¿No te das cuenta
de que tus pies heridos ya no pisan
los cristales molidos del recuerdo?
Permanece el dolor y las pisadas
siguen buscando alfombras. No se fían
ni de las playas vírgenes, en ellas
recalan todos los naufragios.
Písame. Todavía
sigo en forma de arena y al desierto
nunca llegaron náufragos.
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