sábado, 29 de febrero de 2020
Algo que vuela
Cogí prestado un verso,
el aire los traía
como hilos de araña,
no relumbres voraces, lianas para escalar
los palacios de invierno de la luz,
(en qué río se fragua
la electricidad del verbo y cómo
ha de traducirse el roce
de los cantos rodados),
imán tardío esas palabras
volvieron a poblar el aire,
sordomudas, atentas
al entrechocar de los silencios,
y allí viven,
temblorosas como granos de arena
sobre piel de tambor.
viernes, 28 de febrero de 2020
Las estaciones de la veda
Pienso en la puerta
que la bonanza abre ante mí,
los mayos aquejados
de color e intemperie,
los silencios de junio
atravesados por los élitros del sol,
el escalofrío de la sombra
perforada por la luz del norte,
déjame estar aquí, que nadie
conozca
mi debilidad ni mi escondrijo,
ahora que las montañas
destilan perezosas
el azul del invierno sólo quiero
hundir las manos
en la frescura del arroyo.
jueves, 27 de febrero de 2020
Ni belcro ni cremallera
El corno inglés llamando a caza:
niebla reptante, colas abultadas
de zorro bermellón huyendo
del afilado hocico del temor,
los uniformes lucen
un deleite infantil que brilla
con ingenuidad en los botones
servilmente innecesarios,
no suena
el carnaval pomposo
y circunstancial de Elgar
sino la amenaza
de una brisa contraria,
ella nos deja ciegos, pero oímos
la risa estrangulada de los zorros
al otro lado del pinar.
miércoles, 26 de febrero de 2020
Del libro de los arrebatos
Paso a paso
fui reconstruyendo
el esfuerzo del catecúmeno,
su voz
levemente suplicante, su temor
al vacío, su quietud
de cera estalagmita,
horno llama a dios pidiendo
combustible,
dios sólo devuelve
llamaradas frías
y el silencio
acaba perforando el corazón
como una chimenea
que desagua cansancio,
después todo se vuelve oscuro y bronco
como voz de patrón.
martes, 25 de febrero de 2020
Luz de mercado
Es hora de coger la cesta
y bajar a escuchar
al coro de voces de la fruta,
allí donde el mercado
sin almuecín se anuncia
en forma de tumulto y bordoneo,
no morder ni siquiera
aproximarse a esa
tentación del perfume,
que la gula se pinte
con mirada distante y respetuosa,
la lonja gótica predica
su arquitectura embelesada
desde los hierros verdes que simulan
los arcos de una ciega religión.
lunes, 24 de febrero de 2020
El interior de la pereza
Atrás queda el desayuno,
las moscas ensayando
la torpeza del círculo
sobre el arcaísmo de la loza,
el tiempo momifica
con una lámina de plástico
ese instante sucio
de geometría y bodegón,
hasta que en la torre
suenan por segunda vez
las campanadas de las once
y los vencejos como niños
en perpetuo recreo precipitan
la lentitud de la mañana.
domingo, 23 de febrero de 2020
La segunda lectura
Abro el libro
y en voz alta leo la oración anónima,
suplico un tiempo muerto
para alcanzar la vida, dice
mi miedo su plegaria y todo
se arrodilla a mi lado, dioses,
almas, tentaciones de cera, moldes
que reproducen la presión
de las manos crispadas
en torno a los ropones escultóricos
de algún dios encumbrado,
qué hay de comer, pregunto,
y todo el cargamento de manzanas
del gran árbol de hierro
cae sobre mi,
y sin embargo muero de hambre.
sábado, 22 de febrero de 2020
Volver a visitar al poeta enfermo
Se oye
la tardía campanilla
en la galería de hospital,
allí todo está enfermo
igual que los claveles en el tarro
de mermelada que hace de jarrón,
ese marfil del aire,
tan tuberculoso y lánguido, gotea
su catarro adolescente y cuenta
en décimas gatunas
los galanteos de la fiebre,
también ella sumida
en macilenta calma,
llévale bombones, nadie
echará de menos los efluvios
maléficos de las amapolas.
viernes, 21 de febrero de 2020
Birlibirloque
Nosotros siempre
pidiendo una definición:
que no arda el aire
sin alumbrar, o cómo
la llama se articula en torno
a un material incombustible,
a lo que no termina,
tú, callando
la imposible respuesta, dando
alegres coces contra el aguijón,
huyendo como el torbellino
en los páramos hirvientes del verano,
y al final ni un rastro
de calentura, polvo y paja conjurados
en dar luz al adobe,
sin concurso del agua, sin la mano
muñidora de una humedecida realidad,
y toda la ignorancia resabiada
hecha pared.
jueves, 20 de febrero de 2020
Convivir con héroes
A los heroicos personajes
de la literatura se los unge
con un óleo industrial, que sufran
el mundo al que han llegado
con su anacronismo y su aureola
de superioridad,
mejor esto que el trato
de la puesta en escena primitiva,
cuando aún no había
cuajado la enojosa
excelencia moral de los inicios
bañados de barbarie,
entonces
se les condenaba a sombra
o simplemente se les daba tierra
sin ningún derecho a revisión,
y el cartón se quemaba.
miércoles, 19 de febrero de 2020
Para el halcón
Para el halcón
la presa es aire que se tiñe
de sangre y se nubla de plumas,
ignorada crueldad de vidrio oscuro
que no palpa,
si se ahoga
en velocidad toda la luz
¿con qué podrá alumbrarse
la oruga del temor?
huele a respiración de entraña
el cuero de los guantes
mojados por la niebla,
en ellos se retrepa el alma
desanimada del verdugo
soñando geometrías.
martes, 18 de febrero de 2020
Laertes todavía se llamaba luis
El canal incorpora
una guirnalda, arrastra verdes,
amarillos, rojos,
y una flor alargada,
vestida de violeta pálido,
hamlet la contempla y sueña
con los rizos de ofelia,
la sangre sigue
mezclándose en el agua,
las espadas ya se han ido a dormir
y nadie
sospecha aún el sucio drama
que los sauces esconden.
lunes, 17 de febrero de 2020
La lámina XV
Bartolomé Bermejo decidió
presentar al prelado con un rictus
de cuaresma cerril, sus oros
embarrancados y subidos
de tono se colgaron
de sus hombros caídos como capa
pluvial bajo paraguas,
y ahí sigue
la ceremonia interminable,
quizás la vanitas
termine haciendo su trabajo:
le dirá al personal que no merece
la pena tanta pompa
si lo que ahora luce ha de venderse
como teológica quincalla
antes de que el gallo vuelva a cacarear.
domingo, 16 de febrero de 2020
Una secuencia interminable
Sepia, no me mires
con ese humor anfibio,
tan convulso e inmóvil,
de intensidad variable dando
a la rueda del disfraz y haciendo
que me sienta
paralizado como un niño
al que abandonan en la feria
en la pista implacable
de los coches de choque,
ondula tu faldón
hacia los lados turbios
y que yo pueda
cerrar los ojos sin estremecerme
entre tantas luces parpadeantes.
sábado, 15 de febrero de 2020
La blancura del guano en los rompientes
Debajo hay algo
que resucita glándula,
los ojos no lo promocionan,
porque nada saben de lo cítrico
que atesora una piel
de tal caribe,
debajo hay sombra
y la arena incendia
con su parsimonia toda
la comodidad tendida en las hamacas,
venga ese soplo de daiquiri,
que mis pies se mojen
en las riberas de esta isla
mientras regresa la leyenda
del gran pez en espeto
para las noches de resaca.
viernes, 14 de febrero de 2020
La dura profecía de la hiel
Sal, saliva, amasa el barro
sobre la niebla de tobías, puebla
de golondrinas los aleros
de la gentil arquitectura,
ahora que no queda
bilis para todos,
que no quede escuela,
templo, palomar o cárcel
sin la maldición del que se duerme
a la sombra del muro del estadio:
los ojos sean eclipse,
que todo
ha de saberse y todo
se vestirá de noche hasta que vuelva
a reinar el agua en el desierto.
jueves, 13 de febrero de 2020
Definición de la resina
"TODO ESTÁ AHÍ
CON LA CLARIDAD QUE PRONTO SE APAGA
EN BENEFICIO DE OTRO AMOR: PERDERSE
EN LO QUE LOS CONTORNOS REFLEJAN"
(de Alfil)
Qué más hay que decir
en beneficio de otros mundos
donde los ángeles y dioses
son sólo proyectos inconclusos,
atrapados en esta vegetal tristeza,
como soñó a. blandiana
en un crepúsculo ejemplar
de ámbar dormido.
miércoles, 12 de febrero de 2020
Anotaciones de ingeniero romano
Uno, nota musical sin nombre,
uno, grano de trigo antes de espiga,
uno, esclavo tracio,
uno, cuervo en la nieve,
uno, el mármol extraído de la arcadia,
uno, la vestal en la puerta,
uno, lo que vuelve rebelde a quien observa,
uno, plano y crucero,
uno,
uno,
uno,
qué gusto descender a esta barbarie,
y aún me sigo preguntando
cuántos ojos tendrá el puente.
martes, 11 de febrero de 2020
El programa ni lo cita
Otra mirada, no sólo para ver,
otro matiz del aire, que suene
y se oiga,
otra piel de gallina, tacto y filo
sobre el infante nácar,
otro
perfume en forma
de grulla con burbujas,
otra revelación
de saliva sin dueño, con aplauso
para la cocinera, otro
mantel de flores
para enmarcar sobre la hierba,
y el mismo brindis
por lo que aún nos queda.
lunes, 10 de febrero de 2020
Como figuras de escayola
Recordamos todas esas lenguas
agarrotadas
por la sequedad de la sintaxis,
ellas quieren acercarse
con calor educado
a esta realidad tan fría
que ni siquiera se traduce
a grados de cosmética o de afecto,
se nos dirá: muy lejos
sucedió una vez o nadie pudo
acolchar el silencio
de esta tragedia familiar,
(todo lo demás es cosa tuya),
cualquier idioma
dejado solo es incapaz
de atravesar la lámina de hielo
por donde patinan las palabras.
domingo, 9 de febrero de 2020
El que va delante tiene rabo
Tú que vas por el camino
temiendo que un encuentro
desclave del madero la serenidad
y la haga clamorosa lágrima,
para y medita: nada
es silencio si la mosca
del pensamiento zumba,
nada
es soledad si cruje el hueso
del hombro solidario,
cualquier distancia es nada
cuando el camino sigue y deja de doler,
tan lejos como tú
ha quedado el principio
y no sois fugitivos.
sábado, 8 de febrero de 2020
Otro día perdido
Quítame la vida y dame
resolución, lo mismo da
cueva que rendija,
igual palma que espada,
diadema o trapo negro,
pero visible,
no temido de lejos
o amado por leyenda,
la palabra ruge
o silba sin que nadie
la invite a su mesa de labor
y se va adelgazando,
gris en azul, como las fieras
amenazas de incendio
que acaban en crepúsculo
justo antes de la hora de la cena.
viernes, 7 de febrero de 2020
Así es como se pone el sol
Primero se desprende de lo claro,
pensando en el oeste, con la brasa
en la punta de los labios, ni siquiera
dobla la rodilla, de pie las cosas
son más reconocibles,
se da permiso
para ovillarse y esconderse
en el cuarto de atrás, se encomienda
a lo desnudo de dormir,
a lo desconsolado del cansancio,
a dios, adiós, a nada,
porque allí la mirada
no puede distraerse
con esas cosas del final,
(pero ¿por qué se pone?).
jueves, 6 de febrero de 2020
"antes los tontos gritábamos menos"
José luis cuerda camina siempre
descalzo sobre cristales rotos,
parece
desobediencia
y es madurez, aspira
a tocar los bordes, mantiene
los pies a la distancia establecida
por la mística de regimiento, el suelo
siempre suficientemente lejos como
un virtual enemigo, los sentidos
atolondrados y las manos
en ojiva constante (^),
vestimenta talar
casi blanca,
¿o no?
porque podría parecer mentira
esta maniobra de distracción.
miércoles, 5 de febrero de 2020
La sentencia de los días impares
Mirad si hubiera
mayor dolor o miedo
o negación
que ese
revoloteo torpe o esa
palpitación cegada
de presa en red,
no hay alas
ni garras ni plegaria
para redimir la culpa
de haber buscado el cada día
como un pan que rueda cuesta abajo.
martes, 4 de febrero de 2020
Los tiempos intermedios
Cómo abotonar
el cuarzo transparente y blando
de la primavera que aún precisa
muchas horas de dormida desnudez,
por debajo del frío
está el amor coriáceo de las yemas
falsamente tiernas
o fingidamente acogedoras,
sólo
la familiar consigna lo protege,
-colmena de remota miel-,
de los venenos amarillos,
un día, sin avisar, ha de escucharse
la campana verde de las hojas.
lunes, 3 de febrero de 2020
Palabras del iluminador
Se podrá observar
que la letra hache siempre queda
delimitada por un campo
de humo quieto, como
si quisiera darse prioridad
a su compromiso de silencio
en códices que deberán
durar hasta que suene
la última trompeta del anuncio,
los apocalipsis -ya se sabe-
siempre fueron muy proclives
a desparramar, sin tener en cuenta
al agua necesaria
para dejarlo todo listo
para el día de la inauguración.
domingo, 2 de febrero de 2020
Exorcismo para aventar rumores
Dejar abierta la ventana
aumenta la posibilidad de que la casa
vaya vaciándose de voces,
de pasos, de cadenas,
aunque tú y yo salgamos
tranquilamente por la puerta,
igual que el avestruz deja vacío
su nido y su temor, mientras afirma
que bajo arena
se ve todo de color de rosa.
sábado, 1 de febrero de 2020
Examen para pintores
Para tu atención en ese
adelgazamiento de la voz: no dices viento,
no dices aire, ni siquiera brisa a vendaval,
renuncias
a palpar a ciegas, en la cara insiste
una piel doblemente estimulada
por el vaivén de los sentidos,
que no es el frío, no,
que no es sintaxis de proximidad
ni abundancia léxica o recurso
de siglos de oro acumulados,
podría ser el espejismo
del ensoñamiento vespertino,
cuando la luz decide
quedarse a contemplar el fin del día.
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