sábado, 31 de diciembre de 2022

llegué tarde a la última lección

 


Así en las hojas caídas de los árboles

como en la lengua de los pájaros

fui aprendiendo el sentido que las cosas hallan

en el ser y estar,

se dan calladas

y sin preámbulos apuntan 

a la puerta asombrada de los ojos 

donde alcanzan el brillo de su hierático ejercicio,

cosas místicas, ciegas,

alzadas en levitación sobre el abismo de la realidad, 

sonidos enhebrados a la nada

aunque resuenen en la cúpula interna de nosotros.

viernes, 30 de diciembre de 2022

huella de animal o pájaro posible

 


Ando a tientas

reclamando a la tierra húmeda alguna huella de animal, 

deslizo mi pensamiento como un hilo sin cortes, 

el secreto está en el reticente ovillo que no se agota nunca,

sin levantar la voz

reclamo una respuesta de animal o pájaro posible, 

mi pensamiento brilla como un sedal,

de él cuelga un pálido gusano,

pero nada,

la soledad sigue subiendo por la cuesta, sin huellas, sin sonidos,

por eso 

me llaman soledad, apunta.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Trazas del último cuarto

   



A veces

podemos decir algo

que nadie entiende

y se queda en el aire

enquistado en su cítrico sabor,

el perpetuo limón que aromatiza

con su color hipnotizado

la monotonía de lo verde.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

El aprendizaje de la espera

 


Signo coincidente el de los pájaros,

se cree que cantan por cantar 

y que cuando de verdad quieren decir algo

hacen temblar sus alas como las hojas de los álamos,

no es un lenguaje sino el resultado

del filtrado continuo de unas aguas que arrastran oro,

y ahí ese sonido a vidrio salpicado

que hace el misterio comprensible.


martes, 27 de diciembre de 2022

vivir de esa manera

 



Un cielo de dril, tan áspero

como la carcasa de diciembre, 

viene el sol muy bajo casi rozando las heridas

y el recuerdo de la sangre que regresa

te hace despertar, te duele

hasta el sonido de los pájaros

cuando buscan migajas en la nieve,

luego, cuando en la torre suene

el toque de las doce, saldrá gente a la calle

y el barro volverá a salir

lo mismo que las ranas ralentizadas en el hielo,

ya nada

de esa sensación templada podrá invocarse

como lenitivo

para una soledad inabarcable.

lunes, 26 de diciembre de 2022

IV En la casa del padre

 

 IV             

                ella sigue allí, muda e insomne 

  

Antes

pensaba en ella, recurría

a placebos y a humos para hacerla

más visible o cercana, era todo

por el temor a verla muerta, de pie junto a la silla,

sola en el ángulo blanco de la cal

siempre esperando un hueco para irse,

como ocupando incómoda este lado

que no llegó a querer o tal vez quiso demasiado,

su mirada bendecida por las cataratas

le permitía verme con piedad, como algo

inocente a la vez que huraño, era 

una lluvia suave que no llegaba ni a mojar, 

tan sólo

me perfumaba con un soplo

morado de lavanda para perderse luego

en la parálisis con la que el domingo

embalsama las horas de la tarde,

nunca me permite oír su voz, 

me da la espalda y de repente desaparece,

dejándome los ojos secos, 

la garganta herida y amoratado el pensamiento,

como un manojo de amapolas

en un jarrón sin agua.

domingo, 25 de diciembre de 2022

III En la casa del padre

 

III

Solía regresar con una piel,

él había partido antes del alba

sangrando el cielo apenas por el este,

en el silencio gélido de enero

podía oírse el clic compacto, una y otra vez,

probando, de la escopeta y los sonoros

brillos de las hebillas de las botas,

en el morral llevaba grasa de animal, cartuchos

y una tela fina envolviendo queso y pan,

todo ello olía a muerte legendaria, narraciones

junto a las llamas de la lumbre

después de que la luz se desmayase

con su tristeza de mendigo, era

la hora del candil, el acre perfume del carburo

tan parecido al aguardiente de manzana de monte.


Aún se puede ver en el descansillo de la escalera

el mono azul vistiendo con crueldad vengativa

la derrota de aquella cosa grande

erguida sobre sus dos pies:

el raque, el oso, el lobisantro, el yeti

de nuestros miedos con mirada

de vidrio escudriñando

un incierto futuro.

sábado, 24 de diciembre de 2022

II En la casa del padre

 


II

Esta es la tierra

donde sus pies se hundieron, 

sus abarcas hechas a mano

con un trozo de neumático del tiempo del sosiego

creaban una ilusión de velocidad entre zancadas

un zig zag de curvas en el barro

que luego agrietaría al sol, dejando una cerámica primaria

como de botijo estrellado contra el pavimento,

yo busco ahora el testimonio 

de esa cerámica que dejan los trabajos de las estaciones, 

la tierra negra desgarrada

por el bien te quiere del arado primitivo, 

la dispersión de la semilla sin ceremonial,

voleada sobre el hambre de los pájaros

y sacramentada con el azul de piedra lipe

para que las hoces de mirada curva tengan algo

a lo que abrazarse en el verano,

y miro todo esto desde el borde

reforzado del bosque, como un lobo 

fugaz y forastero que no acierta

a reconocer en el lugar la huella

desdibujada de sus primeras correrías.

viernes, 23 de diciembre de 2022

de mirar tantos bocetos



De mirar tantos bocetos

aprendía a callar, entonces

hablaba a voces, repetía fórmulas

y la pared subía y cada vez

había más barullo, ahora

hasta la lluvia se oye, esa gota

que deja resbalar la hoja de abedul

tiene más letra que la biblia

y canta para mí como si sólo

yo estuviera escuchando.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

En la casa del padre

 

I

Yo entiendo ese rumor

como el lenguaje amigo de los insectos 

y aguanto bien el peso de los bloques de silencio 

con que las horas altas se defienden

de los ataques del calor,

estoy debajo

del manzano viejo que mi padre plantó siendo muy joven,

allí acudía él a refrescarse durante las pausas del verano,

luego en los otoños, él y el árbol 

se hablaban en silencio, uno con la regadera de metal,

el otro con la promesa de colmarle

la tapa de la panera grande, en ella las manzanas

se reían con pudor, como las mozas sorprendidas

en conversación, tapándose los labios con la mano,

así es como me ayudan ellos a caminar por el desierto 

que los urbanitas vemos en el confín de la ciudad.

                                                                                                                                                      

Sentados en los escalones sin ganas de dormir pero con sueño

 



Se prepara despacio el caravasar, 

la noche llega con pasos lentos,

arrastra el rumor cansado de las bestias,

sus ojos visionarios listos para entregarse al sueño,

hay unas luces indecisas sobre el alto tapial

y el cielo geométrico despliega

el trabajo arriesgado del compás,

dibújame un versículo reverencial

en la repisa donde se guardan las especias,

yo elevaré mi voz siguiendo

la morbidez de su caligrafía

y responderá el autillo dando puntadas de color

en el crespón rasgado de la noche.

martes, 20 de diciembre de 2022

Una burra fértil plantada ahí, mirando la nieve roja

 

                                   para ella, afligida, pero fértil

                         

Volverás a subir a la colina,

tus ojos mojarán apenas el paisaje seco

y crujirán los cardos 

como bocados dulces de la primavera, 

qué poca vida nos espera y qué poca

la que se ve desde aquí arriba,

me dijeron

que los lobos se comieron a tu hijo

el invierno pasado, quedó eso, nieve roja

entre las escobas y una bufanda de peluche

para consolar la soledad,

qué poca luz nos queda a ti y a mí, siempre asomados

a la ventana posterior, la que refleja

unos ojos oscuros inundados de resignada sumisión,

frente al paisaje somos

presencias ya pasadas, espejismos

que de tarde en tarde reivindica la memoria.

lunes, 19 de diciembre de 2022

el deseo de volver a somarse al paisaje vacío

 


Sigue el deseo

de volver a asomarse

al paisaje vacío, darle vida

con los ojos cuando descubres

una liebre corriendo entre la nieve,

la sangre vegetal de los acebos

adornando lo verde y el ala fría del halcón

bajando de las alturas grises para darle

muerte a una torcaz,

-la muerte no se da, se inflige,

oigo decir al aire- y se me queda

congelada la voz, el ademán, las ganas

de discutir con ese sabio

capaz de soportar sin inmutarse

las envestidas del invierno.

domingo, 18 de diciembre de 2022

o cuando arrecia

 



o sin transición subirse

a ese cielo gris, el ánimo pesado,

se dice pesaroso a quien arrastra

unos pies con dolor, el tránsito plomizo

de los recuerdos entubados

en desagües antiguos, esas

fontanerías que hablan con dolor del agua

desperdiciada en gotas de molesta sonoridad

en medio de la noche,

la que fray Luis soñara clara y serena

como en una fábula sin principio ni final

y que no es así porque te deja sin aliento.



sábado, 17 de diciembre de 2022

En un receso del dolor

 



Vendrá de ahí lo de dichoso,

de decirle al otro, a todos lo feliz que es todo,

el sol, el agua, el aire,

lo contagiosa que es a veces la felicidad?

ellos son felices y nosotros lo vemos

y queremos que se sepa y repetirlo

una y otra vez

hasta que lo dicho sea una corriente de aire

que a todos hace falta respirar con ruido

como un feliz encuentro no previsto,

decirlo todos a la vez aunque ninguno

de nosotros se entere, lo mismo que la hora

que se mira en el reloj sin verla

porque se sabe que es así, que es esa

la hora de decir al otro, a todos, a los cuatro vientos

lo bellamente desordenado que está todo.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Si de repente caes en obediencia debes desconfiar de la verdad que ha doblegado tus impulsos

 


Alguien con alma oscura

creó esa geometría hipnótica 

de los huevos iguales y en el mismo nido

puso la verdad y la mentira,

el pájaro cantor se aúpa en una rama para ver

e incrédulo vigila sus azulados huevos, los compara

y encuentra parecidos casi indistinguibles

con los de otro mundo,

y canta así, como pidiendo al aire

que le ayude a encontrar la diferencia

entre color y olor, entre algo familiar y eso que llega

confundido entre terrones de un amargo azúcar:

venid a mí, cucos de canto mudo, con vuestro camuflaje

de pedernal manchado que os niega el consuelo de la maternidad, 

mi canto

es sólo un collar de lágrimas que colgará de vuestro cuello

para recordaros las vísperas amargas

de vuestra orfandad obligatoria. 

jueves, 15 de diciembre de 2022

Qué puede haber

 


Qué puede haber 

de más interés que el propio asombro,

ni siquiera hace falta

la complicidad de los espejos

para que surja en la mirada el escozor de la incertidumbre,

lejos

cualquier esfuerzo por entender tanta quietud,

algo

que viene del pasado y se conserva en frío entre las piedras,

bendito este silencio que arde

con llama pálida, cosido como piel a los contornos

de algo espiritual, sin nombre aún, eternamente

sin nombre para que lo mires

despacio y puedas

llamarlo como quieras, sin tener que dar explicaciones.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Omega

 


Son malas noticias

esas de la eternidad llenando el hueco

de las horas menores,

nunca más, te dices, y resignas la mirada

con actitud esclava,

del invierno sabes apenas que hace frío y que los días

se confunden con la niebla y los vapores

de la respiración ansiosa, duele tanta quietud, 

que la amenaza de las calles heladas

te retenga prisionero en la casa,

te has dejado atrapar

en la trampa del hielo y te confundes

con la manchada trasparencia

de los carámbanos.

martes, 13 de diciembre de 2022

Psi

 



Subido al espinoso tren de la anestesia

cuento luces, enumero botones, alzo dedos

para que sepan que aún estoy aquí, 

sonrío a la pared que calla, escucho

el corazón parado y pienso

que acaso todo haya acabado en esa 

calma gris del alma que se queda sola,

y entonces hablo con mis padres,

pregunto a mis hermanos muertos y descubro

la claridad, ya todo cae bajo el estrecho

cono de luz de mis temores,

los huesos mondos, las sonrisa

fija del terror, las cuencas negras del vacío

que te miran atentas y el marfil pintado

de enfermo hepático, saludos al doctor, le digo,

pero él guarda silencio, o no me ha oído

o no a sabido qué decir.



lunes, 12 de diciembre de 2022

Ji

 


Pensamos eso,

que el cansancio 

acaba proponiéndole a los ojos

una teoría de la uniformidad,

así es el agua, el aire, el sol, las horas,

todo muy delgado y sin cesura,

espontáneamente se alza

una plegaria silenciosa hacia lo único

como último recurso, no queda

diferencia a la que agarrarse,

el mundo es una tabla enjabonada

por la que te deslizas sin apenas ruido

y al final te recibe

la cuba azul de un mar domesticado

como a un objeto más para envolver.

domingo, 11 de diciembre de 2022

Phi

 



En las edades altas del arroyo

el caudal resbalaba sobre una piedra azul

cruzada por una banda blanca,

su respiración era un rumor de abejas

apenas perceptible, 

aprendí a traducir algunos tramos

de su caligrafía montaraz hilada

con nervios de tapiz: 

libérame de ti, piedra caliza,

que mi alma corra sin adornos

y que los pastores y animales

no perciban en mí las adherencias

del agua dura de beber.


sábado, 10 de diciembre de 2022

Ipsilón

 


Tropecé con ese cuadro,

una tabla azul con alma de oro que albergaba santos,

la hermosura colgaba de los hilos

dorados de un dialecto ciego,

una manera miope de decir las cosas

con el candor de la evidencia,

para qué insistir si todo viene de la mano

de esa carretilla rebosante de flores, 

con un pájaro encima abriéndose a la luz

como si fuera un tulipán inflado

con el aire quieto que respira dios.

viernes, 9 de diciembre de 2022

Tau

 



Un mundo sin gente

con el silencio como baza singular,

no hace falta pensar en el sonido de la voz entrenada en el discurso,

ni pretender socializar la cínica barbarie de la educación,

no culpo a nadie, miro

cómo se diluye el verbo humano,

ni siquiera deja humo, arde por dentro como las heridas

y precipita ese dolor de tonos ocre con aspecto de cubo de hospital,

no culpo a nadie, pienso

que ser así es un destino dictado por nosotros,

el animal no tiene poder sobre su imagen, 

cruza frente a la luz y emerge petrificado, duro, mineral,

sin eso que llamamos gracia, dotado sólo de flexibilidad, 

la virtud de la planta trepadora.

jueves, 8 de diciembre de 2022

Sigma

 


Arriba está la ruina,

en la curva del río, no muy lejos del rumor de la cascada, 

las sombras largas pespuntean el destello frugal de la arenisca

cuando el sol llega horizontal,

son las tardes acaso con su piar de pájaros 

las horas más propicias para la contemplación,

estás de pie, casi iniciando

la plegaria invisible de la escalinata

frente a la vieja arcada de la longevidad,

y piensas:

los años vienen y se van, sólo las piedras

dispersas permanecen

como si fueran huesos que reclaman

la misericordia inútil del recuerdo.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Ro

 



Presumió de vivir

en el interior del mundo,

un hueso de melocotón le señaló la pista

que Perséfone dejó entreabierta

cuando fue obligada a residir en un mundo sin luz, 

guiada por la hondura sonora de sus ojos

ella lo pudo ver porque ya estaba escrito

con herramientas campesinas

sobre la tierra de labor, 

pero no supo traducirlos, por eso espera siempre

al cambio de estación

para recuperar su reino temporero

en el mundo de fuera.

martes, 6 de diciembre de 2022

Pi

 


La imagen más antigua

que todavía permanece:

una cabritilla ramoneadora de la luz,

sus diabólicos ojos señalando

unas propiedades analgésicas

en los brotes tiernos del espino albar,

se te eriza la piel cuando percibes

el crujir de las tabas

de su pas de deux sin partenaire

dejando un olor acre entre las páginas

sin traducir de su bestial vocabulario.

lunes, 5 de diciembre de 2022

Ómicron

 



Contemplo la ciudad

desde este pináculo que asciende

al anonimato de la niebla,

casitas de juguete cuajadas en el valle

como racimos secos,

hasta aquí sube el humo de un horno falso

sin olor a pan, el cielo es una plancha

de cinc donde los pájaros

escriben pentagramas sin sonido,

no alcanza la vista más allá de la absoluta elipse 

que describe la circunvalación,

espero a que el sol levante y me contemplo

reflejado en el espejo de las horas

sin nada que añadir, ya resignado

a esta larga jornada sin principio ni final.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Xi



Qué largo

se le hizo a Marta aquel minuto,

ella escuchó la voz: sal fuera,

y sus ojos se adentraron en el hueco negro,

vieron la milagrosa venda

momificando un sueño de inmortalidad,

pero hasta ella llegó el olor reptante

de la putrefacción,

-usar la fe contra el amor es muy difícil-

ni siquiera esperó por el dictamen

certificado del forense.

sábado, 3 de diciembre de 2022

Ni

 


Cuando la realidad se desclava de la tabla

el viento se la lleva lejos

y aunque regrese  nunca vuelve a ser la misma,

a los niños

no les contaban las fábulas así,

por eso veían sólo castillos o espadañas,

nunca hogares verdes con el humo

saliendo por la chimenea como el vaho 

de las respiraciones familiares, 

eran lugares de silencio y las ventanas

daban siempre al muro sur

donde se ataba el burro y esperaba

el tiempo a que se alzara el sol,

demasiado toque de campana y poca música

civil para que el viento levantara

escaleras de polvo por las que alcanzar

un cielo tan difícil 

como un golpe de gracia en la mandíbula,

aunque la realidad siempre acudía 

a socorrer tu ensoñación con el recurso

al jarro de agua fría.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Mi

 


                    a qué suena el bronce si lo vestimos de satén


Se dice de él que renunció al recuerdo

y usó una cuerda para hilvanar las telas

que habían de envolver el cuerpo

una vez consumada su ambición,

fue péndulo durante un breve

cambio de guardia y lo bajaron

como a la bandera cuando toda Roma

se quedó en silencio,

una bandada de estorninos

se encargó de corregir mil veces

la versión definitiva,

pero al final quedó a la vista

su alma de metal, los nudos infinitos

de un ovillo de alambre suspendido

de una arcada del puente sobre el Tíber.

jueves, 1 de diciembre de 2022

Lambda


 


Ascendía el betún hasta tus manos

mientras ellas volaban ansiosas de crucifixión,

el negro amor de los abrazos

las llamaba con su voz de cuervo y las espinas

teñidas de carmín goteaban

sobre un reducido apostolado

entretenido en valorar los giros

entre el dolor filial y al pasmo

de una madre afligida,

a qué te recuerda todo esto, 

contemplador escéptico de cuadros

de naturaleza redentora, 

madera de reliquia, sí, y polvo

de carcoma bendecido por el perfume de la fe,

las manos

adornadas con clavos permanecen

durante siglos apoyadas en la tabla del pan,

ellas no lo amasan ni lo parten,

simplemente lo bendicen para que el hambre siga ahí.