Piedad para el insecto
que sobrevoló jurásicas distancias
para acabar aquí, ahogado en ámbar,
ejerciendo de adorno singular en el bastón de un viejo,
es breve la madera de cedro en el hogar y su recuerdo
se mezcla con el frío, así estas alas que arrastran la memoria
de sus volanderas aventuras
tras el olor de la resina han de someterse a las maneras
agarrotadas por la edad de un diletante enamorado de lo fósil,
tan sólo biología embalsamada para durar
y el bordoneo de unos élitros
tras el clic fotográfico que hace siglos
lo redujo al silencio tras ese vidrio vegetal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario