lunes, 10 de octubre de 2022

Dejar una ventana abierta

 


Del espejo del agua

tomé tu imagen

y la estampé en la página del cielo,

no era pájaro, ni flor, ni nube

pero aprendió a volar,

olía como las violetas 

y cada tarde 

caía mansamente igual que lluvia

sobre a sed eterna de la tierra.


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