sábado, 3 de diciembre de 2022

Ni

 


Cuando la realidad se desclava de la tabla

el viento se la lleva lejos

y aunque regrese  nunca vuelve a ser la misma,

a los niños

no les contaban las fábulas así,

por eso veían sólo castillos o espadañas,

nunca hogares verdes con el humo

saliendo por la chimenea como el vaho 

de las respiraciones familiares, 

eran lugares de silencio y las ventanas

daban siempre al muro sur

donde se ataba el burro y esperaba

el tiempo a que se alzara el sol,

demasiado toque de campana y poca música

civil para que el viento levantara

escaleras de polvo por las que alcanzar

un cielo tan difícil 

como un golpe de gracia en la mandíbula,

aunque la realidad siempre acudía 

a socorrer tu ensoñación con el recurso

al jarro de agua fría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario