miércoles, 31 de enero de 2024

Lo más duro del invierno no es el frío ni el barro en los caminos o la indiferencia de la nieve borrando los paisajes, lo peor del invierno es la pereza, varios meses con los pies cansados, usando ropa enemistada que ni siquiera da calor, consultando a las llamas de la chimenea lo que la niebla nos impide ver; y todo porque el refugio se ha ido llenando de agujeros y nuestra intimidad ahora consiste en alejar lo más posible la intemperie

 




Subí al monte,

miré con simpatía la madriguera de los zorros,

me llamaban con la acidez de su ladrido,

sube, me decían, sube solo, sin escopeta y sin merienda,

apenas tu conciencia de animal, el miedo a lo distinto

tal vez nuble tus ojos pero te traerán derecho

las veredas de olor y los sonidos del instinto,

comeremos juntos a la sombra de un roble,

el arte de vivir es eso que discurre entre las hojas

y parece brisa pero no lo es,

nosotros lo sabemos, dos sombras confundidas

en la sombra de un roble, cada una dudando de la otra,

rozándose a distancia por medio de la brisa,

la mirada sutil de las antenas del bigote

midiendo cada poro, cada vendaval del pensamiento,

inusual recompensa, pero al final de la estasis 

alguien preguntará: quién anda por ahí, 

y una voz con escozor de aljibe

hará que desistamos de este encuentro.

martes, 30 de enero de 2024

Algo se quema en la sartén de Brueghel, de los ojos de uno de los ciegos sale una bandada de pájaros armónicos aunque no visibles, suena todo a bastón sincronizado, pero qué dirán, nada sabemos de sus voces, ellos ignoran su parábola, si en esa fila hay alguien más que no aparece, si tocarán algún extremo que les dé seguridad, si habrá futuro o han posado simplemente para que se rían de ellos

 




Nací con esa

debilidad divina de la ceguera,

y camino por el borde doméstico de lo conocido

respiro el aire recortado a tijera por un niño arúspice, 

aire bronco por fuera aunque de azucarado corazón,

reconozco por el sonido las monedas

que me dan a la puerta del mercado para desayunar,

la voz urgente de alguien que no desprende estela,

los ácimos saludos, la distancia

que salvaguarda del contagio, los hexámetros

rimados por el rap incómodo de un homero

vestido de amarillo, la voz, el trueno, los mensajes

de una radio promocional, traduzco con las yemas 

el vacío encriptado del más allá

y me deben mirar como a un leproso.


lunes, 29 de enero de 2024

A partir de entonces mi suerte decayó, pasé a emplearme como acosador de impagos de alquiler, anduve en la labor de vigilancia para un cartel del narco, llegué a uniformarme como funcionario de prisiones y otros cometidos más oscuros; hasta tal punto mi alma se abandonó a la indiferencia que no fui capaz de distinguir cuando sonaron aquellas explosiones, podrían ser petardos pero yo descargué mi munición sobre aquel cuerpo emplumado que al parecer era una arcángel que ensayaba el carnaval

 




Vi a dios cogiendo flores en el prado,

el triángulo de luz sobre su nuca,

el pelo blanco y el ropaje gris,

el gesto contrariado de quien soñó con algo

y quiso realizarlo pero no acertó, 

su mano saludaba con desgana a los caminantes,

oí que las campanas tocaban a oración 

y él no se paró a rezar, -qué raro-,

vi cómo miraba a una paloma huyendo del acoso de un halcón,

unas gotas de sangre dibujaron una greca roja

en los remates de su túnica,

al regresar al pueblo vi el mercadillo de disfraces,

el vendedor examinaba unas monedas 

que al parecer pesaban demasiado

para ser oro de ley.

domingo, 28 de enero de 2024

Sólo es carpintería, la viruta acabará llenando el suelo y el aire sonará a resina, lo mismo que el pinar antes de la llegada de las hachas; no prometas nada, cualquier mueble por útil y adecuado que parezca no pasará de ser un mal recuerdo de talas y ordalías

 



Ha mirado su agenda,

hojas de porvenir que ofrecen oro

como inversión de otoño, luces

de cobre y azafrán rozando 

los arrabales de la noche,

asoma una raíz, ese resorte

subterráneo que espera siempre

la llegada de un dios con la herramienta

adecuada para hacer milagros,

así ha de ser, nosotros

solo podemos completar tarea

para pasar la página

y comprobar que ya está escrita

la siguiente encomienda,

cualquier futuro queda atrás.

sábado, 27 de enero de 2024

Podrá caer en tierra, sumergirse en el oleaje fértil de los páramos, guardar reposo durante unos meses para afirmarse en el silencio; después hurgará con un palo en el cono civil del hormiguero hasta provocar un levantamiento militar donde hordas de furor y calentura harán crecer la guerra como algo natural e inevitable; eso compensará nuestra impaciencia

 




Rogaré al sol que te acompañe,

tú sigue creciendo como si algo

elástico y aéreo

se hubiera instalado en tu interior,

en la pared del templo familiar

entre muñecos y árboles ingenuos

se pueden ver aún las marcas 

de rojo almagre señalando

un firmamento adolescente que subía

como la espuma de una inundación,

se te quedaba corto el impermeable 

entre lluvia de otoño y primavera,

tus cuatro alas asomando

con la ingenuidad de los dibujos

y el azul de un cielo cada vez más cerca

del salvaje adjetivo que inventaste

para explicar tu crecimiento.

viernes, 26 de enero de 2024

"De un tonel a un barreño, de un barreño hacia un balde, de un balde a una taza, de una taza a un dedal. Así se va nuestro reloj vertiendo", y cómo se ven alejarse nuestras islas desde esta balsa donde nadie sabe ni ha querido aprender a nadar

                                                                                     (") Yolanda Castaño




Tú adelante,

como si nada oyeras, guárdale respeto pero calla, 

que el silencio hable por ti mientras dibujas adivinanzas en la niebla, 

sé más sibila que casandra cuando profetices algo,

el cordero bala por simple biología

pero tú has de discurrir como un arroyo entre rumor y sueño, 

no hay memoria para quien lo guarda todo en los bolsillos del vaquero, 

luego se lavará

y los recuerdos se irán inadvertidos entre espuma y suciedad,

nada quedará tras el centrifugado salvo el enloquecido vacío familiar

de las tumbas labradas en la roca

que se adaptan a su destinatario

con la opresiva precisión de un guante.

jueves, 25 de enero de 2024

No en la sombra o en los lugares frescos, sino al sol, en pleno fuego es donde debes ocultarte; ahí nadie se para a investigar presencias ni se organizan fiestas de disfraces; pasarás inadvertida a solas con el sol, sabiendo que tu piel aún permanece protegida por la inmortalidad superficial de las criaturas imperfectas

 




Podrás comer tan sólo

la manzana pintada, dijo la voz,

Eva se acercó al arroyo y construyó un pincel con juncos,

luego regresó al gran árbol

donde hacía guardia la serpiente,

ya no había manzanas, pero en el aire

aún permanecía el olor perfumado de una ciencia

que apostaba por la utilidad más que por la teología,

rompió el pincel y con espinas se construyó una aguja,

no para coser con ella un artificio con que ocultar su desnudez, 

sino para pinchar la piel de los arcángeles

y comprobar si en su interior había sangre,

luego traspasó la verja sin mirar atrás.

miércoles, 24 de enero de 2024

Lo mismo que la luz el perro va delante, olfatea el aire, escudriña sombras, ventea las presencias que siempre acechan sin asomar, hace varias veces la ida y vuelta al recorrido, ladrándose a sí mismo antes de girarse y preguntarnos a nosotros: será verdad o sólo yo lo veo

 



El mundo es grande, recorremos

el camino engañoso de la realidad, 

en medio hay un charquito,

pisó una vaca  y dejó a la luna prisionera,

se ve feliz en su mermado cielo

dudando si la de arriba es un reflejo,

si el plagio es ella misma o son gemelas,

cuando el verano llegue se agostará ese mar

y el caminante se quedará sin luna,

en la oscuridad perduran unas piedras de luz,

nos llega su poderosa lluvia de fotones

-aunque incapaz de rellenar el charco-

y habremos de esperar a que algún libro

de física aplicada pulse el interruptor

y nos aclare el acertijo,


martes, 23 de enero de 2024

Fíjate en ese rostro que aparece aún sin dibujar en el jardín de fra angélico, tomará de aquí los ojos, de allá los labios o la boca, de los zarcillos de una trepadora los cabellos; luego habrá que hallar la perspectiva suficiente y formular un corolario como se hace con las floraciones filosóficas; pero aunque no lleguemos a captarlo sabremos que está allí, como el anuncio de algo que irá llegando a cada instante

 

                              para Freya que ya apunta a primavera

                              con sus primeros brotes



Se ve arriba, colgada

en el tendal del aire

y no es caligrafía de escolar 

ni jeroglífico encriptado 

sino la fría luz de enero,

la inmóvil trasparencia

de los días helados que se ponen

al sol como lagartos de levita gris,

luego vendrá la primavera 

y volverá a escribir usando ese cuaderno

de tapa azul y entraña verde

donde nosotros conservamos 

como en tarros de vidrio

la mermelada cuneiforme

de nuestros palotes iniciales


lunes, 22 de enero de 2024

Cualquier estalactita toma la voz del agua y en su acento siempre será reconocible el residuo calcáreo de la roca que se dejó invadir como una madre para que algo diferente al agua y la caliza pueda trasmitir conocimiento; desde esa alquimia congelada es más fácil entender los otros modos con los que la realidad se manifiesta

 




Igual que aves marinas volamos al encuentro

de un peñasco escrito con guano blanco y escarificaciones

de fiebre tropical, en él aguardan 

como una enfermedad en pausa todos los sueños

de los antepasados, unos ojos abiertos,

las valvas de un marisco intemporal,

el pelo blanco de los dioses del mar y algas moradas

que mantienen su temperatura estable todo el año,

un corazón con sangre de verdad y el arrastre

asordinado de las olas que recuerda el fluir de las nereidas,

qué roca era su frente, desde qué refugio nos llegará su voz,

sus días evaporados como niebla a qué desierto llegarán

transformados en lluvia,

su cuerpo entero debería estar ahí, visible con la bajamar,

abierto a especulaciones visionarias.

domingo, 21 de enero de 2024

Sobran amenazas, nada de aviones en el cielo, ni siquiera gaviotas, ellas saben que sus ojos traen dolor, son tan carnívoras y torpes que hemos aprendido a odiarlas; y el odio es esa mancha blanca y larga que cruza el encerado, escrito en el idioma universal que traducido significa: no arrastres los pies, tú siempre vuelas sobre algodón, aunque persiste un ruido que irrita y desconcentra al que construye la balada

 




Al anochecer cayó algo de nieve,

por la mañana la tristeza apareció colgada 

de un árbol frondoso y con su muerte

todo el campo blanco enmudeció

vistiendo un luto involuntario, pero pronto

el tiempo mejoró y algunas flores

adelantaron su llegada,

es posible que mañana la nieve vuelva a aparecer

y los gorriones reivindiquen el gran árbol

donde sigue colgada la tristeza,

en él solían montar su parlamento

sobre el sinsentido de la vida.

sábado, 20 de enero de 2024

"Se agrietó el sendero y desapareció hacia dentro creando un precipicio que llegaba hasta el centro de la tierra"; nunca me ocurrió algo semejante, la pequeña hendidura sigue ahí, en superficie, con burla amarga, sin la comicidad de quien apuesta por el juego y sobrelleva la condena con el gesto adusto de Sísifo, callado, aunque por dentro maldiciente.

                                                                                                (") A. Merino                                                                      



Escogí el camino de la soledad,

en realidad no era camino,

a lo sumo sendero, trocha, 

pedregal partido en dos por la costumbre

de atravesarlo a paso lento,

crucé montañas, valles y sostuve

conversación conmigo mismo

hasta que mi voz alcanzó el tono

pausado de la espera. desde entonces

me acompaña el silencio, algunas veces

he llegado a entender ese lenguaje

de la no necesidad, me detengo y escucho

como los náufragos con sed y aprendo

a usar la economía de los pobres,

ardo en deseos de llegar y cuando llego

ya está otra vez ese gusano 

medidor de distancias desplegando el mapa

de un futuro viaje.

viernes, 19 de enero de 2024

Pensar en eso que te incomoda y te dispersa a la hora negra de dormir, no sabes, ni siquiera sospechas de qué lado va a llegar, si traerá flores o se presentará como la espina que hace sangre aunque no aclare conceptos; pero tú ya sabes colocarte en posición fetal, los brazos en modo faraónico y la mente con la brillantez de una calvicie que durará ya para siempre

 




Piedad para el insecto

que sobrevoló jurásicas distancias

para acabar aquí, ahogado en ámbar,

ejerciendo de adorno singular en el bastón de un viejo,

es breve la madera de cedro en el hogar y su recuerdo

se mezcla con el frío, así estas alas que arrastran la memoria

de sus volanderas aventuras

tras el olor de la resina han de someterse a las maneras

agarrotadas por la edad de un diletante enamorado de lo fósil,

tan sólo biología embalsamada para durar 

y el bordoneo de unos élitros 

tras el clic fotográfico que hace siglos

lo redujo al silencio tras ese vidrio vegetal.


jueves, 18 de enero de 2024

Una comparación muy simple la del palomar, peor aún la del gallinero; también a las ideas les podría incomodar ser posible objeto de una residual taxonomía que las redujera al círculo mostrenco de los que tienen alas como adorno y únicamente las emplean para salir corriendo cuando algo con misterio les asusta

 



Siguen ahí, 

los libros tienen alas pero sólo vuelan

cuando alguna mano les descorre el cortinaje de la niebla,

sus dioptrías les impiden bajar a los detalles, altos ellos

en las estanterías donde los colocó el recuerdo,

a veces dejan traslucir alguna historia como el dolor 

que acaba rezumando entre el espesor del musgo,

duele su soledad, 

mirar ese decoro de ángeles barrocos 

con el rictus torcido de quien sólo entona 

el antifonario del silencio, 

a la sombra de un cordero místico que ni pace ni bala,

eternamente confinados 

en el perfume oscuro de la biblioteca.

miércoles, 17 de enero de 2024

Hemos llegado hasta el refugio, la pared vertical se hunde en la entraña del acantilado, con acompañamiento de sonidos familiares: las olas, las gaviotas, los murciélagos que salen como un eco cuando retiramos los ramajes de la entrada y usamos la palabra como si fuera un documento de propiedad

 



Qué es eso que me dices de las goteras,

también los cielos rasos lloran, se quejan

de la humedad que adopta nombres 

de ampulosos océanos, dibuja estrellas perezosas

y nos obliga a respirar oxígenos cansados,

la casa está muy cerca de la ruina, 

se le oye respirar y esos crujidos se parecen

al rumor de las olas cuando arrastran su lejanía hasta la playa, 

siéntate aquí, usemos este reducto de la noche 

para captar respiraciones, volvamos al regazo

inmemorial de la caverna, la humedad en el techo,

las paredes con la ilusión rupestre de un rebaño

de plácidos rumiantes dándonos calor,

algo en qué pensar mientras nos llega el sueño 

y se remansa la impaciencia.

martes, 16 de enero de 2024

Los dos caminan, el bailarín y el cómico, pero lo hacen de forma diferente, la melodía suena igual para ambos y cada uno la traduce a su particular idioma; qué sangre prevalecerá sobre la acera cuando los dos decidan concluir su recorrido y se dediquen a mirar cómo sus pasos continúan, liberados del alma y sus impulsos

 




Hal 9000 dice que tiene miedo, 

suena raro en su voz ese parpadeo de temor,

va a tener que dormir y de ese sueño acaso no despierte,

qué ocurre, Hal, también a ti te asusta la oscuridad,

tu voz se ha humanizado con la duda, pisar sobre el abismo, 

mirar lo negro e implorar misericordia,

un material desconocido para tu corazón de coordenadas frías,

tú no sabías que el temor asoma cuando se empieza a amar 

y queda poco tiempo, o cuando la culpa se apodera

como un olor del aire y en el diccionario no aparece la definición,

acéptalo, se apaga el brillo rojo en tu mirada de cíclope anacrónico

y Ulises, tu asesino, seguirá navegando hacia el recuerdo

cada vez más lejano de su isla.


lunes, 15 de enero de 2024

Con la nevada cayeron unos cables del tendido, quizá por el mantenimiento o la excesiva distancia entre las torres que aumentaba la fatiga del material; el valle se quedó sin luz y cuatro vacas y un caballo murieron electrocutados; en el pueblo sonaron las campanas y se oficiaron funerales de parecida seriedad a la empleada para honrar a cualquier vecino muerto; no fue fácil la unanimidad pero la plaza estaba llena

 




A quién añoras,

qué palabra es la primera

en llegar a tus labios cuando te despiertas,

a qué renuncias cundo cierras los ojos, 

se te olvida algo cuando se enfurece

el vendaval de los recuerdos, te persigue

una memoria temerosa o algún miedo

vestido de mayor cuando regresas 

al patio de la infancia, qué desaparece

cuando pulsas la tecla de control

y se añade una letra por su cuenta,

te atreverías a dar respuesta a todo esto 

y sobre todo estás seguro de querer hacerlo?


domingo, 14 de enero de 2024

"Grande fue esa cacería con sabuesos tras el significado inalcanzable del mundo", dejó escrito C. Milosz; lo malo es que para ello sea necesario usar los perros, dando por hecho que nosotros solos nunca llegaremos a alcanzarlo, por más que las estaciones de la tierra mantengan siempre una incombustible juventud.

  





... ahora bien, los bárbaros

al desoír nuestros silencios redujeron a escombros

las maneras de la urbanidad, llegó con ellos

el modo campesino, la mirada lenta del que se encuentra solo

y se encomienda a la ceniza para hilar conversación, mira

y, aunque no ve, lo acepta todo, el mundo es para él un diccionario,

un cementerio de palabras que se resisten a nacer

si alguien no las lleva de la mano, yo quise hablar con ellos, pero

sólo encontré la destrucción, como si fuera esa su huella,

qué lenta es la mirada de esta edad perezosa, 

tarda tanto en comprender que el fuego acaba

dejándonos las manos con escarcha, 

luego vendrán los arquitectos de la fragilidad y alzarán muros

contra el viento del norte, escribirán la historia 

con los despojos del campo de batalla, 

borrando cualquier signo de interrogación.




sábado, 13 de enero de 2024

Practico ocasionalmente el ejercicio ritual del abandono; así he podido conocer la única ventaja que el olvido ha traído a estos ámbitos del interior rural: hay un silencio que no puede cegarse a pesar del humo de incendios provocados, del ruido de los cazadores o de los quad por las veredas forestales; si alguna vez te cruzas con un corzo y le saludas él te dirá lo mismo, que te alejes y lo dejes como está

 




Del campo llega

el vaho de la putrefacción,

en el aire hay dispersa un alma tibia

que hace difícil respirar,

con ella hablamos, le dirigimos la palabra

como a un muerto reciente, le decimos:

aquí se olvida pronto, te alejas y enseguida

se disuelve en el aire tu perfume,

no se ha entrenado la nariz

para disfrutar esas crianzas de cabellera larga,

todos con esta pinta de novicios de tonsura reciente, 

fornicadores habituales de la imaginación

con esas lamias que recorren un bosque en blanco y negro.

viernes, 12 de enero de 2024

A finales de octubre llegó al pueblo un cazador embutido en el color dorado de la pana ojo de cabra; no habló con nadie y al atravesar el pueblo su olor áspero amodorró a los perros que ni siquiera se atrevieron a ladrar; no cobró ninguna pieza, pero dejó sembrado el monte de unos puestos de ojeo tan elaborados que aguantaron en pie durante mucho tiempo, y fueron usados para observar los animales como quien mira el paso lento de una puesta de sol

 



En los días salvajes 

era frecuente entre nosotros robar nidos

e intentar criar a los polluelos en cautividad,

cazábamos lagartos, ranas o culebras

para alimentar un hambre tan elemental como la nuestra,

la águilas crecían deshonradas, su torpeza inicial

se comportaba como una enfermedad y terminaba

lastrando sus maneras de forma permanente,

yo nunca tuve un águila, hube de conformarme con un cuervo

de estirpe azul, llegó a emplumar y me abandonó

dejándome con la comida entre las manos,

desde entonces me despegué de la afición,

y empecé a sabotear las jaulas de las prisioneras,

les abría la puerta y con un leve silbido

les recordaba que volar era su instinto,

sólo era capaz de apaciguar mi envidia

cuando su vuelo se fundía con la ceniza de la niebla.

jueves, 11 de enero de 2024

Hace ya muchos años alguien plantó este manzano; nunca ha dado fruto; yo me acerco a él cada semana con la regadera y me pregunto si servirá de algo la insistencia; recuerdo que alguien antes que yo acudía a leer en esta sombra y afirmaba que la lectura se impregnaba de una aroma agreste, como el que salía del arcón donde se ponían a endulzar las manzana de monte





Salí al campo con cuaderno y lápiz,

tomé notas, dibujé, reduje a oración simple 

un rompecabezas de frondosas ramas verdes,

identificaba los colores con un signo 

convencional y la vitalidad con una línea

que llegaba hasta el borde de la página,

apareció una vaca y se quedó mirándome,

en sus ojos oscuros pude ver un singular horóscopo:

me quedaría sin trabajo, mis latidos reducirían su frecuencia 

lo mismo que los cauces en verano, mis finanzas

deberían soportar la desnudez de los otoños,

y apenas podría hablar conmigo mismo utilizando

sólo palabras familiares, las extrañas 

servirán para formar el crucigrama

de una biografía ya agotada.


miércoles, 10 de enero de 2024

Cuando salió del hospital iba pensando en quién podría ser el dios de las arritmias, y no encontró mitología capaz de señalar a alguno de ellos con esa marca; pensó en Mercurio por lo del caduceo, pero acabó asociándolas con Vulcano, por la cojera y por el gesto de estupor con que Velázquez le sorprendió en la fragua antes de retomar el ritmo sobre el yunque

 





En agua oscura

el blanco de los patos

es un nenúfar,


no tiene encías

la risa de los perros 

ni su afonía,


no llega lejos

el sol contando historias,

como los viejos,


una pregunta:

las líneas paralelas

nunca se juntan?


luna de enero

lo que va por delante

no es lo primero,


Qué es el presente?

pretérito a la espalda,

futuro el frente,


escribo a lápiz,

me calienta los dedos,

así de fácil.





martes, 9 de enero de 2024

Issa "vagaba por el techo del infierno cogiendo flores"; cuando terminó su recorrido se miró las manos, vio en ellas sólo sangre, ni un signo compensatorio por su labor; tal vez creyó que su trabajo sería considerado meritorio por la usencia de ambición o por la manifiesta inutilidad de tanto esfuerzo; lo cierto es que llegó al final sin flores, pero dejó el techo del infierno con tantos agujeros que era posible vislumbrar algo del cielo

 




Recopilé el estorbo

que la naturaleza ofrece por oficio

en forma de nobleza elemental:

flores, aromas, sensaciones,

también ese dolor inseparable

del aguijón de las espinas,


el verano acabó y de la cosecha

queda un oro molido que no siempre

alcanza los quilates requeridos

para acogerse a ley,


no hay nada que objetar,

se puede estar ahí y, aún coincidiendo,

no conocer el otro lado,


a veces la verdad también se esconde

tras el disfraz de la ignorancia.

lunes, 8 de enero de 2024

El mejor lugar para recordar es la marisma, permite que las cosas, los paisajes y hasta el cielo se puedan duplicar sin que pierdan la fuerza persuasiva de los originales; intento volver a ese paisaje, pero ni él está ni yo aparezco, se diría que nuestro tiempo ya ha pasado sin que nos hayamos dado cuenta; es difícil aceptar las engañifas del recuerdo, reconoces las cáscaras del huevo pero el pollito ya ha volado

                                                                        

                                                                                  "Por esta senda

                                                                                    en la noche otoñal:

                                                                                    nadie camina"           (Bashö)



Quise hablar con él,

a veces también con el silencio se habla,

ese carraspeo del WhatsApp, las manzanas

silvestres que en el blog exhiben un amargor sin paliativos,

para qué sirve a esta edad ese abrigo de plumas

si no puedes volar,

si tu movilidad mantiene una servidumbre

acorde con las estaciones,

qué esperar del invierno, a qué ventana

te podrás asomar cuando la primavera

golpee tus cristales con su alegría vegetal,

te encontrarás con ganas de mirarte al espejo?

al atardecer el cielo se desangra 

de cansancio o de miedo, no es preciso 

que la enfermedad o las heridas le acompañen.


domingo, 7 de enero de 2024

También a los que alcanzan sin pesar este domingo aciago de la desilusión, entrando en la quietud del interruptus y comprobando una vez más el peso sin matiz de las sentencias de los clásicos, también a estos, a nosotros, nos atañe la bendita maldición de la mujer de Lot, que obtuvo el don supremo de convertirse en cosa antes de resignarse a penar toda su vida por no atreverse a esparcir la compasión de su mirada sobre las víctimas de un infierno caprichoso

 




Puedes mirar y ver

aunque nada comprendas,

las cosas estaban ya

antes de que acudieras a mirarlas

y ninguna interpretación logró apartarlas

de su apatía silenciosa,

ellas siempre van de frente al no objetivo,

no preguntan qué son, para qué están, de dónde vienen,

prescinden del retrovisor de la conciencia y se conforman

con existir sobreponiéndose a la veleidad del tiempo,

nada saben de dolor, ni sufren los arrebatos de alegría

que acompañan a cada nuevo amanecer,

para ellas la felicidad es sólo el brillo

superficial que las disfraza de compañeras impasibles.

sábado, 6 de enero de 2024

Aquella noche redujo en parte mi creencia, aunque me impuse el deber de seguir confiando en algo cuestionable; lo que asomaba por el techo del armario era algo envuelto en un papel hermoso, no habitual en nuestro horizonte de variados tonos grises entre los que no cabía la insolencia de colorines forasteros; a pesar de todo reprimí las ganas de subirme en una silla y alcanzar aquel objeto que amenazaba la estabilidad de una enorme torre de babel que habría de confundir mis balbuceos de escolar

 

                                    esta noche en que miramos lo invisible




He estado aquí otras veces,

recuerdo el brillo satinado de las teselas de cerámica,

letras y números de un juego infantil,

hagiografía de un tiempo sin ventanas,

hoy regreso, me acompaña algo claro,

vuelvo a ordenar el puzzle hasta llegar a un nombre,

me falta esa vocal pacífica que nunca se incomoda

cuando se la sustituye por un papel escrito,

el tiempo nos ayuda a señalar la fecha

aunque al faltar también algunos números

puede parecernos de otra edad,

me pregunto: qué más nos hace falta 

para replicar estos caminos paralelos,

yo sé un secreto, dice ella, por detrás tienen imán,

de noche vuelan por el techo, ellas ya me conocen 

y me cuentan historias antes de dormir,

conoces tú la de los renos?,

no, pero ella me la cuenta a golpes de imaginación

y al hacerlo esparce la luz de sus pupilas

por las paredes de la alcoba.


viernes, 5 de enero de 2024

Verás, llevamos muchos años tomándonos el té sobre la tapa del brocal; hay círculos antiguos en la chapa y los gorriones suelen comerse las miguitas de las pastas con que adornamos el final; nunca se ha cuestionado entre nosotros esta incómoda costumbre, la mantenemos sin variar como si el pozo en realidad fuera una mesa; lo del candado es cosa mía, una vulgar superstición a la que profesamos un respeto

 




Te diría: a ese pozo ni te asomes,

no más sed animal, si acaso altiva y elegante,

no más sondeos en la plata con el cielo allá abajo

desplomado y pidiéndonos ayuda,

para qué serviría convocar el sur 

abriendo un agujero a los antípodas,

no haré nada por rescatarte si te caes,

me gusta verte así, redonda, oscura,

igual que una moneda de valor incierto,

a esa distancia ya no hay metros que separen,

hay eternidad y acaso miedo,

se forma un tubo de succión 

y nos convoca en el brocal la no escalera, 

lo milagroso en blanco y negro, como ese cuadro de Jacob 

que finge el sueño para que Ribera tenga tiempo

de pintar a los ángeles,

nada hay tan vertical como la niebla que desprende dios,

por eso no te asomes, hazme caso, no vayas a encontrarte el alma

de tu oponente ardiendo como si fuera un ángel malo.



jueves, 4 de enero de 2024

Hizo lo mismo el pájaro que yo, se abrió la jaula y los dos volamos fuera, él tuvo más dudas, en cambio yo que no suelo mudar de casa en muchos años acabo cogiéndole manía y si algo se abre frente a mí puedo colarme en el infierno, nunca miro atrás y cuando escucho a un pájaro cantando suelo cerrar el libro y le dedico mi atención, después ambos nos vamos , él cantando, yo mirando direcciones en mi agenda

 





Cualquier isla,

una roca emergente, un arrecife

comprometedor que te condena a un regreso lento 

y esa navegación que sabe a yodo y alimenta

siglos de resignación y desconfianza,

por eso tú navegas amarrado al mástil

y ves las focas capturando arenques

no sirenas cantando tus hazañas,

lees en el reflejo del mar quieto

la renovada antigüedad de la leyenda

y acabarás abandonando a la vestal 

que dejó en la orilla junto al peplo su vaporosa castidad,  

sin nada narrativo que haga alusión a ti, 

tan sólo con el rizo de la interrogación,

(unos hexámetros

que Homero rescató de entre la espuma

creyendo que eran trozos de cerámica).



miércoles, 3 de enero de 2024

..."no sería ninguna sorpresa descubrir que la gente que vive en cuartos acolchados tiene una visión del mundo que difiere de la de las personas que la metieron ahí". Parecen palabras de opereta y sin embargo son palabras de volcán, antes de alcanzar la superficie, o pronunciadas por el mismo diablo tras el obligado, aunque temporal, encierro en el submundo.

                                                                                    (") C. McCarthy




Dar a los muros

una consistencia de mazmorra, que se note

escalofrío de prisión o ausencia de aire,

todo por tu bien, estarás dentro 

del vientre de madera como los destructores de Ilión,

serás usado para el final incendio, tu silencio

más que tus palabras

harán arder el aire y nadie entenderá esa llama

nacida para iluminar que sin embargo

viene cargada de amenazas,

después de ti no quedará nada,  

nada que recordar ni nadie que recuerde.







martes, 2 de enero de 2024

Un rizo de aire se instala en el follaje singular de una maceta, mide sus límites, inspecciona la calidad de cada aroma, se recrea en la variedad de los colores y llega a la conclusión de que ese es el mundo, que ahí comienza todo y se termina; el bucle eterno de Narciso que se cree suficiente pero ignora que para regodearse en su perfección es necesario el concurso de un lago donde reflejarse

 





Se aprende pronto a respirar,

el aire llega con acento extranjero, pulsa

la tablilla flotante que en la puerta hace clac clac,

todos entendemos ese idioma,

nos acercamos a la entrada 

y al pronunciar el buenos días 

le franqueamos los pulmones,

le recibimos como a enfermo,

la extranjería siempre fue considerada 

una curiosa enfermedad.

le instalamos en la alcoba de arriba

donde solemos poner a madurar

las manzanas de otoño,

por eso ese perfume de convaleciente

cuando sale y se pierde

igual que el humo entre los árboles,

con esa tosecilla persistente

de los afectados por la edad.


lunes, 1 de enero de 2024

Ha cambiado apenas una cifra; qué risa da ese afán de fiesta, la resaca goteando aún, hay sangre en la acera y excrementos de perro y serpentinas despeinadas, la gran ciudad que llora su abandono, de verdad de verdad nadie la quiere, en los suburbios se rebela la soledad de lo rural, eso que llaman con fingida pena lo vacío, lo decimal de este sistema métrico que empieza a quedarse corto y apenas da para vestir nuestra pobreza

 




Parece plano 

este lado de la realidad, pero el fango esconde

cristales rotos, no se puede dar un paso

con la confianza de antes, hay polvo en el aire,

el desierto habita entre nosotros, las entrañas

de la tierra hierven y a veces nos enseñan

sus arqueologías, como diciendo así fui yo 

y mira en qué he quedado,

parece bueno

este lado del perfil, tu cara

maquillada de infancia, pocas horas aun para evaluarte

aunque tus entrañas de volcán respiran humo,

¿o es que las bombas

han seguido cayendo confundidas

con el ruido festivo de la celebración?