sábado, 8 de octubre de 2022

A todo cuento debería asistir una verdad divinizada

 


El compulsivo contador de historias

iba por el camino, le oí decir:

líbrame de mi mismo y nunca esperes

a escuchar el final, si cedes

a la tentación acabarás diciendo con tu propia voz

lo que supones que pienso yo y no digo,

no siempre la construcción de la verdad

se ve obligada a recurrir

a materiales verdaderos, todo

lo que está en construcción es poesía,

posibilidad, prometedora espera

de algo que nunca va a llegar, (ahí se toma

un respiro, busca un final decoroso a este babel),

la fusta suena sobre las ancas del caballo,

luego un trotecillo, luego un alocado galopar,

luego se verán las chispas

que las herraduras hacen saltar de las pulidas

losas de pórfido del templo,


un final decoroso, piensas, 

este dorado sacrilegio, 

aunque sin la verdad divinizada 

que apuntala cualquier mitología. 

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