lunes, 5 de diciembre de 2022

Ómicron

 



Contemplo la ciudad

desde este pináculo que asciende

al anonimato de la niebla,

casitas de juguete cuajadas en el valle

como racimos secos,

hasta aquí sube el humo de un horno falso

sin olor a pan, el cielo es una plancha

de cinc donde los pájaros

escriben pentagramas sin sonido,

no alcanza la vista más allá de la absoluta elipse 

que describe la circunvalación,

espero a que el sol levante y me contemplo

reflejado en el espejo de las horas

sin nada que añadir, ya resignado

a esta larga jornada sin principio ni final.

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