viernes, 29 de diciembre de 2017

Simple orfebre

A veces no consigo
acomodarme al breve sueño
de las palabras batidoras,
las sílabas no suenan al compás
de su afanosa fiebre, arrastran
ese trotecillo adolescente
de la salida del colegio, demasiada
mochila a sus espaldas, debes
revisar esa sintaxis
con las arterias algo duras
para el balanceo de los aires
inconstantes de la primavera.

Ya sabes que la forma
puede ser un buen tañido
para el metal despierto con que tratas
de hacer sonar cada palabra.

Nadie -puedes estar seguro-
te reconocerá por ese tono
frotado intersilábico, aunque consigas
que el artefacto brille
con resplandor de baratija.

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