lunes, 31 de octubre de 2022

Desde el hemisferio antípoda

 



Dar la vuelta al mundo

para escribirte una postal desde ese acento

extranjero que te hace sonreír, lo imito

poniendo un sello de unos céntimos 

con la imagen de un dingo, por poco más

podría ser un diablo de Tasmania

o el pecado más original de la ornitología:

la bola rubia de un kiwi de tres patas,

te contaría cosas boca arriba en una playa virgen,

minucias de esta fauna que procede 

de amaneceres desprendidos de un cometa,

presumo de dormir mientras vosotros despertáis 

y doy cuerda al reloj de verano para que alcance sin esfuerzo

vuestro invierno boreal que a todas luces

viene con retraso,

la fecha la he tomado de un periódico local,

no quiero que te inquietes si no llego

a tiempo a tu cumpleaños,

ya ves, no me he olvidado, aunque temo

que los desfases de estación

terminen agostando el frescor de las violetas

que he imaginado para ti.


domingo, 30 de octubre de 2022

A la cicatriz judeocristiana debemos el dolor de la separación, las manos que salen de una nube y que nunca alcanzamos a p esar del esfuerzo de artistas varios por interpretar con éxito el dedo índice d dios

 


Esta es la apuesta con que un día

me levanté, cogeré un avión

y con la mochila llena de babel

iré a probar idiomas, letras, almas

y paisajes ciegos con olor a sándalo,

qué puede soñarse mejor que realidades

con ese olor, si nadie

a este lado del yermo cultural

fue capaz de inspirar sino silencio

con trocitos de hollín desmenuzado,

sí, me adaptaré al tormento 

de esa megafonía equinoccial que anuncia vuelos, 

embarques con demora, duermevelas

y hasta cancelación definitiva

del derecho a volar si no eres ave,

iré al lugar del mundo

que no pende de un hilo, sorberé el rumor

que habita dentro de las caracolas

tomándome un vermú local bajo las hojas

de un libro que aún está por escribir.

sábado, 29 de octubre de 2022

En cualquier mitología se cultiva el temor a los ojos grandes, como si fueran capaces de atravesar el escudo protector de la cúpula celeste.

 



Volved la vista ahora

al terror sagrado que producen

los ojos de Atenea, decid en alto

el sortilegio, que brillen en la noche

los aros de repujada luz atravesando

la oscuridad con el empuje

de su pánico saber, incompatible

con cualquier forma de amor,

saberlo todo es arrojarse 

en los brazos del miedo 

como hace el río cuando llega al mar.

viernes, 28 de octubre de 2022

La grafía risueña de las letras griegas nos llega aún con el sonido en quinta, como cantinela de escolares

 


Renace

el temor por la sagrado,

himnos homéricos que ensalzan

el peso venerable de la piedra

que obligó al escultor a repetir

patrones milenarios donde nada cambia,

dioses hay que cifran su valor

en la quietud de sus estatuas, 

ellos están ahí y a eso se reduce

su visitada taumaturgia,

que sus adoradores lleguen

hartos de lejanía y se conformen

contemplando su inmovilidad como un destello

de cotidiana trascendencia,

que no hagan procesión con sus imágenes,

ellos, pegados a la tierra, 

siguen mirando indiferentes 

cómo se borra todo lo demás.


jueves, 27 de octubre de 2022

Los caminos de Edipo o de Odiseo nos muestran la distinta experiencia obtenida por ambos al alcanzar su crítico destino

 


Los primeros pasos

se dan siempre en la hierba o en el monte,

los primeros pasos se acomodan a necesidad

y no buscan llegar sino emprender un viaje

hacia el conocimiento,

se emplea mucho el verbo para los comienzos,

un exceso de nombres o adjetivos 

es como un gran ejército, vistoso en los desfiles

pero difícil de gobernar en la batalla,

puede lastrar la alforja de los usos

imprescindibles y directos

para alcanzar distancias sin fatiga, 

(lo que sin serlo llamamos creación

o comprensión de espacios),

se sabe poco, las más profundas convicciones

se heredan como ajuar en la desnuda infancia,

nunca como resultado de un esfuerzo peleón o voluntario,

boca abierta, resuello irregular,

mirada suplicante en busca

de una emoción reconocible, aunque no familiar,

luego los pasos

dependerán más del calzado o del estado del camino

que del deseo de llegar (por desgracia la proa ya conoce

lo que la popa acaso nunca llegue a imaginar).

miércoles, 26 de octubre de 2022

A estas tierras altas llegan de tarde en tarde los buscadores despistados, esperando encontrar el oro que otros más antiguos dejaron de buscar

 

al entender que sólo es oro aquello que alcanza la explosión del amarillo en el interior oscuro de la tienda de campaña.



Las horas lentas del mirón provocan

un prurito venial sobre la piel,

suele ocurrir cuando se sienta

a escribir y no encuentra la forma

de traspasar las luces negras al papel 

que espera como un corazón enfermo

sobre el mármol urgente de la mesa,

las luces negras iluminan el misterio 

como ejercicio de una rutina familiar,

marcan perfiles huidizos y avanzan muy despacio

para llegar más lejos, incluso por encima de los límites 

que el espacio impone a los amantes 

de la soledad apretujada,

tener la piel sensible es privilegio

de los seres predestinados a sufrir 

el espolón de la belleza, sabiendo de antemano

que ella nunca ha de visitarles

sino como concepto.

martes, 25 de octubre de 2022

Action painting

 



Aquí estoy, aquí estoy,

decía aquella voz mientras planeaba

como buitre cachorro

sobre una llanura de pasión y lienzo,

a mí me pareció apreciar el tono

dorado que dan los destilados

a la voz del que bebe con excesiva devoción 

para captar cualquier presagio

por inaudible que pudiera ser, 

entre un goteo cenital de lluvia

con colores de entraña repetía una y otra vez

estoy aquí, estoy aquí (sólo esta variación)

y entraba en trance de action painting, 

salpicado por la respiración de dios 

al que llegaban los vapores de alcohol y disolvente

mezclados con imprecaciones 

con sonido de antífonas,

no hay principio ni final, pensaba,

el hilo viscoso de la araña guía mi mano 

hacia la mosca posada sobre el lienzo,

y yo seré inmortal, pese al destino.


lunes, 24 de octubre de 2022

Siempre hay un ojo inactivo cuando miramos a través de una rendija

 


Especular,

miro por la rendija de la puerta

e imagino lo que puedo ver,

no hay luz al otro lado

por lo que son imprevisibles

las ocurrencias de la imaginación,

recurro al verso libre y hago

que el hilo de la telaraña una puntos lejanos,

lo real con lo presunto, la gracia con la frivolidad,

no creo en el azar

por tanto eso que me ocurre cuando miro

por la rendija de la puerta

es lo que les puede suceder 

a los que vuelven inquietos la cabeza

con el miedo inconfesable a la condena

que convirtió en cristal de sal a la mujer de Lot,

-y a través de ese prisma especulamos-.


domingo, 23 de octubre de 2022

Un lacerante golpeteo de luces cenitales camino del quirófano

 



Oyendo ese rumor de lluvia

que hacen las hojas del álamo temblón

me acuerdo del difícil borboteo

de mi sangre asomada a los abismos de la aorta, 

su voluntad de superar la cumbre

espesa de las cavas, y el final abandono

ante la aduana uniformada 

que inspecciona con celo el trapicheo

de coágulos prohibidos,

hay pájaros ocultos que platican en ese mismo idioma,

a lo lejos una cristalera se hace añicos 

y la luz cenital repiquetea en la memoria

descubriendo pasillos que traspasan

el batiente cansado de unas puertas 

con aspecto de válvula mitral,

en eso escarbo, aun me queda el recurso del plural

ante una soledad de plástico,

si todo es falso hay una voz que lo hace válido

y no es la voz de dios, un velo degollado

que deja la impunidad de los misterios

al alcance de todos, haciéndonos más pobres,

por no decir menesterosos, miserables

en el sentido que la damos

a la vulgar misericordia.

sábado, 22 de octubre de 2022

Entre todos los instrumentos de la orquesta sólo se oye el triángulo de dios

 


Llegó bajo la nieve,

su silencio cómplice, su mirada gris

igual que el agua en que la nieve acaba,

con él llegó la sed, el hambre

el ansia de poder y la respuesta

a la ambición, qué grandes

montañas de oro y poco pan para escalarlas

y obtener las monedas que pagan la traición,

o el esparto trenzado para soportar el peso

de los cuerpos culpables,

que no acabe la noche entre nosotros

y que sus huellas sean borradas

antes de que Adam Smith exponga al alba

su teoría moral sobre unas manos invisibles

que han de repartir la escorrentía

de los aliviaderos del mercado,

en fila india progresa el propio amor 

y acabará flotando en la bahía

entre las flores lanzadas desde el puerto

para despedir a los ahogados.


viernes, 21 de octubre de 2022

Debo admitir que a veces vuelvo, después de haber cedido a la desesperación

 



Salí al campo, atravesé los prados

y terminé internándome en el monte,

y qué había allí, cenizas

de mi incendiada imaginación, veía

algo con vestido rojo, yo creía que el blanco 

era su color, que reemplazaba telas

brillantes por aromas a piel y a veces

a sudor y a esfuerzo, palabras imposibles

para definir la confusión; se puede 

oler el miedo y el valor, pero no hay nada

que nombre los efluvios asociados

a la indiferencia, que no seas visible

aunque te dejes la piel entre las uñas 

de tus espinas familiares,

busqué las abultadas incisiones 

en la corteza blanca de los abedules

y nada,

las huellas en el barro de las fuentes,

pero las pezuñas se hunden tanto que se hacen ilegibles,

y al frotarme el cansancio de los ojos 

surgen esas luces fatuas que ni afirman

ni niegan pero te muestran el vacío.

jueves, 20 de octubre de 2022

En rigurosa línea recta con inclinación final

 


Como un dolor 

sostuve firme la confianza

en lo que la piel desnuda detectaba,

fui derecho al sonido

de la gota ruidosa sobre el fregadero

con los ojos cerrados y las manos

por delante para evitar tropiezos,

nada parecido al repiqueteo de la plata

cuando pasa un camión y tiembla

todo el vasar donde dormita en vilo 

la antigüedad más valorada,

los insomnes lo llaman descubierta

y se esfuerzan por emular ese retiñe

con los dientes de risa, -picar hueso-,

como si hubiera que despojarse de la carne

para imitar sin ruido

todas las fantasías apiladas 

en la penumbra del desván.


miércoles, 19 de octubre de 2022

Hay una rendija de luz debajo de la puerta, por ella se ve el rabo del diablo y el dedo índice de dios

 


Aún sigo despierto,

son las tres de la mañana y me entretengo

susurroneando un blues oscuro, con los dedos

tamborileo torpemente

sobre el cabezal de pino de la cama,

trato el insomnio con dulzura

deslizando la mano sobre el lomo

de los motivos que la imaginación me proporciona, 

y saltan chispas como cuando peino al perro,

no logro ver a dios ni al diablo, ellos

son bultos exentos que adornan el taller

donde fabrico monstruos, los desnudo

y me recreo obscenamente resaltando sus regiones pudendas 

que ellos exhiben con orgullo

como lo mejor o más florido

de su vulgar anatomía.

martes, 18 de octubre de 2022

Qué es eso que se ve



Se ve a lo lejos 

un ramaje móvil, la excrecencia

de algo virgen, aunque no verde,

-lo verde se conoce por el peso

de sus efluvios, huele a charca

igual que el moco vivo de las ranas-,

no es el barbado liquen que se cuelga

del lado norte de las hayas

ni la avanzada agreste del tomillo, 

podría ser la cuerna fugitiva

de un venado oculto,

su lugar es alto,

muy cerca de las crestas donde anida

la vibración calcárea de la luz, encima

de los cordones de caliza

que rotulan el monte con paralelas y borrones,

alguien experto en música

podría trasladarlo al  papel como un sonido

y conservarlo vivo

en el amor de un pentagrama.


lunes, 17 de octubre de 2022

El fuego del otoño no hace humo

 


No ha sido necesario esperar a que amanezca

para acertar con el color,

la mañana es gris, arrastra los perfumes de la niebla

por la pradera trémula de lluvia, hay vacas

pegadas al paisaje. 

qué pereza pacer la hierba tan mojada,

la lentitud es algo que florece en otoño, precede

a la entrada del sol en una escena fría

con olor a hortelana,

el reloj de la torre llega tarde para dar las diez y el viento

no consigue obligar a la veleta a mirar hacia el este,

los ojos se han acostumbrado al parpadeo de la luz

y las horas avanzan

por un resbaladero estroboscópico.

domingo, 16 de octubre de 2022

Llevar al comic un dolor fingido




Imagen falsa de dolor: 

hay una muchacha rubia que perfila                    

su figura sombreada contra el resplandor del cielo, 

la colina está oscura por contraste y ella camina por el borde 

como suele ocurrir en las historias dibujadas, 

la cabeza inclinada con un gesto de virgen dolorosa, 

puro emblema de crucifixión flamenca,

stabat puella iusta crucem

podríamos decir al coincidir con algo erguido en soledad 

como el perfil patibulario de un poste del tendido telefónico,

y de repente

ser sorprendida por un golpe

de viento bereber que aviesamente

le levantó la falda,

(como pie de página este texto de origen lacrimal:

"o vos omnes qui transitis per viam: 

atendite et videte si est dolor similis sicut dolor meus").

sábado, 15 de octubre de 2022

Ni arte ni parte

 

                   sentir vergüenza


...se ha investigado

que el clima conjurado del otoño

no tuvo la culpa del corte de la oreja

de van gogh,

la turbidez del aire, los efluvios

de gases consentidos, 

los pedos franciscanos de las vacas

o el exceso de cadmio en los colores

que usó para pintar los girasoles no debieran

confundir a la mellada inteligencia

camuflada de buena voluntad. 


viernes, 14 de octubre de 2022

Con olor a humo

 


Sigo el rastro aéreo de los cuervos,

ellos, con su conversación, 

jalonan de pausa las subidas, 

todo está en cuesta aquí y se me cansa

el dolor, gravita sobre mi vejez

el asma de las piernas, 

no hay respiración que agote 

la gran cascada de argumentos

a favor de volver, de regresar al humo

y rescatar de entre los pergaminos

el rumor de torrente que debiera

acompañar a una partida de ajedrez

con el rey sabio, 

mientras se cultivan las palabras

que han de florecer en las cantigas.



jueves, 13 de octubre de 2022

Días de otoño

 


Voy camino del monte,

espero encontrar algo por ahí

que dulcifique este color tan pardo

de las cosas usadas, 

no consigo eludir esa experiencia

que imita un paño vegetal,

algo cosido con aire a nuestra vista

y que se alimenta de memoria y lejanía,

regresaré de noche, 

orientando mi oscuridad con las farolas

de la imaginación, oyendo 

la respiración urgente de los lobos

que me acompañan, ellos saben

humanizar mi soledad, leerme

el emocionado cuento de los niños 

asilvestrados que llamaban madre

al calor dibujado por la lumbre.



miércoles, 12 de octubre de 2022

Stricto sensu



El límite 

del conocimiento

no está en lo que la vista alcanza a ver

ni en lo que el tacto reconoce 

como algo vagamente familiar,

palpamos o miramos

desde la oscuridad, temiendo el filo

de lo que la novedad esconde,

por eso siempre

la vista va delante de los dedos,

la flor anticipándose a la espina,

igual que el pájaro

que ni se deja tocar ni ver, 

pero se intuye

como el perfume de las rosas.

martes, 11 de octubre de 2022

Los hijos del oasis

 



                (Evanäscente)


Recuerdo ahora

mirando el arroyo que al huir de ti

moja la orla de tu manto

la mañana en que Adán se marchó, siguiendo

el sangriento rastro de Caín, llegó al oasis

y mezcló con ellos su alma dolorida, 

probó la carne y el sabor inmundo, 

pero vio los huesos de Abel en la hornacina de la devoción,

embadurnados de ocre y mezclados con los de sus deudos, 

ellos que también mojaron con sus lágrimas

la orla de tu manto y hasta tu calcañar

acostumbrado a la cerviz esclava,


Ahora Caín es el alcalde errante de ese lugar 

y honra la cara de su padre guardando un orden

al sentarse a la mesa y repartir la carne

que ha conseguido arrebatar a tus altares,

luchando por su dieta vegetal que tu le arruinas 

con una lluvia escasa y los ensayos

de plagas reservadas al futuro,



lunes, 10 de octubre de 2022

Dejar una ventana abierta

 


Del espejo del agua

tomé tu imagen

y la estampé en la página del cielo,

no era pájaro, ni flor, ni nube

pero aprendió a volar,

olía como las violetas 

y cada tarde 

caía mansamente igual que lluvia

sobre a sed eterna de la tierra.


domingo, 9 de octubre de 2022

A veces

 


A veces lloro

sobre el silencio derramado 

como leche materna sobre el lomo

del depredador que ha devorado

a mis presuntos hijos,

soy incapaz de adivinar

cual es el peligro carnicero

que me acecha tras el escarol de la lechuga,


a veces tenso el arco

de Ulises y disparo sin mirar,

el blanco no es la fiesta individual

de cada pretendiente

sino la exhibición obscena

de una cobardía colectiva 

acosando a Penélope, yo busco

el corazón de buey de comensales 

acostumbrados a pesebre 

mientras las flores cargan con el peso

de su belleza involuntaria.




sábado, 8 de octubre de 2022

A todo cuento debería asistir una verdad divinizada

 


El compulsivo contador de historias

iba por el camino, le oí decir:

líbrame de mi mismo y nunca esperes

a escuchar el final, si cedes

a la tentación acabarás diciendo con tu propia voz

lo que supones que pienso yo y no digo,

no siempre la construcción de la verdad

se ve obligada a recurrir

a materiales verdaderos, todo

lo que está en construcción es poesía,

posibilidad, prometedora espera

de algo que nunca va a llegar, (ahí se toma

un respiro, busca un final decoroso a este babel),

la fusta suena sobre las ancas del caballo,

luego un trotecillo, luego un alocado galopar,

luego se verán las chispas

que las herraduras hacen saltar de las pulidas

losas de pórfido del templo,


un final decoroso, piensas, 

este dorado sacrilegio, 

aunque sin la verdad divinizada 

que apuntala cualquier mitología. 

viernes, 7 de octubre de 2022

Sin memoria no hay vuelo

 


                  (Evanäscente)


Cuando me dirijo a ti 

debo confiar en la memoria, 

se olvida pronto lo que no se ve,

ando ahora

en esa disyuntiva entre tomarte en serio

o imaginar que estás en mi cabeza

en forma de dolor, como habitante ingrato

al que sólo disipa la aspirina,

muchas horas holgando en el bochorno

tropical de sensaciones blandas, sin la urgencia

de recurrir a la palabra para probar que se es

y percibir el eco regresando a tu oído, 

aquí todos hablamos con los ojos, 

por ejemplo Adán, él es algo

que se da por supuesto, aunque no esté,

menos claras son las ausencias de Caín o Abel, 

o las idas y venidas de las niñas 

a las que nadie puso nombre y hacen 

del tiempo una guirnalda,

sólo te llegan sus miradas con esa carga tibia

de imbecilidad o pasmo

que renuncia a ir más allá del rodal de sombra

del banano que les da cobijo,

supongo que ellos pensarán de mi lo mismo, miramos 

el mismo espejo con dos caras de idéntico bruñido,

todavía me río al recordar

el gesto de estupor de Adán cuando una cebra

le estampó en la frente una certera coz

mientras trataba de ahuyentar las moscas

con una rama de sabina, no entendía

que el celo la pusiera tan nerviosa, 

le dije:

es un modo sutil de seducción, 

pero él no es tan sensible a las señales

como la flor de la mimosa al abejorro libador,

la soledad nos une

con el mínimo perfume de la vecindad,

pero dejamos

que el aire purifique los momentos más cercanos

usando si es preciso la rama de sabina.


jueves, 6 de octubre de 2022

Un paño húmedo en su frente



                       Julia, única hermana

 

Hace muchos años

en el oleaje turbio de la adolescencia

el mar se llevó una concha

que previamente había desechado

en la playa glacial de la posguerra

tras despojarle de su perla,

llegó subiendo igual que una marea,

lo mismo que la fiebre o la oscuridad

tras el ocaso,

todo lo deshojó, la sombra blanca del espino,

la sonora huella que dejaba

el piar de los gorriones, el rumor de selva

de los años sin granar,

                                          entonces 

el dolor aún no tenía cara, aunque a veces

se dejaba sentir

en la rigidez de las articulaciones o en la palabra 

festiva que se quebraba entre los labios, 

pero sin llegar al alma, el frío era un ensayo

para acostumbrados al invierno

y no tenía parangón con la quietud tan prolongada

de los latidos, atentos sólo

a señales traídas por el aire desde el lado norte,


yo no lo vi llegar, fue un halo

de contrición sin culpa, lo mismo

que el veneno vertido en el oído

del rey durmiente, la asechanza

contra una Ofelia virgen que no ha sido

capaz de emanciparse de la edad del juego

sin apuestas, pierdes siempre y al perder

haces que todos pierdan

en proporción a lo empeñado 

frente a la usura secular,


fue un verano breve o primavera

mal alimentada que prolongó su espasmo

entre sofoquinas y calambres, luego

la medicina torpe de la nieve jugó con el termómetro,

la luz se fue atenuando

y el olor salado de las lágrimas

me hizo despertar a media noche, 

no recuerdo más:

la danza medieval juega con negras

y las blancas, cercadas, abandonan.


miércoles, 5 de octubre de 2022

Hula hoop

 

                      (Evanäscente)


Qué fue de aquel aro de colores

que rodeaba la cintura adolescente 

de mi anterior edad, las siestas

de Adán, interminables y litúrgicas

en la calima intencionada

con que la eternidad se difumina,

nadie advirtió a los globos del peligro

del rosal, de sus espinas curvas, simple juego

mortal o pasatiempo sin vuelta atrás,

yo ensayaba caminos en la modorra de la tarde,

y el cielo ya empezaba

a manifestar estos colores enfermizos

de los vapores del volcán, un paraíso

con amenaza, me encontraba

cadáveres antiguos, los huesos mondos

de tu guiñol con seres no creados o creados

para divertimento de unos pocos, 

y pensaba en el cieno verde de las aguas

demasiado limpias, o en el vaho atemporal que oscurecía

nuestra ignorancia impúdica del tiempo,

el ojo lateral del marabú, sin párpados, 

parapetado en un diafragma fotográfico

sin la adecuada pausa de la cámara oscura

me hace pensar en ti, se sabe

que todo lo blanco se ha de ver

positivado y hasta acusador cuando las placas

salgan de la cubeta bautismal y afloren

con rabia los oscuros nombres, lo malo

de ser eterno es que no hay tiempo

pasado que se pueda borrar como un mal sueño,

noches de borrachera sin alcohol

dedicadas al sexo impredecible

de la soledad, la lluvia ardiente de Sodoma

cayendo sobre ti y los cuervos

huyendo de la caja nido de Noé,

qué sabes tú de humanidad si ahogas

todo lo que emerge o sacrificas

la espontaneidad caliente de los juegos

que rozan o penetran en la piel,

yo siempre

soñé con ir de picnic, coger moras

y disfrazar de oscuro el traje blanco de mi desnudez

por simple simpatía a los que nacen 

tatuados ya de bronce y abandono, las flores

apenas son visibles sobre claro, 

me gustan los eclipses -tu dolor- que paralizan

el cristal del mediodía, recibirlos 

como una nieve de verano, ni sol ni luna

subidos al altar, tú mismo

buscando un cobertizo no eclesial para pasar la noche,

con curiosidad, sin adivinar que todo 

funciona a tus espaldas 

como el aro dorado del principio.





martes, 4 de octubre de 2022

Cita en El Retiro

 


                         (Evanäscente)


Una mesa de plástico,

dos cervezas y un platillo de olivas,

cualquier promesa sirve

a la imaginación para olvidarse

del rigor temporal y columpiarse

en las lianas flexibles del pasado,

te hago bajar del aire y la sombrilla

aletea nerviosa, una noticia

se arrastra por el suelo incendiado de octubre,

es oro falso pero al retablo luce igual,

vas a hablar conmigo lejos

de tu escenario, sin las interrupciones

del asistente alado, aquí se emplean

sólo servilletas de papel, no usamos grabadora

ni tomamos notas, siempre hay gorriones vigilando

porque cualquier migaja sirve

para aplacar el hambre, tú lo sabes bien,

somos tus criaturas, pero nadie

tiene el alimento asegurado.


(El redactor jefe de La Biblia

usa gafas de edad para leer).


Te propongo un silencio, sólo un guiño

como homenaje al perro verde 

que ha subido a buscar en la colina

su gran silencio.


Como siempre empezaré mirándote a los ojos

para que entiendas la pregunta:

cómo, cuándo y para qué, ya sabes.

lunes, 3 de octubre de 2022

Nº 21 en sí bemol mayor (Schubert)

 



Sorprender a Schubert

desenredando la sonata para piano

nº 21 en si bemol mayor, -qué grande

debe ser el mundo del sonido

para diferenciar un sí mayor 

de otro menor, contando

con que el bemol lo ablanda todo

y que el "si" o el "no" sólo suponen

un pequeño matiz frente a la inmensa 

posibilidad sonora de la duda-,

subo despacio la escalera

de su allegro menor, contando 

los peldaños de acero de las cuerdas 

del piano, y llego

hasta la gloria del cansancio, cómo añoro

el tostado color del oro 

de la piernas de las majorets, bailando

como los dedos del pianista,

pero he de detenerme a descansar,

aún quedan 

otros tres movimientos y mi pulso

ha alcanzado una cifra amenazante

para corazones fatigados.

domingo, 2 de octubre de 2022

Los conjurados de la luz



He salido temprano,

tenía intención de coronar el cerro

y presumir frente a los pájaros

de mis colores vivos y mi timbrada voz,

llevaba ropa de domingo 

y la insolencia amable de los versos

de ese irlandés de nombre impronunciable

para leérselos a dios y arrebatarle

la primogenitura al aire, 

su ángel más veloz y transparente,

pero la niebla me apagó la voz

y grazné con los cuervos

una estrofa corta de Ezra Pound. 


Hoy disfruto el castigo

de los conjurados de la luz.


sábado, 1 de octubre de 2022

Estrenar calzado jubilar



Piensas: 

puede ser falsa la numeración,

se han alterado los carteles

que civilizaban el camino, 

en algunos el tiempo ha diluido

la leyenda didáctica que apunta norte o sur

y hasta el color reglamentario

que distingue un GR de otras rutas,

ahora le damos al azar la mano 

y como discípulos de Brueghel

seguimos la mentira de quien nos antecede,

no miras ese pájaro que canta, 

ni hueles la resina o  el dolor de la tierra mojada,

sigues

un camino ya pisado, crees

que ya lo has visto todo y dejas

tu mirada blanca sobre el agua

para aprender de su cantar de ciego

lo que la pereza te impidió mirar.