En esta vega azul de infancia verde
y de futuro incierto
siguen los chopos alineados
bajo la dictadura del arroyo
que va a morir en el pantano,
-si yo fuera manrique
lo expresaría de otra forma-,
la naves para vacas pintan de un tono familiar
la inclinación de las laderas
donde antes se sembraban las patatas
y la cigüeñas se pasean
con cadencia de segundero de reloj
moviendo a ritmo el mecanismo
que el tiempo no ha podido rescatar
del lado sur donde quedó arrumbado.