sábado, 30 de abril de 2022

Átomos

 


Qué extraño el reino de los átomos,

ellos no conocen la conciencia de lo inferior, 

suponen que el mundo es un hermano

mayor que ha sucedido sin yuxtaposición ni esfuerzo,

como ocurre con ellos, sin amor ni maternidades interpuestas,

verlos así, desnudos,

sin esperanza de juntarse con otros de su especie,

eternamente condenados a una guerra 

de protón a electrón,

Rómulo y Remo amargando la vida a su madrastra,

y todo porque a alguien se le ocurrió censarlos

con ese nombre tan ingrato.

viernes, 29 de abril de 2022

Con animales vivo

 


Con animales vivo,

ellos, fieles a su terrena condición de campesinos

ni aran ni cosechan, pero siempre

encuentran el sustento repitiendo

los ciclos naturales, ellos no conocen

la judicial parábola -non providens-

que los coloca en mejor plano

que al esforzado cultivador de latifundios,

sólo atienden a rectitud, abriéndose

como paisaje al viento y se resignan

a sólo ser felices sin hacerse

preguntas sobre el tiempo o la justicia,

sin pensar para nada en el futuro.

jueves, 28 de abril de 2022

Un viaje que no acaba

 


En ese libro está encerrado Ulises,

me susurró la sombra

proyectada en la arena por la roca

que tapiaba la cueva,

fui leyendo huellas en la playa, 

la extraña caligrafía de unas aves

conocedoras de otros mundos

de complicada traducción, y supe,

o eso creí yo, que Ulises era

el reclamo perenne para darle

credibilidad a los vaivenes

del mar y sus leyendas,

como si el libro negro de la cueva

dictara la deriva del gran viaje

que no tiene final.

miércoles, 27 de abril de 2022

Ya está cerrado el bar

 


Ya está cerrado el bar,

las tazas apiladas se entrechocan

cuando ruge el camión de la basura.

los vasos hablan un idioma con aristas,

y los cubiertos vibran en el último cajón

junto a los platos puestos a escurrir,

en las afueras

suena un reloj, casi las tres,

los brillos del metal se cruzan miradas frías,

se diría que no logran apaciguar la furia

de una jornada laboral sin pausas

y mantienen en alto los agravios

aunque hayan bajado las persianas.

La noche rueda por la acera

como una bola vegetal y en la distancia

se oye ladrar a un perro,

hoy la luna no ha salido.



martes, 26 de abril de 2022

Por la playa

 


Después de muchas horas

de vagabundeo por la playa

he llegado a traducir al castellano 

los agujeros rítmicos que el padre de S. H.

fue dejando en la arena con su bastón gaélico,

como si fuera 

un rústico bolígrafo de boj, siempre dispuesto 

a sacarnos de un apuro

al cruzar las dunas del invierno.

lunes, 25 de abril de 2022

El sueño del falsificador

 


Duermo con el plano del templo

debajo de la almohada, cuatro líneas maestras

cercadas por un peristilo 

de puntos negros, un rectángulo 

de sagrado silencio que se impone

al crujido enfermizo del papel. 

Hasta esta periferia

nunca llegó con suficiencia

el caudal de creencias y sestercios 

para justificar la construcción de un ara

a un diosecillo secundario,

yo mismo dibujé los planos y los guardo

debajo de la almohada para darles 

el deterioro con que la antigüedad

adorna a las mentiras memorables.




domingo, 24 de abril de 2022

Tras el canto dorado de algún libro

 


El río labra un cauce

para que el agua fluya y llegue al mar,

el aire mueve las hojas

para que los árboles respiren,

yo muevo los pies

para que el dolor y la esperanza

no alcancen el final al mismo tiempo.


sábado, 23 de abril de 2022

Mobiliario urbano

 


Se para en una esquina

y se dedica a contemplar el lujo

del aire entre las ramas, cómo hace llover

el exceso de flor, las ya maduras y arrugadas,

en el suelo

algo oscuro las agrupa y configura

milagros de ikebana horizontal,

una rama toca en el cristal llamando 

a la luz que duerme dentro,

cuéntame, le dice, cómo ves la calle desde ahí,

cómo imaginas

el olor del café que el bar abierto

esparce por la vecindad, sus luces

de cóctel proletario, su cansancio

de insomne faro de la noche,

las cosas hablan sin contar con él,

parado en una esquina, gemelo del dolor de las farolas,

tan inhumano, tan casual como eso que se nombra

como resignado mobiliario urbano.

viernes, 22 de abril de 2022

Ya tienes edad para ello

 


No rompas el cristal,

no friegues la vajilla, no te mires

al espejo tantas veces, procura

que tus ojos sigan el ángulo del sol,

y ahora que tu muñeca se ha liberado del reloj

no pretendas ser puntual, el antro

de la felicidad no cierra nunca,

aunque sigue tan vacío como siempre.

jueves, 21 de abril de 2022

Escribiendo un único poema

 


A medida que el tiempo se va haciendo

un enfermo más de la familia

voy dejando de usar los arabescos

de la movilidad para mis nietas,

andar a pata coja, jugar al corro 

y, sobre todo, quedarse sentadito

tras el estrambótico estribillo,

a la poesía 

le hacen mucho daño los cristales 

con cataratas de los años,

al ver tan mal de lejos se conforma

con recorrer a ciegas el camino

de la obviedad emborronando

la misma hoja de papel 

con el mismo poema repetido.

miércoles, 20 de abril de 2022

Al despertar de la anestesia

 


Bajo las puntadas de la aguja

bulle la sensación, algo aún sin geografía periférica, 

delata un balanceo de la sangre,

a cada puntada corresponde un único latido 

y en cada latido estalla

la sinestesia de la levedad,

tan grandes y tan débiles 

como los gemelos que a distancia 

comparten un dolor y reproducen 

las erupciones del volcán dormido 

en una dimensión ajena

a sus respectivos cuerpos.

martes, 19 de abril de 2022

La masa temporal es densa


Regresa a casa,

después de un tiempo de sopor regresa a casa 

y advierte que la masa temporal es densa

y resbaladiza, igual que los arbustos que se asoman

al arcén de la autopista,

no sabe ya a dónde mirar, lo ha visto todo,

y la raya blanca en el asfalto

le recuerda a los hipos que interrumpen de modo discontinuo

una conversación con trampa, tu hablando de los ecos

que han quedado abajo, las gaviotas, el arrastrarse de las olas

sobre la arena, el abrasivo roce de los huesos de jibia, 

la blancura endurecida por el sol de los veleros

en medio del mar verde,

tiene hambre y sed, una botella de recuerdos,

una bolsa de sal y almendras, repostar, dormirse

sin cerrar los ojos soñando con Orfeo 

y allá muy lejos, a la espalda, el recuerdo de Eurídice 

dejando una rastro ingrávido en la arena.

lunes, 18 de abril de 2022

En lugares de sombra

 

                  (sin cobertura)


Unos ojos miraron

durante días y no vieron

más que bruma y distancia,

las aves de la luz no siempre vuelan 

a lugares de sombra, como si algo

tan escolar y necesario fuera un simple

farolillo de feria, una llama

pintada en un papel.

Flor de terraza

 

Subida ahí,

flor de terraza sometida a vértigo,

no tiene coloración ni aroma,

toma el sol y fortalece

su sensación de cremallera semiabierta

con la voz tan fruncida como un clavel, 

-sin serlo-, tan cotizada

como metal sembrado, capaz del cien por uno,

-aunque le subleven las parábolas-,

una entre un millón y puede

que más única que dios, -de estos hay muchos-,

esta flor de cocción, de ágil cerámica

podría confundir la pituitaria

de un sabueso alfarero

si luciera en el pelo de Beatriz

y Dante la buscara

en la mufla más alta del infierno.



domingo, 17 de abril de 2022

Viendo pasar

 


Creo y me arrastro

por esos vericuetos de la fe,

pero sin atender a consecuencias,

prefiero el campo verde de la preignorancia,

en ella el fuego

arde más lento y se ilumina

el entorno rodeado de columnas

donde dormita el monstruo

que responde al nombre de verdad.

Me niego a ver lo que otros ven

como colores naturales,

esa es la ventaja

de ignorar complementos o dejarlos

abandonados a sí mismos

frente a la rigidez de la sintaxis.

sábado, 16 de abril de 2022

Introducción para una mística

 

Mirad a este rincón donde se guardan

los ecos de palabras nunca usadas,

la cocina del verbo con su toxicidad

y la amenaza permanente de los miedos personales,

todo suena aquí

a teatro leído por actores sin caracterizar, 

a vestuario anticuado para monstruos,

es la pausa que anuncia la levitación

donde entre hipos se comprueban 

las desnudeces hilvanadas a la piel 

por hilillos dorados de sutura

que ni cosen ni visten, pero ayudan

a sostener con enternecedora contumacia

una arquitectura del dolor

entre andamiajes de anestesia.


viernes, 15 de abril de 2022

Con el crujido de la normalidad

 


Sé reconocer el ruido

que se alza con el sol de la marisma,

en los techos dormidos se reflejan

sobre teselas diminutas los graznidos

de las gaviotas grises, mezclándose

con algo de la luz quebrada de las olas,

me sabe a sal el aire, a yodo la humedad,

y a veces creo que al respirar mastico

el crujido de un caparazón de sepia

y me invade un regusto de blancura tan medicinal

que acaso ayude a liberar mis sueños

de pretensiones desmedidas.

viernes, 8 de abril de 2022

Tubos de forja en la collada de los vientos

 

Sigo a la escucha,

nada suena como tu voz,

los tonos altos los recibo

como gotas de lluvia, los más graves

con estremecimiento, tengo

fijos los ojos en la luz

que declina al oeste, 

tarde, muy tarde ya para buscarte nombre,

si hemos cubierto la distancia

entre la fragua y el altivo mirador

es que nunca fue necesaria

la mano del herrero para hacerte

sonar con esa voz tan inhumana,

¿o quedarás en instrumento

capaz de aprovechar los recovecos 

de la casualidad para que el viento

saque de ti un lenguaje?

jueves, 7 de abril de 2022

De Crónicas bárbaras



Ahora que el canal ya va por alto, 

con el agua cabalgando los arcos de herradura

del acueducto, nos sentimos

huérfanos de afán, sin herramienta

para azuzar a algún vecino murmurador

o al que nocturnamente

desviaba nuestro derecho de aguas

por otros derroteros, ya no somos 

la afanosa cuadrilla que soñaba

proyectos imposibles ni escuchamos

en la pausa para comer 

el graznido civil del arrendajo entre la aulaga

hilvanando concordias,

no nos dimos cuenta de que el muro

alzado en curva tiene

virtud de anfiteatro y reproduce

la más ligera brisa con aullidos de huracán,

así que, atentos con lo que se rezonga

porque ahora la herramienta está ociosa y puede

combinar su función de conductora de agua

por la más aguerrida de la sangre.



miércoles, 6 de abril de 2022

Alma de grafito

 


¿Qué nos quedará al final

a quienes escribimos versos

sino ese estilete puntiagudo

con alma de grafito que separa

la sombra de la luz?

entonces, cuando el final decida

despojarnos de todo seguiremos

con los dedos manchados de ese aceite

para dibujar un pentagrama

de obligado silencio

sobre el muro de cal de la memoria.

martes, 5 de abril de 2022

Noctámbulos esperando a Hopper

 

Caminaba en sueños por una calle gris,

estaba solo, aunque a los lejos

se percibía el movimiento de figuras

semejantes a postes con un barniz de humanidad,

también las calles se perdían en soledad con el aspecto

de cintas trasportadoras de un material ausente,

sentí sed, frío en las manos y calor en la frente,

busqué un bar donde mirar al sol nocturno

a través del cristal, sin paredes que hicieran

incrementar la sensación de alerta,

 y allí estaba, al final, haciendo esquina

la mejor soledad en el local de Hopper.

lunes, 4 de abril de 2022

Un mar de papel con islas de agua

 


Alguien abre la ventana,

llega la lluvia, se asoma sin entrar y escribe en el cristal,  

el viento la empuja dentro, suavemente, como sin querer,

las gotas caen sobre la mesa, 

mojan el libro abierto y resucitan una historia 

que había dejado de vivir,

de vez en cuando se oye

el tic tac de las gotas golpeando en el papel

y algunos personajes despertados de súbito 

se esconden bajo las lonas de la sombra,

se oye un tren que cruza la lejanía antigua

oliendo todavía a carbón y a alarido

como en los días de la infancia,

ya es de noche,

alguien ha venido a encender la luz y ha cerrado la ventana,

las cosas vuelven a sentirse bien, seguras,

la lluvia fuera, el papel sosegado con sus islas de agua,

-la novela versaba sobre el mar-.

domingo, 3 de abril de 2022

Perder el norte

 


Estas son las reglas: busca

en el diccionario un significado 

para definir la sensación de sur,

-la primera acepción que te proponga-,

las aves rosa sobre la marisma,

el reverbero animal de las salinas

con su brisa rastrera

que deja en la piel un hormigueo

de calorcillo y yodo,

después, cuando ya el hambre

se desenrosque en el estómago

como una sierpe sin veneno,

podrás pedirle a los cartógrafos

que te dibujen un camino

para llegar al chiringuito

y tomarte un fino con olivas.

sábado, 2 de abril de 2022

Matías Flores, "trono"

 


                             (el que ve las cosas)


Todo se quedaba corto en su dimensión sin diques

tras rebasar los usos taxonómicos

para coros angélicos, 

nunca se sabía si al hablar usaba

esos recortes de la niebla que se quedan

en las ramas floridas del espino 

o si sus palabras eran las vedijas

de lana que la alambrada arranca a las ovejas,

corredor tras el viento, descubridor de nombres

para perro, vaca o hierba que remedia el andancio,

cuando cabalgaba sobre el pretil del puente 

el agua reflejaba sus recuerdos 

en las personas, cosas o animales

que lo cruzaban, como si obtuviera del caudal

un rigor metafísico de espumas

que, sin llegar a ser, exhiben

el poder de la alquimia sólo para visionarios,


(a ver quién es el sabio que lleva a traducción estos excesos

sin incurrir en puro trabalenguas).


viernes, 1 de abril de 2022

La lectura del viernes

 


El semanero dijo:

hay un cementerio subido a las espaldas,

a nuestra costa avanza,

sube cuando subimos y cuando bajamos baja,

él nos recuerda

que el silencio preside la verdad: 

se dice así, con mímica, con el miedo en los párpados

por lo que el exceso de palabras

pudiera poner de manifiesto,


los cipreses aman la soledad y en ella crece

la vida de los pájaros,

sólo a ellos se les permite el regocijo

de la primera luz de la mañana,

la reciben cantando, para que el soplo cálido

de su respiración pueda llegar hasta nosotros.