miércoles, 12 de octubre de 2022

Stricto sensu



El límite 

del conocimiento

no está en lo que la vista alcanza a ver

ni en lo que el tacto reconoce 

como algo vagamente familiar,

palpamos o miramos

desde la oscuridad, temiendo el filo

de lo que la novedad esconde,

por eso siempre

la vista va delante de los dedos,

la flor anticipándose a la espina,

igual que el pájaro

que ni se deja tocar ni ver, 

pero se intuye

como el perfume de las rosas.

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