Puedes mirar y ver
aunque nada comprendas,
las cosas estaban ya
antes de que acudieras a mirarlas
y ninguna interpretación logró apartarlas
de su apatía silenciosa,
ellas siempre van de frente al no objetivo,
no preguntan qué son, para qué están, de dónde vienen,
prescinden del retrovisor de la conciencia y se conforman
con existir sobreponiéndose a la veleidad del tiempo,
nada saben de dolor, ni sufren los arrebatos de alegría
que acompañan a cada nuevo amanecer,
para ellas la felicidad es sólo el brillo
superficial que las disfraza de compañeras impasibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario