martes, 2 de enero de 2024

Un rizo de aire se instala en el follaje singular de una maceta, mide sus límites, inspecciona la calidad de cada aroma, se recrea en la variedad de los colores y llega a la conclusión de que ese es el mundo, que ahí comienza todo y se termina; el bucle eterno de Narciso que se cree suficiente pero ignora que para regodearse en su perfección es necesario el concurso de un lago donde reflejarse

 





Se aprende pronto a respirar,

el aire llega con acento extranjero, pulsa

la tablilla flotante que en la puerta hace clac clac,

todos entendemos ese idioma,

nos acercamos a la entrada 

y al pronunciar el buenos días 

le franqueamos los pulmones,

le recibimos como a enfermo,

la extranjería siempre fue considerada 

una curiosa enfermedad.

le instalamos en la alcoba de arriba

donde solemos poner a madurar

las manzanas de otoño,

por eso ese perfume de convaleciente

cuando sale y se pierde

igual que el humo entre los árboles,

con esa tosecilla persistente

de los afectados por la edad.


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