domingo, 16 de febrero de 2020

Una secuencia interminable




Sepia, no me mires
con ese humor anfibio,
tan convulso e inmóvil,
de intensidad variable dando
a la rueda del disfraz y haciendo
que me sienta 
paralizado como un niño 
al que abandonan en la feria 
en la pista implacable
de los coches de choque,

ondula tu faldón
hacia los lados turbios
y que yo pueda 
cerrar los ojos sin estremecerme
entre tantas luces parpadeantes.

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