Igual que en el refrán, el sabio
silogismo de lógica aplicada
al palco de las sombras:
hoy casi, a punto de, seguro
de haber sobrepasado ya la víspera,
como reo en capilla,
como labio
que esculpe el gesto de los besos
a un milímetro justo de otro labio,
caramelo de un ansia, casi todo
bajo control, sin miedo
a imprevistos finales...
Pero vuelve
a sonar el refrán, el geniecillo
burlón de la no suerte y se desinfla
tu globo en pedorreta.
Y te ríes
de tu necio saber,
exactamente igual que en anteriores veces.
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