos dejaron al descubierto, por lo que ya no procedía ni seguir disimulando ni esforzarse por mantener aquella impertinente línea recta. Acabamos cruzándonos. Nuestras miradas se cruzaron también y no hubo en ellas ni el más leve indicio de pregunta. Todo está tan claro entre nosotros que la conversación está de sobra, incluso la de los ojos, que es la única admisible dentro de la imposibilidad.
La duda sigue ahí, como una piedra. ¿Sabe él todo lo necesario sobre mí o esta cautela en el asedio manifiesta un atisbo de debilidad, como si rehuyera un enfrentamiento declarado antes de conocer la realidad y contundencia de mis recursos? En cualquier caso no debo recrearme en esta suposición, porque aunque su actitud haya dejado traslucir una cierta alarma, podría obedecer a una estrategia para cogerme por sorpresa. Precisamente porque no era necesaria, debo pensar que la comedia urdida para hacerme apresar, marcar y expulsar por sus lacayos buscaba algún efecto no evidente.
Pero antes o después lo acabaré sabiendo.

lunes, 3 de abril de 2017

Malditos héroes

Y ¿qué decir de Orestes? su leyenda se alza mutilada como la serpiente a la que han cortado la cabeza y mantiene erguido el cuerpo unos instantes como esperando que su voluntad se perpetúe en una nueva vida. Hay copistas que eluden los pasajes turbios pensando más en el resultado de sus trampas que en la coherencia de los planteamientos. Otros simplemente llaman "orestes" a todas las pasiones derivadas de la desconexión entre ambición personal y miedos colectivos.¿Quién pesó más en su balanza, Electra o Ifigenia, o ambas fueron un pretexto para cerrar el círculo que desde antiguo había sido diseñado para todos los que se cruzarían en su camino? Y ¿fue merecedor Agamenón de tan arriesgadas peripecias para vengar su más que merecida  muerte? Todo héroe tiene asegurado un final más trágico que oscuro, debido a la admiración exagerada que su papel de comparsas levanta en la credulidad de los demás mortales. Actúa aquí eso tan volátil conocido como la llamada del abismo. Los infelices héroes se suben a un caballo enloquecido y afectados por un simulacro de intemporalidad padecen un mareo ineludible que enturbiará sus ojos hasta sumirles en esa zona ciega que ni es de hombres ni de dioses.
En estas circunstancias la única salvación vendrá por la memoria, que les enraíza con un pasado poco hablador o simplemente mudo, pero garante de unas cuantas realidades básicas para saber de dónde vienen y hacia dónde pretenden dirigirse de forma autónoma, no como marionetas de un fatum caprichoso.

viernes, 31 de marzo de 2017

Miedo al misterio

Debes volver atrás, no regresar, volver con la mirada y apurar el sentido de los paralelismos. Los ojos no deciden lo que ven, tú debes decidir en qué miradas hay reflejos de lo anterior, las dos orillas de lo paralelo, el molde y el modelo, el pensamiento y el deseo, el sueño y la vigilia. La balanza o el péndulo que sólo aspiran a acercarse a lo real sin suplantarlo ni cubrirlo con ropajes de teatro. Debes pensar en ello o dejar que esa idea se pasee por tus dominios sin ningún impedimento. Nada de preguntas, y miradas las justas para que todos sus perfiles se te abran sin violencia: por qué esa población tan abundante viniendo a ti que amas sobre todo la soledad, por qué esa construcción tan racional  enfrentada a tus maneras impulsivas, lo estable haciéndole de espejo al nómada, dando una réplica imposible al furtivismo como único recurso.
Y también, por qué no, un pensamiento para el hormiguero, la tormenta, las espada. Qué es eso que queda ahí, o qué pretende ¿es un mensaje, una burla a la contrición de los pusilánimes, un cómic tridimensional para divertimento de poderosos sin ocupación?
A veces, cuando paso por allí y vuelvo la vista, me entran ganas de reír, pero acabo furioso por los cuitados que tiemblan de miedo y huyen de espaldas para no despertar las iras de misterio.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Lo que finge la verdad

A estas alturas y todavía me cuesta conciliar el sueño. Cuento los días como ofensas y no sé dónde encontrar reparo a este desaliento. Las fuerzas no me faltan, ni los impulsos, pero progreso sin estorbo y eso convierte mis urgencias en preguntas que ni me planteo contestar. Camino con tanta decisión como desconocimiento de un destino y no admito vallas o fronteras poniendo fin a la anarquía de mis jornadas. Ni sol ni sombra ni lluvia o vendaval se oponen a esta naturaleza sin raíz que me sostiene.
Y que nadie tuerza el gesto a mi llegada pensando en el embuste de la maldición. La tierra sigue dando frutos y ningún terreno se agostó porque su dueño me diera cobijo alguna noche. Por menos he sacado mi cuchillo, y aunque nunca llegué a usarlo contra gente, luego he de arrepentirme por el pavor que eso provoca, más incluso cuando se propaga entre los pobladores y va cargándose de añadidos que nunca sucedieron.
No hay peor maldición que la leyenda, que tus propios iguales desconozcan y no quieran conocer la realidad. Así las cosas, siempre surgirá alguien interesado en que lo desconocido sea interpretado en una dirección, en vez de entenderlo llanamente como sucedió, sin maldades villanas ni heroísmos, porque la vida rara vez llega a esos extremos, salvo que alguien o algo le salga el paso con ímpetu enemigo. Y eso a nadie se lo admito, por más alardes que haga de poder.

domingo, 26 de marzo de 2017

Esas mujeres

Ahora llegan esas bondadosas mujeres que de todo ofrecen una nueva versión. Hablan de lo que el viento trae de lejos, como si lejos fuera sólo aquel recinto del que yo les hablé para que dejaran de inventar historias ocurrentes. Les miro con simpatía, aunque, al parecer, mis ojos siguen causándoles una inquietud que no saben disimular. Les traiciona ese cruce de miradas, esas manos inquietas que parecen hablar para sordomudos. A cada palabra mía gesticulan y ante mis silencios se echan a llorar con más teatro que motivos. Les digo buenas noches, pero no se van. Les lleno las talegas del grano que acabo de aventar y lo reciben con ojos muy abiertos, como si nunca hubieran visto el fruto de la espiga. Sé que luego lo queman en la piedra de las afueras del lugar, danzando en torno como les dije que danzaban los guardianes del primitivo oasis.
Dicen que todo aquello son leyendas y quieren que les organice una caravana para mirar desde la loma de los truenos qué hay de real de todo lo contado.

viernes, 24 de marzo de 2017

Una nueva era

Luego nos dijo algo incomprensible o que nadie supo interpretar de modo justo. Dijo: ahora hemos de inventarlo todo, usaremos una nueva manera de mirar no lastrada con las deudas del pasado. Y sólo aceptaremos como nuestras las cargas de los días, no las del recuerdo.
Después desapareció.
Algunos dicen que le siguen viendo rondando sus antiguas posesiones en el campo, reforzando empalizadas, fijando estacas de memoria, como si quisiera acreditar un territorio autónomo que nada deba al modelo heredado del Jardín. Y algo de verdad puede haber en ello, pues los niños, que nada de esto saben, juegan con lascas de pizarra grabadas con signos extraños, aunque traducibles a nuestras actuales circunstancias. Dicen que las recogen en las cercas del fundo principal, al que ningún adulto accede por respeto a él. Ojalá un día podamos juntarlas todas y entender ese mensaje. Sería el comienzo de una nueva era.

lunes, 20 de marzo de 2017

De credos y consignas

¿Quién propaló la falacia del robo de la manzana? ¿Alguien pensó en la incongruencia de llamar robo a la respuesta a ese control remoto que gobierna la gula o el capricho? Y ¿qué necesidad había de extender el chascarrillo en un territorio acrítico, donde las opiniones no prosperan y sólo las consignas se hacen hueco en el lerdo magín de los pobladores?
"El árbol esculpido no se toca, el árbol permanente sólo puede ser mirado en el reflejo del estanque, no hay que acercarse al árbol que habla, no hay que respirar de su perfume, no se podrá pensar en él conscientemente, a lo sumo soñar y recibir en sueños su logos inefable."
De esta manera irán presentándonos después los mitos del vellocino, del fuego de Prometeo, de la mirada atrás de la mujer de Lot o de la imponderable caja de Pandora. Un atropellado modo de mezclar risa con rabia para desorientar a timoratos y dejar sin voluntad a los no afectos.
Dales hambre y delicias sin cuento para saciarla, pero deja siempre vivo el gusano de una provocadora prohibición. Con ello lograrás gente perpleja y, por supuesto, una turba infinita de secuaces que dictará en tu nombre un intrincado reglamento en el que la prohibición será la norma, la perplejidad el cebo y la infracción la manera sutil de someter a los continuos infractores.

domingo, 19 de marzo de 2017

Merkajardín

A lo lejos se percibe aún el polvo que levanta su atropellado caminar. Va sin rumbo fijo, aunque pretenda demostrar a quien le azuza lejos del refugio que conoce el camino y que se aleja voluntariamente de la única zona donde la vida es sostenible. Él no huye. Nunca le dará la espalda, Irá hacia el este, por llevar la contraria al que decidió el curso del río, como despreciando la ancestral sabiduría que traza los caminos pensando en los oasis. Igual que a un asesino le han marcado la frente con almagre para simbolizar la sangre acusadora que ni siquiera ha vertido, se ha limitado a derribar a un lacayo con un golpe certero, de especialista  en alimañas merodeadoras del terreno de labor. Con eso no se mata a nadie, va pensando, y la mancha que simularon en el suelo es una torpe  imitación del ocre con que se embadurna a los muertos antes de enterrarlos para ayudar a momificar las partes blandas.
Mientras se aleja piensa en la familia. ¿Hermanos? No conoce más que a dos, y al que dicen que ha matado nunca antes lo había visto. Pero es lo que hay y ahora debe alejarse lo suficiente para que los sicarios no descubran su escondite y pueda levantar de nuevo sus sembrados. Volverá a sembrar la duda entre los habitantes del jardín y la tentación de las escapadas nocturnas para comprarle sus productos será una nueva demostración del fracaso de los monopolios.

sábado, 18 de marzo de 2017

La fábula oscura

Ocurrió de repente, sin darme cuenta a medida que avanzaba en el bosque me vi rodeado por hormigas. Eran cientos, miles, millones y parecían crecer por partenogénesis, a la manera de las células autónomas en un organismo enfermo. Todo el verdor a la vista se tornó grisáceo, luego terroso, después marrón, hasta acabar en negro, atacado por un ejército circular a la busca furiosa de alimento. El suelo parecía temblar con un silencio audible y el olfato se encargaba de trasmitir unas ciegas alarmas activadas por el miedo. ¿Huele así la muerte o sólo es alta concentración de ácido fórmico? Busqué la ayuda de alguien cercano y no había nadie por allí. Intenté gritar y la voz no funcionaba, como si el olor espeso que lastraba el aire impidiese la propagación de los sonidos. En poco tiempo todo el suelo alrededor se transformó en un hervor hostil y, como recurso defensivo, se me ocurrió trazar un círculo en la arena en cuyo centro me situé, un foso de mínimo relieve que, sin embargo, pareció contener el avance de aquella oscura amenaza.
 Los siguientes minutos los pasé viendo cómo un cerco de inquietas mandíbulas y antenas iba formando pared en torno a mí. E imaginé futuros, hambres crecientes, recursos menguantes, guerras de troje e intendencia, soledades globales puestas en cuestión por el autismo tecnodigital, como si de otro denostado cambio climático se tratase.
No sé si ya han pasado esos minutos.

viernes, 17 de marzo de 2017

El acertijo

Lo lejano improbable, lo arriesgado por difícil de encajar, lo incomprensible, lo impronunciable hasta para los diccionarios con tapa de marfil, cuantas cosas enfrentadas a nosotros que ni luchamos por usurparles el lugar, que pasamos a distancia sin apenas fijar un momento la mirada.
La guerra está debajo de cualquier pensamiento, como si nos estorbara tanta vida alrededor. Y hasta la paz acaba convirtiéndose en una forma de violencia sin fronteras capaz de nublarnos el sentido de rebaño necesitado de defensa comunal.
Lo solo ofende y lo gregario asusta. ¿Qué nos queda? ¿El perfil? ¿Negar el miedo a nuestra espalda?
Dudemos, pues, del vocerío de la especie. Permanezcamos vigilantes los unos de los otros, como si de nuevo Hobbes volviera para proponer un acertijo.

jueves, 16 de marzo de 2017

Cera dócil

Estábamos todos dentro, en aquella penumbra espesa que la ignorancia iba haciendo cada día más pesada. No había nada de qué hablar y los contactos con el exterior se habían ido desenganchando hasta quedar en el silencio de ahora. Y mira que es difícil enfrentar la vecindad de quien evita tus ojos y te niega su palabra porque está convencido de que ya nada importante es compartido.
Dentro de poco nos quedaremos ciegos, Acaso también la voz se nos atrofie, y el movimiento, o la costumbre de pensar cosas distintas de las que nos fueron señaladas como columna de la vida. Total para qué esos sentidos holgazanes, o para qué el futuro, si ya todo está impreso en nuestra tablilla de cera dócil,
Cerremos puertas y ventanas, aunque, por si caso, podremos seguir dejando en el dintel una mínima candela para orientar a un posible, aunque poco probable, visitante.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Cansancio

He amontonado en un rincón los pensamientos ya desenhebrados de la actual realidad. A veces se hace necesario zarandear al árbol para que las hojas muertas se sacudan el cansancio sin trasmitirlo al corazón de la madera, simplemente dejándose caer. Luego hay que quemarlas, pero el cansancio es un pobre combustible que a lo sumo consigue emborronar los horizontes con humos excesivos, sin producir el calor suficiente para la transformación completa del escombro.
Que nadie piense ya que la facultad de pensar  nos eleva de forma salvadora. Antes tiene que ser puesto en cuestión aquello que formula para que la duda pueda servirle de puntal en cualquier situación definitoria.
No es bueno plantar estacas. Estas nunca se convertirán en árboles por más que se las riegue.

sábado, 11 de marzo de 2017

saludo

Discurrir por el cauce para evitar las avenidas, pero huyendo del encauzamiento, no destrozar a nuestro paso y ver con simpatía crítica lo que construyen los demás. En eso podría resumirse la
actitud sabiamente dudosa de quien se conforma con el espectáculo del mundo, tal como lo expresa
el lúcido y socarrón sofisma de Saramago, citando a Pessoa.
Dedico mis ocios a escribir y a leer. Me divierte y me consuela, porque de ello no obtengo ningún provecho palpable, lo cual me ayuda a sentirme limpio de ambición en la construcción de mi personal cosmogonía.
Amanece el primer día.

El cielo está detrás
de cada cosa
como tic paisajístico,
detrás y por encima
de la ilusión del horizonte, sube
en su carroza a dios, esconde
su verdadera condición
como pactando con él un breve engaño:
de aquí al final del tiempo iluminado
todo relumbra, cumplidor, tan dócil
en su papel de farsa noble, siempre
dispuesto a reflejar esa parodia
que algunos llaman creación.


viernes, 10 de marzo de 2017

Día quinto

Día quinto: la parte seca de la vida mira interesada a sus orillas húmedas y aéreas, En una viven los sonidos libres, jerga intrincada de significados y duración inagotables porque nace de la necesidad instantánea e instantáneamente se renueva para definir tanto lo efímero como lo duradero. En la otra
el silencio traza elipses en torno al embrión que garantiza la continuidad, la vida amniótica capaz de
asegurar un futuro circular y creíble. Y los que estamos en la parte seca ¿vemos también eso

La espada

El cerco iba estrechándose en torno a aquella especie de rumor de enjambre que salía del montículo de tierra. No eran seres corporales, sino presencias esforzadas en busca de respuesta. En realidad buscaban restablecer el equilibrio, puesto que el rumor iba en aumento y, de seguir creciendo, amenazaba con romper el armonioso balanceo  del silencio en el lugar. Habían cesado los trinos de los pájaros y los demás sonidos naturales parecían haber cedido a la escucha.
De repente, sin nube precursora, ni viento en ristre, llovió sobre la terrosa joroba del termitero una furia de chispas y metal, levantando una nube de polvo colorado.
Larga pausa con silencio. Visión borrosa todavía.
Mucho más tarde pudo verse con nitidez una espada gigantesca clavada en el corazón del promontorio. Los pájaros volvieron a cantar y al menos el ruido del arroyo volvió a oírse.

jueves, 9 de marzo de 2017

Aquellos naipes

Llamando a tantas puertas sólo halle despojamiento, era cada vez más jamba que batiente, más exterior que hospedado. No hay queja por ello, pues le debo mi ligereza y mi disponibilidad. En uno de aquellos zaguanes quedaron mis armas, ni empeñadas ni olvidadas, sólo recostadas en la pared como si descansaran de tantas imágenes violentas. Aún hoy, tan lejos, las recuerdo, competidoras ambiciosas de otras más ilustres asesinas, aunque ya sin una voluntad que las impulse. Ahora dudan
entre la abyección del crimen y la herrumbre de la inactividad, cualquier cosa con tal de seguir señalando su presencia con una huella roja.
Esto es un comentario que oí sobre Ricardo, el tercero a la derecha, siglos más tarde de que fuera pronunciado.

martes, 7 de marzo de 2017

Un día más

Un día más, un día cualquiera en el que nada ocurre, salvo la fluctuación de la luz. Las mañanas se inician con niebla iluminada, luego el sol prevalece y acaba levantando la cortina para que el tono de la horas sea más maduro y prometedor. En ese tiempo quieto del día promediado se nos permite hacer o pensar al menos. Luego vendrán los tintes incendiados de la tarde para que toda la producción fallida de la jornada pueda ser acompañada con honores de pira hacia una renovada disponibilidad, Que todo arda transformándose y volviendo a integrarse en el ciclo diario de la vida. Lo que se niegue a arder que permanezca en su forma primitiva. Podría ser una manera de decirnos que nuestra aportación al espectáculo comienza a dar sus frutos.