lunes, 24 de febrero de 2020

El interior de la pereza





Atrás queda el desayuno,
las moscas ensayando
la torpeza del círculo
sobre el arcaísmo de la loza,
el tiempo momifica
con una lámina de plástico
ese instante sucio
de geometría y bodegón,

hasta que en la torre
suenan por segunda vez 
las campanadas de las once

y los vencejos como niños
en perpetuo recreo precipitan
la lentitud de la mañana.

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